La Big 10, una de las conferencias más poderosas de la FBS, decidió que finalmente tendrá temporada en este turbulento 2020. Recordemos que a comienzos de agosto habían decidido suspender las actividades deportivas a causa de la pandemia, alegando que existían múltiples riesgos e implicancias de largo sobre la salud de los jugadores que son hasta ahora desconocidas, y que por ello preferían preservar a sus estudiantes-atletas. Esta decisión tuvo eco en la PAC 12, otra de las conferencias importantes, pero la ACC, SEC y Big XXII decidieron continuar adelante, habiendo hasta ahora desarrollado entrenamientos y partidos sin mayores sobresaltos.
La pregunta que muchos se están haciendo ahora es qué cambió en estos últimos 30 días como para que la conferencia revierta su decisión inicial. Algunos alegan a que los deportes se están desarrollando de forma exitosa dentro de la NFL, que obviamente cuenta con otro presupuesto y preparación, pero también a nivel colegial. Por otro lado, muchos afirman que las razones económicas son el motivo del cambio. Sports Illustrated indica que por cada partido de local la universidad puede obtener unos 15 millones de dólares, sin contemplar todos los derechos de marca y televisivos cuando juegan fuera de casa.
Lo cierto es que la temporada se reiniciará el fin de semana del 23-24 de octubre para gusto de los entrenadores y jugadores, que bajo el hashtag #wewanttoplay reclamaron el reinicio de las actividades deportivas en ambientes seguros y controlados. Está claro que muchos de los deportistas que integran la conferencia renuevan la oportunidad de mostrar sus habilidades y de presentarse al próximo draft, y para los entrenadores la posibilidad seguir construyendo experiencia que eventualmente les permita dar el salto.
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— Justin Fields (@justnfields) August 10, 2020
Las condiciones para el retorno será la realización diaria de testeos de antígenos para los jugadores y entrenadores, y en casos de positivos, la realización de la prueba PCR. Aquellos que confirmen el positivo deberán realizarse testeos médicos cardíacos para determinar el impacto de la enfermedad en la performance física, además de permanecer sin jugar por 21 días. Toda la información deberá ser suministrada a la conferencia, que en base a los resultados determinará cómo continuará la temporada, y en caso de un porcentaje de testeos sea superior al 5%, podrá poner en pausa por una semana la competición.
A partir de este momento la conferencia deberá determinar un calendario y ponerse de acuerdo sobre cómo y cuándo se disputarán los campeonatos una vez terminada la temporada regular. Pero eso quizás hoy sea lo de menos, ya que lo cierto es que podremos volver a ver a algunos de los mejores jugadores competir en este deporte que tanto nos gusta. Ojalá podamos disfrutar de un año sin nuevos sobresaltos y que la única preocupación sea la deportiva.
Economista de carrera, escritor por pasión. A los diez años mi viejo me regaló la 13 de Dan Marino y desde entonces el aqua y naranja corre por mis venas. Después de algunas temporadas de amor/odio, el deporte se convirtió en casi una obsesión. Me encanta analizar los Xs & Os y puedo invertir fácil 20 minutos de mi día mirando una sola jugada.