Dallas tiene en vistas una temporada más que prometedora con nuevo entrenador en jefe y una gran camada de jugadores novatos. Sin embargo, el éxito de este equipo estará limitado al acuerdo que alcancen con su QB a largo plazo. Si bien hace algunos días sellaron un contrato por un año con Andy Dalton, ex mariscal de los Cincinnati Bengals que supo ganar muchos partidos e incluso conducirlos a postemporada en varias oportunidades, la gerencia aclaró una y mil veces que Dak Prescott es el titular y planean llegar a una resolución lo antes posible.
Para comprender la importancia de que los Cowboys consigan la continuidad de su QB1, debemos hablar de él desde el inicio de su carrera en el 2016. Luego de ser seleccionado en la 4ta ronda con el pick 135 del Draft, viene dando sobradas muestras de carácter y equilibrio para una franquicia que suele estar con muchos flashes a su alrededor.
En aquel año, debido al infortunio de la lesión de Tony Romo en la pretemporada y de la fractura de peroné de su ahora coordinador ofensivo Kellen Moore, debió asumir el papel de titular y demostró no solo estar a la altura de las circunstancias sino además ser capaz de liderar al equipo, más allá de su período como “reemplazante de Romo”. A las claras está que el dueño y gerente general, Jerry Jones, siempre se imaginó a Tony en los comandos. De hecho, las selecciones de primera ronda de los grandísimos linieros ofensivos de los Cowboys (Tyron Smith, Travis Frederick y Zack Martin) dejan en claro que intentaba protegerlo. Fue entonces que llegó Prescott para revolucionar todo.
El ahora comentarista de la cadena CBS logró recuperarse de su lesión, pero nunca más vio el campo de juego a excepción del último partido de temporada regular, en donde ingresó solo una serie ofensiva, que terminaría siendo la última de su carrera. En ese momento, Jason Garrett se refirió como “hot hand” a la decisión de continuar con Dak, es decir, “seguir con lo que nos viene dando resultados”. Fue así que Dallas terminó la temporada con marca de 13-3, clasificando a los playoffs como el mejor equipo de la Conferencia Nacional y con semana de descanso. Lamentablemente, luego perdieron en casa con los Packers de Aaron Rodgers (su gran verdugo) en la ronda Divisional. La producción a lo largo del año y el avance a la postemporada, le valieron a Prescott la presencia en el Pro Bowl.
Meses más tarde, Romo anunció su retiro de la NFL dejando en claro su profunda tristeza por haber perdido el puesto, pero entendiendo que era lo mejor para el equipo. Desde entonces, Dak asumió formalmente su rol como QB de la franquicia. Ya no asomaba la sombra de su antecesor y no tenía que mirar más sobre su hombro. Sin embargo, en otra prueba de carácter, no se mantuvo conforme con esto y siguió trabajando para mejorar día a día. Recordemos que venía de una universidad como la de Mississippi State que no tenía un estilo profesional y la transición ha sido muy fluida gracias al continuo esfuerzo realizado.
La temporada 2017 no fue tan exitosa como la anterior y los Cowboys terminaron con marca de 9-7. En esta oportunidad, Prescott lanzó para 3,324 yardas, 22 TD, 13 INT y sumó otras 357 yardas por tierra con 6 TD por la misma vía. Fue una campaña atípica por la suspensión de 6 partidos de su amigo y baluarte en la ofensiva Ezekiel Elliott, luego de una controvertida disputa con el Comisionado Roger Goodell. En el tiempo que Zeke no estuvo en el campo, perdieron tres partidos y no llegaron a clasificar a postemporada. No obastante, a nivel personal, continuaba con una impresionante marca de 22 ganados y 10 perdidos en sus primeros dos años y seguía impresionando al tratarse de un jugador seleccionado recién la 4ta ronda del Draft.
El inicio del 2018 no fue nada prometedor. Los Cowboys le habían dicho adiós a Dez Bryant antes de comenzar el campo de entrenamiento y el equipo afrontaría la temporada con un cuerpo de receptores de baja calidad, siendo Cole Beasley el líder de estos. Por fortuna, a fines de octubre, en un trade que nadie vio venir, adquirieron a Amari Cooper de los Oakland Raiders a cambio de una selección de primera ronda del Draft. De aquí en adelante, Cooper y Dak establecieron una química que los potenció a ambos en sus posiciones. Gracias a este intercambio, terminaron con marca de 8-1 desde que el receptor estuvo en el campo. Dallas avanzó a postemporada, dejando en el camino al siempre duro Seattle en la ronda de comodines y terminó perdiendo a manos de los Rams en la ronda divisional, en un partido que estuvo golpe a golpe hasta los últimos instantes. Prescott, una vez más, tuvo una temporada brillante con 3,885 yardas por aire, 22 TD, 8 INT y otras 305 yardas y 6 TD por tierra.
En la siguiente pretemporada, muchos creían le ofrecerían un vínculo a largo plazo, sellando a su QB franquicia antes de que finalice su contrato como novato. Sin embargo, optaron por dejarlo jugar su último año sin renovación, lo cual nos lleva nuevamente al presente.
Los Cowboys terminaron la última temporada con una discreta marca de 8-8 pero que para nada responsabiliza a su mariscal. El gigante de Texas tuvo pobres producciones tanto a nivel defensivo como ofensivo, entre ellas, recientemente nos enteramos que sus receptores dejaron caer 51 pases “atrapables”. Prescott lanzó para 4,902 yardas por aire, 30 TD y 11 INT, mientras que corrió para otras 277 yardas y 3 TD. Es por esto que consideramos que sin dudas es la cara de este equipo y por sobre todas las cosas, un QB franquicia.
Los números no mienten, Dak merece su contrato. El nuevo entrenador en jefe, Mike McCarthy, dejó en claro al llegar a Dallas que la decisión de aceptar el trabajo la tomó pensando en Prescott como su quarterback y esta influencia no hará más que potenciar enormemente su carrera, sumado al ya buen desempeño de Kellen Moore. El HC pasó todo un año fuera de la liga perfeccionándose y sin dudas traerá grandes ideas a la mesa para que su QB pueda explotar. El gran ejemplo de esto es Aaron Rodgers y pregúntenle a Jerry Jones si no quisiera que el líder de su ofensiva siga los pasos de este.
Los Cowboys han demostrado públicamente sus intenciones de llegar a un acuerdo, pero el nuevo CBA aprobado el pasado mes de Marzo y la cantidad de dinero que hay en juego están postergando la definición. Prescott será el jugador mejor pago de la liga, de esto no hay dudas, solo falta saber cuándo y la extensión que tendrá su contrato. De lo que tampoco hay dudas, es de que el surgido de Mississippi State ha tenido una grandiosa carrera hasta el momento y todo nos hace creer que Dallas cuenta con grandes chances de levantar un Lombardi con él en los comandos.
Co-Founder de No Huddle. Editor, redactor y conductor de los distintos productos del medio. Sigue la NFL desde 2012 y la cubre desde 2020. Especialista en Dallas Cowboys.