Prácticamente todo lo que sucede en el juego es medible y puede ser analizado desde las estadísticas. Este deporte es dominado por las mismas, siendo estas cada vez más importantes para los entrenadores a la hora de armar planes ofensivos y/o defensivos. Tambien sirven a los gerentes generales al momento de reclutar nuevos jugadores y para perfeccionar el juego. Sin embargo, en ocasiones los números pueden reflejar resultados poco comprensibles o difíciles de creer.
Esta introducción es necesaria para entender a la ofensiva de los Bucs que el año pasado terminó rankeada como la #1 por pase. Jameis Winston tuvo 33 TD por aire y lanzó para un total de 5,109 yardas en 626 envíos, esto le valió el título de mejor QBs en yardas por esta vía. Además, tanto Mike Evans como Chris Godwin terminaron la temporada con más de 1,000 yardas cada uno. Si vemos esta estadística sin saber cómo finalizó la temporada, tranquilamente podríamos pensar que el equipo de Florida estuvo en postemporada y su ofensiva era realmente de temer. No obstante, Winston también se adjudicó holgadamente los honores, como el QB con más intercepciones, lanzó 30 en total. Esto significa que cada 21 pases, uno fue interceptado, poniendolo en porcentaje sería el 4,76% de sus envíos. Adentrándonos en un análisis más exhaustivo, Tampa Bay tuvo un promedio de 1.9 INT por partido y terminó en el fondo de la liga con un promedio de 2.6 entregas de balón por encuentro. Cuando un equipo entrega tanto el balón a sus rivales, la experiencia nos dice que éste no será el ganador.
Los Bucs terminaron la temporada con marca perdedora y no clasificaron a postemporada. La gerencia y el HC Bruce Arians, decidieron que lo mejor para la franquicia era afrontar la siguiente temporada sin la presencia de la ex 1ra selección global del draft de 2015, Jameis Winston. Esto evidencia que si bien los números indican que fueron los mejores en el departamento de yardas por aire, se necesita mucho más que eso para ser una ofensiva exitosa.
Por fortuna para los fans de los Buccaneers y de la NFL en general, la próxima temporada tendrán al futuro HOF Tom Brady en los controles. A diferencia de lo antes analizado, serán una ofensiva totalmente distinta a la que Arians nos tiene acostumbrados y a la que los seguidores de este equipo vieron en los últimos años. Brady no tiene la potencia de brazo que sí tiene Winston, pero sin duda tiene una buena visión del juego que le permite tomar mejores decisiones que su colega. El coach Arians junto con el OC Bryan Leftwich, deberán armar su plan ofensivo con Tom Brady como eje principal y posibilitarle lecturas favorables dentro de sus habilidades.
A priori, hay mucha expectativa por parte de toda la liga por ver de qué será capaz la ofensiva de los Bucs. Lamentablemente, la pandemia está retrasando el comienzo de los entrenamientos y las actividades organizadas de las franquicias, y esto no hace más que perjudicarlos e incrementar la incertidumbre respecto de qué resultados tendrán, otra duda es si Brady todavía es capaz de ganar sin Belichick y McDaniels en los laterales. Solo hay algo que es seguro: con Tom Brady, el show y los flashes de calidad estarán garantizados. Estamos todos invitados a presenciar a su majestad una vez más en el emparrillado.
Co-Founder de No Huddle. Editor, redactor y conductor de los distintos productos del medio. Sigue la NFL desde 2012 y la cubre desde 2020. Especialista en Dallas Cowboys.