Un nuevo caso de brutalidad policial contra un integrante de la comunidad afroamericana en Estados Unidos desnuda, una vez más, las injusticias raciales al interior del país. George Floyd fue asesinado por un miembro de la policía de la ciudad de Minneapolis, Minnesota, luego de haber sido detenido, presuntamente, por un delito de falsificación. Este caso, que lamentablemente es uno de los tantos, cobró especial relevancia por haber sido filmado el momento en el que el efectivo policial sofocaba a Floyd durante la detención, a pesar de sus reiterados pedidos de auxilio para poder respirar.
La ciudad que hospeda a los Vikings, cuyo estadio se encuentra a sólo unos cientos de metros de donde ocurrió el hecho, está convulsionada reclamando justicia por Floyd, pero pidiendo además a las autoridades que las minorías en Estados Unidos no sigan siendo blanco discrecional de las fuerzas de seguridad. Actualmente el policía se encuentra detenido, aunque es difícil pronosticar que este pequeño acto de justicia pueda sanar las heridas ocasionadas diariamente por la desigualdad.
Desde el año 2016, cuando Colin Kapernick se arrodilló durante el himno de Estados Unidos en la previa de un partido, muchos deportistas profesionales comenzaron a ser más vocales en sus reclamos contra la brutalidad policial y las desigualdades raciales dentro del país. Ya sea mediante las redes sociales, o imitando la manifestación del exmariscal de los 49ers, los jugadores de la NFL intentan embanderar el reclamo por un país más justo. Pero esta manifestación no estuvo libre de represalias. Muchos aficionados al deporte, periodistas, e incluso el propio presidente Donald Trump, criticaron la actitud bajo el pretexto de faltarle el respeto a la bandera y a los símbolos patrios. Al día de hoy, sigue siendo motivo de controversia cada vez que un jugador de la liga hinca la rodilla durante el himno.
Este año, la NFL sumó una iniciativa para intentar reducir la desigualdad, la expansión de la Rooney Rule. Esta norma, en líneas generales, alienta a que las entrevistas en las oficinas y los puestos de entrenadores de las franquicias puedan ser ocupados por miembros de minorías, o que al menos tengan el derecho a una entrevista laboral. Inicialmente se buscó premiar a equipos que lo hagan, incluso establecer cupos mínimos para los equipos, sin embargo, la propuesta encontró muchos detractores y la liga decidió implementar una alternativa menos profunda.
Estos intentos por achicar la desigualdad, y la aparición de sus detractores, ponen de manifiesto que no será simple transitar un camino que conduzca a una solución que conforme a la sociedad norteamericana en un todo.
A lo largo de la semana, múltiples referentes de todos los deportes manifestaron su solidaridad ante el caso de Floyd y volvieron a pedir por la seguridad e igualdad en las comunidades afroamericanas. Nombrarlos a todos sería una odisea, aunque quisiéramos destacar dos de los casos que más resonaron.
Carson Wentz, QB de los Eagles, expresó su dolor por la institucionalización del racismo en múltiples niveles en los Estados Unidos. El jugador agregó que él, habiendo crecido en un estado predominantemente blanco (sólo 1% de la población de North Dakota es afroamericana), no puede dimensionar el sufrimiento de las minorías, y dijo: “Nunca voy a actuar como si supiera lo que la comunidad afroamericana tiene que atravesar, nunca sabré lo que es sentir miedo de que mis hijos salgan a la calle y tener que preocuparme por el color de su piel. Sin embargo, sé que todos somos iguales y nada de esto debería importar”.
Un segundo personaje que se expresó fue Brian Flores, entrenador en jefe de los Dolphins. El coach manifestó su preocupación sobre cuán expresivas son algunas personas en manifestarse contra aquellos que se arrodillan en el himno o contra la Rooney Rule, pero cuánto silencio realizan cuando el racismo queda expuesto. El excoordinador defensivo de los Patriots indicó que es su voluntad como líder de la organización enseñar a sus jugadores la importancia de la honestidad, la empatía y la transparencia como valores fundamentales, y agregó que se ilusiona con que estos hechos de injusticia puedan inspirar al cambio de toda la comunidad.
Una reflexión final y a título personal. Los prejuicios sociales no son potestad de Estados Unidos, y el racismo no es su única manifestación. Casi diariamente debemos ser testigos de manifestaciones de xenofobia, sexismo, odio religioso o por clase social. Es nuestro deber no dejar pasar por alto esas conductas, y siempre con respeto, defender la igualdad como principio básico que gobierne nuestra sociedad.
Economista de carrera, escritor por pasión. A los diez años mi viejo me regaló la 13 de Dan Marino y desde entonces el aqua y naranja corre por mis venas. Después de algunas temporadas de amor/odio, el deporte se convirtió en casi una obsesión. Me encanta analizar los Xs & Os y puedo invertir fácil 20 minutos de mi día mirando una sola jugada.
