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Los Arizona Cardinals son uno de los equipos que se presenta al próximo NFL Draft con múltiples necesidades por cubrir y con la determinación de completar la reconstrucción iniciada hace dos años. Bajo la dirección de Jonathan Gannon y el liderazgo del quarterback Kyler Murray, quien regresa de su lesión, el equipo está decidido a seleccionar las piezas que le faltan en este draft para consolidarse como un equipo competitivo.
Después de terminar la temporada con un récord de 4-13, los Cardinals ya han comenzado a mover sus fichas en la agencia libre. Por un lado, el equipo se ha reforzado con nombres destacados, principalmente en la defensa, incorporando a jugadores como los linieros Justin Jones y Bilal Nichols, así como al esquinero Sean Murphy-Bunting. Además, en un esfuerzo por proteger a Kyler Murray, el equipo ha fichado al tackle izquierdo Jonah Williams. Sin embargo, también han experimentado salidas significativas, especialmente en el cuerpo de receptores, con las partidas de Marquise Brown y Rondale Moore.
A pesar de estos cambios, la franquicia cuenta con un interesante capital en el Draft, siendo el equipo con la mayor cantidad de selecciones, incluyendo dos en primera ronda. Esta abundancia les brinda la flexibilidad necesaria para moverse a lo largo y ancho del evento, complementando lo hecho en la agencia libre y pensando en establecer una base sólida de cara a la próxima temporada de la NFL.
En un escenario donde se espera una agencia libre más agresiva, esta se verá eclipsada por las selecciones realizadas en el draft. Aunque el impacto de muchos de estos jugadores, especialmente aquellos contratados en rondas bajas, pueda ser menor que lo que se podría haber obtenido mediante agentes libres, la dirección de la franquicia señalará una mayor importancia al draft como base del roster. Detrás de esta decisión, la franquicia deberá concentrarse en lograr un impacto directo en las siguientes posiciones.
Con las salidas de Marquise Brown y Rondale Moore, el cuerpo de receptores se encuentra ahora en una situación de escasez tanto en términos de protagonismo como de profundidad. Desde la temporada regular de 2020, ningún receptor ha logrado superar las 1.000 yardas, subrayando la necesidad imperiosa de un receptor número uno capaz de estirar el campo y competir en el juego aéreo, especialmente desde la partida de DeAndre Hopkins. La elección de un receptor con la primera selección es la principal prioridad para la franquicia.
La defensiva de los Cardinals fue la tercera peor en capturas durante la temporada pasada, y la peor en defensa contra la carrera. Dennis Gardenck, un agente libre no reclutado de la Universidad de Sioux Falls, lideró al equipo defensivo con solo seis sacks, la cantidad más baja para un líder de equipo en la temporada. Sin embargo, a pesar de su esfuerzo, el equipo experimentó un colapso total contra el juego terrestre. En una división donde el juego por tierra es fundamental para las ofensivas rivales, es evidente que la línea defensiva necesita aumentar su protagonismo y productividad para ser competitiva.
La relación entre las anotaciones permitidas e intercepciones ha sido uno de los mayores desafíos de la temporada. La llegada de Sean Murphy-Bunting es un detalle insignificante en un panorama realmente complicado. Tanto Starling Thomas como Marco Wilson, ambos proyectados como titulares, permitieron cinco pases de anotación, con un índice de eficiencia del quarterback por encima de los 130.
Actuario. Analista de Datos. Especialista de Safeties en Guia No Huddle 2023.
