En otra ocasión, previo a la temporada, te contamos quienes creíamos que podían tener grandes aspiraciones de cara al próximo Super Bowl y habiéndose disputado la mitad de la temporada, desde No Huddle vamos a analizar a aquellos equipos que consideramos como los grandes perdedores hasta el momento. No es un año que resulte sencillo de analizar con una pandemia de por medio que dificultó la preparación y el desarrollo para cada una de las franquicias. Puede haber otros equipos compartiendo esta sección en la que ninguno quiere estar pero estos quizás sean los más significativos.
Los Cowboys llegaban a esta temporada no como candidato sino como un “caballo negro”. La finalización del vínculo con Jason Garrett a finales de la temporada pasada y la contratación de Mike McCarthy suponían buenos augurios en el estado de Texas. Asímismo, algunas contrataciones durante la free agency como la de Gerald McCoy y Everson Griffen generaban entusiasmo y la sensación de que la franquicia iba en el rumbo correcto después de mucho tiempo. Al mismo tiempo, Dak Prescott fue etiquetado como jugador franquicia, lo cual aseguraba su presencia al menos por un año más después de un gran último año de contrato y como si esto no fuera suficiente para entusiasmarse, Jerry Jones y compañía tuvieron uno de los mejores drafts de toda la liga.
A pesar de la expectativa que los fans y la prensa tenía, los Cowboys vienen decepcionando a propios y extraños. Las lesiones plagaron el equipo antes y durante la temporada (Gerald McCoy, Tyron Smith, La’El Collins, Blake Jarwin, Chidobe Awuzie, etc.) pero la más devastadora fue la brutal lesión de su QB franquicia, Dak Prescott que lo marginará del campo de juego para lo que resta del año. Además, la defensiva estuvo completamente lejos del nivel esperado y es un completo colador.
Por lo pronto, los Cowboys son dueños de un pick dentro del top-ten del próximo Draft. La danza de nombres empezará pronto dadas la remota chance de clasificar a playoffs jugando tan mal. Mike McCarthy tiene por delante la durísima tarea de encontrarle la vuelta a este equipo.
Los Falcons llegaban a la temporada con grandes expectativas de pelear la división y hacer carrera dentro de los playoffs. A la ofensiva, todos los titulares supieron ser picks de primera ronda del draft. En la posición de QB, Matty Ice tiene todo el talento propio y alrededor para hacer de la ofensiva de Atlanta, una de las más explosivas de la liga. Todd Gurley llegó en la free agency y automáticamente se consideró una adición notable para ese backfield. Julio Jones y Calvin Ridley. de los mejores dúos de WR de la liga. Estaba todo ahí. Del lado defensivo quizás algunas dudas respecto de la secundaria pero la sensación era que la defensa jugaría con el partido a su favor y podría ejercer presión y generar errores por parte del rival.
Resulta difícil de explicar qué pasó cuando no hubo lesiones significativas ni pérdidas de jugadores por otro tipo de razones. El talento de esta escuadra, sigue estando ahí. También es cierto que estuvieron muy cerca de ganar varios partidos que terminaron perdiendo en los últimos minutos y de ser así, probablemente hoy tendrían un récord positivo. Sin embargo, por falta de esfuerzo o mal coaching, la defensa no supo aguantar cuando más se la necesitaba y la realidad es otra y es realmente preocupante y significó el despido del HC Dan Quinn.
En Atlanta no bajaron los brazos y el equipo parece haber levantado el nivel lo que supone que ganarán algunos partidos más esta temporada. El talento, como dijimos, sigue estando ahí. Es un proceso de transición igualmente ya que la próxima temporada habrá un nuevo HC que de seguro hará borrón y cuenta nueva. Algo que este equipo necesitaba desesperadamente desde aquella fatídica derrota en el SB LI.
Minnesota llegaba a esta temporada como uno de los animadores de la NFC. De hecho, el año pasado quedaron fuera de competencia en la ronda divisional de los playoffs a manos de los que eventualmente fueron campeones de conferencia. Kirk Cousins firmó una extensión de contrato de dos años y mucho dinero garantizado, que más allá de gustos propios, lo tenía ganado. El QB guió a su equipo a playoffs en temporadas consecutivas y por momentos jugando a gran nivel. Dalvin Cook por fin estuvo sano y dominó por completo el juego por tierra. La fórmula ganadora era sencilla: darle el balón a Cook. La defensiva, elite. Hunter y Griffen dominaban las trincheras y la secundaria generaba continuos intercambios de balón. Si bien previo al draft intercambiaron a su mejor receptor, Steffon Diggs, lo cierto es que se quedaron con un grandísimo WR, Justin Jefferson, a un valor mucho menor y con un techo, a mi gusto, más alto. ¿La única preocupación? Green Bay, como todos los años.
Otro caso difícil de explicar. La agencia libre vio partir varios titulares y si bien en el draft tuvieron muchos picks, por lo general, los novatos tienen algunos años de aclimatación a la liga hasta tanto demuestren todo su talento. Así mismo, Kirk Cousins bajó considerablemente su nivel y lució realmente mal. Lejos, muy lejos, de lo que su contrato significa y exige. Del lado defensivo, Danielle Hunter estará fuera el resto de la temporada por una hernia de disco. En un trade sorpresivo, adquirieron al talentoso DE Yannick Ngakoue sólo para dejarlo ir nuevamente vía trade a Baltimore por una ronda más baja por la cual lo adquirieron. Zimmer es un gran entrenador pero esta pobre producción encendió algunas alarmas en la gerencia.
