La de los Chicago Bears pareciera ser una fábula de nunca acabar, en la que siempre termina reinando el concepto de ensayo/error: año tras año, las aspiraciones de la franquicia administrada por el GM Ryan Poles van en sintonía con ese salto de calidad que, lamentablemente, nunca llega a cristalizarse. Y eso empezó a doler. Y mucho.
De cara a la próxima temporada, el escenario vuelve a ser el de hace casi una década (o más). Tras un 2023 enrarecido —en donde la ofensiva de Luke Getsy terminó siendo la variable de ajuste—, el equipo de Matt Eberflus tiene la obligación de reinventarse casi por completo y el NFL Draft 2024 asoma como una instancia vital para resetear todo lo hecho hasta el momento.
Dicho esto, en la Windy City saben que sus cuatro selecciones tienen sabor a poco, pero si son bien utilizadas pueden convertirse en un plazo fijo para alegría del fandom local. Por eso, todas las miradas giran en torno a Poles, que deberá recalibrar el ataque liderado por el flamante OC, Shane Waldron, ya sin el irregular Justin Fields en los controles.
Sin lugar a dudas, los Chicago Bears necesitan movimientos simples y concretos para reestructurar el ataque inexpresivo que los alejó de la postemporada en el 2023, pero sería una picardía menospreciar las ofertas que se presentan para reforzar una DL con varios casilleros en blanco. La gran apuesta, en definitiva, será evitar un nuevo salto al vacío a la hora de cazar talentos en un Draft que asoma muy atractivo para la mayoría de los equipos de la NFL.
Después de la breve era Fields, en Chicago se ilusionan con la idea de que Caleb Williams (USC) se transforme en la piedra basal de una ofensiva 100% renovada. Asegurados Tyson Bagent y Brett Rypien, el objetivo de máxima es ir en busca del mejor prospecto para desarrollarlo como QB franquicia. Claro está, no será tarea sencilla, pero las condiciones atléticas y técnicas del ganador del Heisman Trophy —que terminó el año con un total de 68,6% de pases completos y 30 TDs— auguran un futuro demasiado alentador. Y más aún, si el oriundo de Washington es rodeado con buenas armas que permitan soñar en grande.
A simple vista, el tándem DJ Moore-Keenan Allen suena bastante bien para que Williams —o quien sea— tenga las herramientas necesarias para mostrar todo su potencial. Pero en Chicago saben que tienen que ir por más y la tentación es Rome Odunze (Washington). El WR de los Huskies consiguió 20 TDs en las últimas dos temporadas y está apenas un escalón debajo de Marvin Harrison Jr. (Ohio State) y Malik Nabers (LSU), los principales apuntados en el cotizado catálogo de receptores. Si nadie lo toma antes del noveno pick, Odunze podría ser la frutilla del postre para la ofensiva que imagina Shane Waldron.
El Draft 2024 también presenta una gran oportunidad para los Bears en materia defensiva. La última temporada, los de Eberflus terminaron con el porcentaje de capturas más bajo de toda la NFL (4,64%) y la realidad marca que Montez Sweat —de gran tramo final en el 2023— está demasiado solo en el otro costado del campo. Así las cosas, nombres como los de Dallas Turner (Alabama), Jared Verse (Florida State) o Laiatu Latu (UCLA) pueden ser opciones más que válidas para llenar el vacío en el roster titular.
Periodista y CM en prensa gráfica y radio. Cubre la NFL en No Huddle desde el 2021 y es parte de los equipos de redacción y Redes Sociales.