Los 49ers de San Francisco son los campeones reinantes de la NFC, y los subcampeones de la NFL. Pero apenas tres años atrás, esto era impensado.
¿Cómo hizo este equipo que tuvo récord de 10-22 en los últimos dos años para transformarse en uno de los más dominantes de la liga?. Demos vuelta las agujas del reloj y veamos cómo con buena administración de personal, un equipo puede desmantelarse y reconstruirse en un lapso tan veloz como sus alas abiertas.
En el invierno de 2017, tras contratar al ex jugador John Lynch como el nuevo GM, los 49ers anunciaron que el próximo head hoach de la franquicia sería Kyle Shanahan, hijo de Mike Shannahan, dos veces campeón con los Broncos de Denver. Miembro de una familia en la que el juego ofensivo pensado como una ciencia es ley, Kyle trajo ese approach a toda la franquicia.
Shanahan heredó al equipo que vió a dos head coaches salir por la puerta de atrás en años consecutivos, ya que Jim Tomsula y Chip Kelly sólamente pudieron estar un año cada uno al mando del equipo y por malos resultados, controversias fuera del campo de juego (como en el caso de Colin Kaepernick) y presiones desde los medios, no sostuvieron su cargo.
Lynch y Shanahan tomaron ese roster y lo desmantelaron, entrando a la primera temporada con ellos a cargo teniendo una gran incógnita en la posición más importante del juego, la del quarterback.
Con un mediocre Brian Hoyer bajo centro, la primera temporada del nuevo régimen comenzó con un muy pobre récord de 0-5 antes de que Hoyer sea puesto en la banca a la mitad de un juego en Washington, para que ingrese el novato de tercera ronda del Draft, C.J. Beathard. Las derrotas se acumularon y San Francisco comenzó el año 0-9. Pero el equipo hizo un cambio que sacudió a la franquicia en la fecha límite de Halloween, y consiguió al mariscal de campo suplente de los Patriots y niño mimado de Bill Bellichik, Jimmy Garoppolo, por una selección de segunda ronda del Draft. "Jimmy G" fue titular en los últimos cinco juegos, todas victorias, ayudando a su nuevo equipo a convertirse en el primero en la historia de la liga en comenzar 0-9 y terminar 6-10.
Garoppolo no solo jugó bien durante ese período, fue uno de los mejores quarterbacks de la liga. Sus 8.5 yardas por intento fueron las mayores entre todas los mariscales de campo. Sus 297 yardas por juego fueron terceros y los 28.8 puntos por juego del equipo ocuparon el quinto lugar después de que el equipo anotó solo 17 puntos por juego durante las primeras 12 semanas.
Esto le permitió a Garoppolo obtener un contrato de cinco años y US$137.5 millones el siguiente invierno, habiendo sido titular solamente 7 veces en la NFL. Claro, parecía un mariscal de campo de franquicia, pero había un riesgo considerable al firmar un acuerdo con casi US$50 millones garantizados para un jugador que tenía un tamaño de muestra tan limitado durante sus primeras 4 temporadas en la NFL.
La emoción de haber terminado 5-0 en 2017, más la adquisición de Richard Sherman y la explosión de DeForest Buckner, llevó a altas expectativas en torno a los 49ers en 2018. Fueron ampliamente considerados como un club que daría un salto hacia la disputa de playoffs con Garoppolo bajo centro. Sin embargo “Jimmy G” se rompió los ligamentos de la rodilla izquierda en la Semana 3, agregando más combustible al fuego de las preguntas sobre la viabilidad de Garoppolo como una solución a largo plazo, a pesar de la promesa que mostró en su primera temporada con San Francisco.
Los 49ers terminaron con un récord de 4-12, dos victorias menos que en la temporada anterior, obteniendo la selección No. 2 en el Draft. Eso le permitió a los niners elegir a Nick Bosa, una estrella que proporcionaría un impulso masivo a una línea defensiva que tuvo una temporada mediocre. Además, consiguieron a Dee Ford, quien también fue obtenido tras un trueque por una selección de segunda ronda del Draft después de que los Chiefs de Kansas City le apliquen el Franchise Tag, y al ex Buccaneers Kwon Alexander en la Agencia Libre.
El atractivo de ir a jugar a los 49ers para Alexander, Bosa y Ford fue simple de entender. Se unieron a un equipo joven que jugaba mucho mejor de lo que el récord de 4-12 indicaba, un récord que fue principalmente producto de perder a Garoppolo tres semanas después del inicio de la temporada (además de una serie de otras lesiones en el roster, lo que llevó a San Francisco también revisar su personal de rendimiento de jugadores en esta temporada baja).
Así que aquí están, campeones de la NFC en el 2019 tras ganar 13 partidos en la temporada regular y después de representar a la conferencia en el Super Bowl, gracias en gran parte a una defensa que ha sido la mejor en la liga, liderada por la línea defensiva donde Bosa y Ford están complementando al gran trabajo de los tackles interiores DeForest Buckner y Arik Armstead. Ofensivamente, Garoppolo ha sido eficiente, George Kittle ha sido el mejor ala cerrada en el deporte, la línea ofensiva ha sido consistente y las complejidades del esquema de Shanahan han sido comprendidas e implementadas por un núcleo ofensivo mejorado.
Shanahan cometió muchos errores a la hora de elegir jugadas al final del Super Bowl, en una performance similar a la que vimos de su parte en el Super Bowl LI, como Coordinador Ofensivo de los Falcons, cuando en vez de correr el balón para matar el reloj, puso la pelota en el aire y dejó que los Patriots vuelvan, perdiendo una ventaja de 28-3.
Se escapó la oportunidad de ser campeones. Pero la ventana de este equipo está más que abierta, y no se extrañaría volver a ver a estos 49ers nuevamente en el partido más importante de la liga. Es en estos momentos en los que este joven equipo deberá aprender.
Lo único que resta ahora es seguir con el modelo que le dió éxito a John Lynch y a Kyle Shanahan, apenas 3 años después de desmantelar un roster entero, tras 2 años de perder y tener elecciones altas en el Draft, siendo agresivos en Agencia Libre y mejorando al equipo con trueques. El roster de San Francisco quizás sea difícil de sostener, por la cantidad de dinero que tendrá que gastar reteniendo a sus estrellas, pero eso realmente importa poco ya que están pensando en ganar hoy, y ganar seguido.
Lo cierto es que los 49ers han tenido un éxito imposible de negar, y si estos últimos 3 años sirven como guía, su sistema puede tener éxito a futuro. San Francisco ha vuelto oficialmente a ser una franquicia modelo para la NFL.
Periodista, analista y relator de Rosario, Argentina que cubre el football americano profesional y colegial en No Huddle, Mundo NFL, NFL GamePass y DAZN.