El equipo tuvo algunas muestras de mejoría, sobre todo, en la última semana vs. Packers. No obstante, la consistencia no es algo a destacar de esta versión 2020 de los Vikings. Lo que suceda con el HC de cara a la próxima temporada aún es un interrogante a responder y de seguro, Mike Zimmer, estará dirigiendo por su trabajo en las próximas semanas. Kirk Cousins deberá elevar considerablemente su nivel si no quiere buscar un empleo la próxima free agency.
Los Texans, en los últimos años, son los favoritos a llevarse su división. Sobre todo, por tener entre sus filas a uno de los mejores QB de la liga y por ende, de la AFC Sur. Deshaun Watson, cuando sano, es de los más talentosos. Su juego mantiene a este equipo continuamente en partido. La última temporada incluso, llegaron a disputar la ronda divisional de los playoffs quedando fuera a manos de los eventuales campeones del Super Bowl, en un encuentro que tranquilamente podrían haber ganado pero desperdiciaron una ventaja holgada y eso, les costó el partido. La expectativa para el 2020 sin dudas era repetir lo conseguido el año pasado y por qué no, ir aún más lejos. Del lado defensivo, JJ Watt regresó de una lesión en los playoffs y llegaba sano a esta temporada. Algo no menor dada la envergadura y el talento que posee el mayor de los hermanos Watt.
¿Es válido, a este punto, decir que el error fue mantener a Bill O’Brien como general manager? Creo que la respuesta es un rotundo “Sí”. La diferencia entre el O’Brien entrenador y quien toma las decisiones gerenciales, era abismal. Tal es así que dejó ir a su segundo mejor jugador del equipo, DeAndre Hopkins, a cambio de una selección de segunda ronda, otra de cuarta y un RB que prácticamente nunca estuvo sano y lejos estuvo de sobresalir, David Johnson. Con el diario del lunes o con el diario del viernes, la decisión es inentendible. DeAndre Hopkins está dentro de los mejores cinco WR de la liga y sigue poniendo números monstruosos en su nuevo equipo mientras Deshaun Watson sigue corriendo por su vida. El puesto a reforzar y atender era la línea ofensiva, y el general manager volvió a tomar una mala decisión. Esto pone en un riesgo continuo la salud de su mejor jugador y claramente, su única esperanza de ganar. Los McNair, dueños de la franquicia, tomaron la sabia decisión de prescindir de sus servicios tanto de entrenador como GM después de estos papelones. Los jugadores, por su parte, se manifestaron a favor de esto con mensajes que sugieren que incluso había conflictos con el ahora ex HC, Bill O’Brien.
Romeo Crennel se hizo cargo del equipo y el histórico entrenador seguramente sea quien quede en el puesto hasta finales de temporada. El desastre de O’Brien se trasladará también a la próxima temporada dado que le entregó a los Dolphins un par de picks de primera ronda en el intercambio de Laremy Tunsil hace dos años. Esto significa que a pesar de tener una pésima temporada y carecer de talento en algunos puestos, no tendrá el pick más importante para reforzarse. La prioridad, con o sin picks, debe ser cuidar a Deshaun Watson. Tiene un talento enorme y es el único capaz de darle una chance de ganar a esta franquicia.
El análisis era sobre aquellos equipos por los cuales había cierta expectativa porque este año fueran trascendentes en su división e incluso en su conferencia. Los Jets no clasificaban dentro de dicha categoría pero merecen una mención especial en este informe dado que es el único equipo que aún no registra una victoria en la temporada.
Llegaban a la temporada habiéndose desprendido de su mejor jugador defensivo, Jamal Adams y con una falta absoluta de talento del lado ofensivo. Como si esto fuera poco, recuperaban al talentoso LB CJ Mosley que había quedado fuera la última temporada por lesión pero optó por no jugar esta temporada debido a la pandemia. Sam Darnold es un gran QB pero que no tiene las armas suficientes para explotar todo su potencial y en cualquier otra franquicia, nadie cuestionaría su selección en el draft.
Párrafo aparte para su HC, Adam Gase quien no tiene mérito alguno para hoy continuar con trabajo en esta liga. No hay un solo antecedente en su historial como head coach que invite a confiar en él como “gurú ofensivo”. No se comprende por qué esta franquicia insiste con él. Incluso el General Manager, Joe Douglas, apoyó públicamente al entrenador y dijo que “es parte de la solución”. Insólito.
La mitad verde de la Gran Manzana va camino a elegir primera en el próximo draft. Si bien el jugador aún no lo anunció, todo indica que tendrán a su disposición a uno de los mejores productos de los últimos años del College, el QB de Clemson Trevor Lawrence. El GM, además de bancar a su HC, dijo que Sam Arnold es el QB del futuro para esta franquicia. Si algo puede empeorar todo lo malo que los Jets están haciendo, es que no elijan a Lawrence el próximo draft. Hoy los Jets son mejor equipo sin Gase, que con él.
Co-Founder de No Huddle. Editor, redactor y conductor de los distintos productos del medio. Sigue la NFL desde 2012 y la cubre desde 2020. Especialista en Dallas Cowboys.