La universidad de Northwestern anunció ayer el despido de su entrenador en jefe, Pat Fitzgerald. Tras 22 temporadas dentro del cuerpo técnico de la entidad de la Big Ten y 17 como entrenador en jefe, a las que les suma otras cuatro como jugador durante las cuales fue elegido dos veces como mejor jugador defensivo del año.
A lo largo de su tiempo como head coach, Fitzgerald ganó dos veces la división Oeste de la conferencia (2018 y 2020), acumuló un récord de 110 victorias contra 101 derrotas (largamente el entrenador más exitoso en la historia del programa) y una marca de 5-5 en juegos de Bowl. Fue el entrenador del año de la Big Ten en 2018 y dos de sus jugadores fueron seleccionados como All-American.
Sin embargo, sus logros deportivos no importan en lo más mínimo a la hora de analizar lo ocurrido en esta situación ya que Pat Fitzgerald fue despedido de su cargo por su negligencia a la hora de impedir que muchos de sus jugadores fueran acosados (en ocasiones sexualmente) por algunos de sus compañeros durante un período que, según informan, se extendió por muchos años.
En noviembre del año pasado, un ex jugador anónimo de Northwestern denunció ante la universidad que había prácticas de acoso en el equipo, mayormente una denominada “running” para castigar a jugadores, principalmente freshmen, que cometieran errores, ya fuera en partidos o en prácticas. Inmediatamente después de recibir la denuncia, la universidad contrató a una firma externa, ArentFox Schiff, para desarrollar la investigación. La misma encontró, luego de seis meses de investigación durante los cuales entrevistaron a actuales y antiguos jugadores del plantel, que lo denunciado estaba sostenido por evidencia. Para más detalles sobre la misma, pueden escuchar el episodio de Diario de College citado arriba.
Según informa The Daily Northwestern, si un jugador era seleccionado para running, entre 8 y 10 jugadores con mayor veteranía en el equipo, vestidos en atuendos similares a los de la película La Purga, lo retenían en el vestuario a oscuras y comenzaban a hacer “dry-humping” que, traducido lisa y llanamente, equivale a fornicar con ropa al castigado. El denunciante dijo que el resto del equipo simplemente miraba cómo sucedía y que esto ocurría hace años.
Esta, sin embargo, no era la única práctica de acoso recurrente. Tres de ellas incluían desnudez, como obligar a un QB desnudo a recibir un snap under center, de un centro también desnudo, o un "lava autos humano" en el cual un jugador desnudo debía caminar por el medio de dos filas de jugadores desnudos que giraban sobre su propio eje para forzar el contacto de los cuerpos desnudos. También se obligaba a los castigados a beber la mayor cantidad de Gatorade que pudieran en un lapso de diez minutos, lo cual siempre resultaba en vómitos. Si el castigado quería negarse a someterse, era forzado a hacerlo.
El viernes Northwestern anunció que Pat Fitzgerald sería suspendido por dos semanas sin paga, pero, un día después, el presidente de la universidad, Michael H. Schill, lanzó un comunicado informando que creía haber "errado" en su decisión. Lo cierto es que la investigación no encontró evidencia del conocimiento de todas estas prácticas de acoso por parte de Fitzgerald. Sin embargo, Schill dijo en su comunicado que se concentró "demasiado en lo que Fitzgerald desconocía y muy poco en lo que debería haber conocido".
Finalmente, la universidad oficializó ayer el despido de Fitzgerald, ante lo cual el entrenador respondió con un comunicado en el que se manifestó "sorprendido de que el presidente de Northwestern revocara unilateralmente nuestro acuerdo (de suspensión de dos semanas) sin notificación previa" y dijo que "tomará los pasos necesarios para proteger mis derechos de acuerdo con la ley". Desde la universidad respondieron en otro comunicado y afirmaron que once jugadores reconocieron la existencia de recurrentes prácticas de acoso y que las mismas ocurrían hace "muchos años".
En su comunicado, Fitzgerald pretende defenderse al decir que "la investigación reafirmó lo que yo siempre he mantenido - que no tenía conocimiento alguno de ningún tipo de acoso dentro del Programa de Football de Northwestern". Lo que el entrenador decide convenientemente ignorar es que, tras 17 años como entrenador en jefe de ese equipo, absolutamente todo lo que suceda dentro del programa es su responsabilidad. Desde los jugadores que recluta hasta lo que permite y no permite que suceda dentro de su programa, todo lo que ocurra con el equipo de football de Northwestern cae bajo su órbita.
De todos modos, si efectivamente Fitzgerald desconocía que semejantes actividades se perpetraban de manera recurrente por sus jugadores, eso lo hace absolutamente incapaz de seguir al mando del programa. Los entrenadores en jefe del college football son CEO's que usan auriculares los sábados. Es su responsabilidad contratar a su cuerpo técnico, reclutar a los jugadores y decidir sobre el presente y futuro de todos y cada uno de los integrantes de su programa. Ser la cara visible de un equipo de football es solamente una mínima parte de su trabajo y son directamente responsables por todo lo que suceda con el mismo. Por lo tanto, si su plantel de jugadores integra acosadores desde hace años, esté él al tanto de eso o no, es el resultado de sus decisiones. En este sentido, la decisión para Northwestern era inevitable.
El coordinador del año de la FCS en 2021, David Braun, originalmente contratado desde North Dakota State para ocupar el cargo de coordinador defensivo, será el nuevo entrenador en jefe de los Wildcats. Luego de un 2022 en el que terminaron con marca de 1-11 y el segundo peor diferencial de puntos por partido (-14,6) en el Power-5, les espera un complicado 2023 tras la turbulenta salida de una de las mayores leyendas en la historia de su programa.
Técnico superior en Periodismo con Orientación en Deportes. Cubre la NFL desde 2020. Director Periodístico de No Huddle, el medio más grande de fútbol americano en Sudamérica. Conduce "Diario de College" y "El Cuarto Cuarto" y es editor de la página web.
