Zach Wilson es el principal apuntado para manejar los hilos de los Jets / Foto: Rick Bowmer / AP
Entramos en el mes de abril y se acerca una de las fechas clave en el calendario de la NFL: el draft. En No Huddle vamos a analizar las necesidades primarias que tendrán cada una de las franquicias de cara al jueves 29. En este caso, New York Jets.
Se respiran aires de renovación para una franquicia que realmente la pasó mal con Adam Gase como HC durante la última temporada pandémica.
El récord de 2-14, con dos victorias que modificaron sensiblemente su lugar de privilegio en el próximo draft, obliga a la gerencia liderada por Joe Douglas a moverse con suma inteligencia para no caer en el abismo en este 2021. Las miradas también apuntan a Robert Saleh y Mike LaFleur, quienes, apuntalando a la ofensiva, tratarán de revertir lo que fue el segundo peor año en la NFL después de ese fatídico 1996.
En este sentido, la agencia libre dejó varias certezas: la llegada de Corey Davis (WR) y Tevin Coleman (RB) asoman como verdaderos aciertos para que los Jets empiecen a soltar sus cadenas. Pero tras la salida de Sam Darnold, todavía resta definir quién se hará cargo del panel de control en New York: ¿será el arribo de Zach Wilson un nuevo experimento o el primer eslabón de un proyecto serio a futuro?
Eliminado de las opciones por obvias razones, el nombre de Trevor Lawrence está descartado. Por eso, todas las fichas están puestas en Zach Wilson, el hombre que podría encabezar la ofensiva de los Jets. El prospecto de BYU llega con buenos pergaminos, como la fuerza y precisión que demostró en cada uno de sus pases, pero también persisten las dudas sobre su condición física después de sendas cirugías en la mano y el hombro derecho.
La lista de candidatos también se llenó de apellidos tentadores como los de Justin Fields (OSU), Trey Lance (NDSU) o Mac Jones (Alabama), pero todo parece indicar que Saleh, LaFleur y Douglas apostarán en grande con Wilson, o al menos eso dieron a entender con la reciente partida de Darnold. Hasta el momento, la única certeza es que New York sí o sí necesita una mejora sensible en la posición para pensar de una vez por todas en la postemporada.
Claro está que con un quarteback solo no alcanza para mejorar el penoso récord del 2020. El foco está puesto en una línea ofensiva interior que esté a la altura de las circunstancias: aquí el elegido es Alijah Vera-Tucker (USC), un elemento que no solo protegerá a su QB, sino que además creará agujeros en el juego terrestre.
La versatilidad del liniero ofensivo lo ubica como un polifuncional que puede ser OG o incluso OT, cuenta con depurada técnica de bloqueo (a pulir en algunos aspectos menores) y puede funcionar en el nuevo esquema de los Jets cerrando los espacios para el equipo rival.
Haciendo un poco de futurología, Vera-Tucker y Mekhi Becton pueden ser un dúo implacable para cuidar el lado ciego del quarteback, si así lo dispone la gerencia.
En último lugar, pero no menos importante, están a disposición las armas para que los Jets vuelen de una buena vez. La historia marca que en los últimos diez drafts, sólo 13 RBs fueron elegidos en primera ronda, pero en New York está presente la necesidad de mejorar el backfield (a pesar de haber incorporado a Coleman en la última agencia libre).
Para esta posición las alternativas son varias, pero dos nombres suenan con fuerza en el escritorio de Douglas. Uno es el de Travis Etienne (Clemson), un playmaker del estilo de Alvin Kamara que, en total, promedió 686 acarreos para casi cinco mil yardas y 70 touchdowns por tierra.
La otra carta que pueden jugar los Jets es la de Najee Harris, un prospecto que presenta mucho potencial: en Bama alcanzó 57 TDs desde el scrimmage y 46 por acarreos, números que también agradan en la organización de la AFC Este.
Periodista y CM en prensa gráfica y radio. Cubre la NFL en No Huddle desde el 2021 y es parte de los equipos de redacción y Redes Sociales.
