Los Bills finalizaron una temporada que fue de mayor a menor. Tras ser los favoritos por diversos medios y analistas, golpes dentro y fuera de la cancha quebraron una temporada que se esperaba cuasi-perfecta, para terminar con una pobre performance en la Ronda Divisional. Por tercera temporada consecutiva el equipo se mostró en deuda, y el buen rendimiento reflejado en la temporada regular no pudo ser reflejado en la postemporada, acrecentando las dudas sobre el rol de la carrera y la defensiva.
Durante la última temporada, la defensiva continuó ratificando su predominio en la liga. Sin embargo, la lesión de Von Miller redujo significativamente el rendimiento del pass rush, poniendo presión en este cuerpo. Por su parte, a medida que avanzó la season, y producto de un esporádicamente eficiente juego de carrera, la ofensiva se volvió predecible y unidimensional. Simultáneamente, la lesión sufrida por Josh Allen tomó cierta relevancia, pero la principal alerta fue el elevado número de intercepciones.
Pese a ello, el equipo se mantuvo competitivo, y sólo ante la salida del Linebacker titular y dos veces Pro Bowler, Tremaine Edmunds, el roster se mantuvo completo. Ahora, la franquicia del norte de New York buscará profundidad y competitividad en ciertas posiciones, mientras es nuevamente una de las tres favoritas a ganar el Super Bowl.
Spencer Brown is missing his blocks badly and it is costing this team. Watch how every other lineman on this play is engaged and winning their 1 on 1s. This is the same type of play that got Josh hurt vs the Jets. Arm hit while attempting to make a pass. #BillsMafia pic.twitter.com/nshh5kyYbD
— Dave Myers (@DaveMyersBIB) December 21, 2022
La salida de Tremaine Edmunds podría subyacer como la principal necesidad y urgencia a cubrir por la franquicia. Si bien esto era verdad hasta hace no más de una semana, la recontratación de A.J Klein y la última conferencia de Brandon Beane, General Manager, han dado una señal contraria a ello. De este modo, la necesidad a cubrir el puesto de “MIKE” (MLB) ha perdido peso, siendo muy probable que sólo se busque competitividad de cara a Septiembre.
Sin embargo, la principal necesidad del equipo se encuentra de este lado del roster. Consecuencia por la propia filosofía expuesta por la franquicia, y pensando en 2024, los Bills no cuentan con un IDL con contrato vigente más allá de esta temporada. Ed Oliver, la apuesta en el draft 2019, será agente libre tras haber ejercido la opción de quinto año. Por su parte, DaQuan Jones y Tim Settle, otras apuestas importantes en agencia libre, serán nuevamente UFAs.
Pensando en la ofensiva, el draft podría traer una solución a la pieza más endeble, el tackle derecho. En la última temporada, el OT Spencer Brown permitió 42 presiones, 9 golpes al mariscal y 4 sacks, siendo el responsable del 27.5% de las presiones permitidas, ubicando al egresado de Northwestern en el RT #34 de 37 estudiados.
Mas allá de dichas necesidades aparecen otras más debatibles. Entre los fanáticos y analistas, la necesidad de un playmaker toma cierta relevancia, por no decir mucha. En primer lugar, la envidia que recae sobre los Bengals y Ja´Marr Chase, junto a la potencial no renovación de Gabriel Davis, hacen creer en la necesidad fuerte de invertir en un WR. En segundo lugar, la incapacidad en expandir el playbook en la zona corta de juego, especialmente las YAC y recepciones producidas por Cole Beasley en 2021, hacen a la razón de seleccionar un WR Slot. Aunque sobre este último punto, la propia demanda de más acción de Khalil Shakir, entra en contraposición. En tercer lugar, el “exito” del personal 12 por parte de los Chiefs lleva a los fanáticos a presionar por tomar un Tight End para redirigir a la ofensiva hacia dicho esquema. Lo cierto, es que la ofensiva de los Bills no presenta mas del 10% de los snaps con dos TE y un RB desde 2019. Por último, la selección de un Running Back (¡Otro más!) sigue siendo moneda corriente.
Actuario. Analista de Datos. Especialista de Safeties en Guia No Huddle 2023.