Cuando uno menciona el nombre de Bill Belichick, el mejor discípulo de Bill Parcells, se lo suele hacer de modo reverente. Después de todo, se trata de uno de los mejores HC de la historia. Y aquí, vamos a examinar brevemente cómo fue su camino de vida en la NFL.
Belichick comenzó su carrera con los entonces Colts de Baltimore en la temporada de 1975. Ted Marchibroda lo contrató para ser su asistente personal, gracias a una intervención de su padre, Steve Belichick, legendario scout del equipo universitario de la academia de la Marina estadounidense. Desde sus inicios, el joven Bill se destacó por su ética de trabajo, deseoso de aprender todo lo que pudiera sin importar el esfuerzo que ello implicara.
Un año después, Belichick se unió a los Lions de Rick Forzano, otro viejo conocido de su padre Steve, como su coach asistente de equipos especiales, el HC eventualmente le otorgó también responsabilidades sobre los tight ends. Forzano fue despedido tras apenas cuatro partidos, pero su reemplazo, Tommy Hudspeth, lo mantuvo en el equipo. Al año siguiente, Hudspeth lo asignó como coach de receptores. Sin embargo, el HC tampoco duraría mucho. Y así, Belichick cambió nuevamente de equipo: en 1978 pasó a ser coach asistente de equipos especiales y asistente defensivo en los Broncos de Denver, bajo el mando de Red Miller. Al igual que en sus pasos anteriores por Baltimore y Detroit, Belichick no se quedaría mucho tiempo en el equipo. Sin embargo, su gran oportunidad estaba por llegar.
En 1979, Ray Perkins fue nombrado HC de los New York Giants. Allí, Ernie Adams, uno de sus asistentes, le sugirió contratar a un viejo conocido, en quien creía y sabía que tendría mucho éxito. Así es como Bill Belichick llegó a los Giants.
Su primer cargo allí fue como asistente defensivo y coach de equipos especiales, donde sorprendió al HC por su manejo con jugadores de nivel, pero que veían al joven asistente como alguien que no merecía su respeto. Allí tuvo su primer encuentro con quien sería su mentor más longevo, Bill Parcells.
Parcells se iría temporalmente del equipo antes de la temporada de 1980, cuando ya había aceptado previamente en ser el coordinador defensivo. Belichick pronto sería ascendido en defensa a coach de linebackers, el viejo cargo de Parcells. Sin embargo, este terminaría volviendo al equipo, y para 1983 se convirtió en su HC, tras el retiro de Perkins.
Durante ese tiempo, Belichick se ganaría el respeto de Parcells, una figura con una personalidad polarizante que contrastaba completamente con el perfil analítico y reservado de su subordinado. A pesar de la agresividad de Parcells, Belichick obtuvo su confianza, a tal punto que, cuando este fue nombrado coordinador defensivo, en 1985, en realidad ya había estado en los controles de dicha unidad desde hacía dos temporadas. Así, Belichick se convertía en un coach importante, con apenas 33 años.
Fue en este rol en el que Belichick encontraría sus primeros éxitos: al mando de jugadores talentosísimos como Lawrence Taylor, Harry Carson, Carl Banks, Pepper Johnson, Leonard Marshall y Everson Walls, que conformaban el “Big Blue Wrecking Crew”, Belichick conseguiría ganar el Super Bowl XXI, en donde los Giants vencieron a los Broncos de manera convincente, por 39 a 20, y repetiría en el Super Bowl XXV, partido en el que los Giants vencieron a los Bills por 20 a 19, en un final dramático.
Su hazaña más grande fue en la victoria del Super Bowl XXV, al cierre de la temporada de 1990. Belichick se dio cuenta de que la clave para detener a unos Bills imparables en ofensiva era obligar a que Jim Kelly, su mariscal estrella, lanzara lo menos posible. Belichick tuvo la nada envidiable tarea de convencer a sus estrellas de que tenían que dejar que Thurman Thomas corriera a gusto y piacere… y ellos decidieron confiar.
“Renunciaré a esto si Thurman Thomas corre para más de 100 yardas y perdemos”, fueron las palabras que Johnson le escuchó decir a Belichick en aquella oportunidad. Y tal como predijo, Thomas consiguió 135 yardas en 15 acarreos, y los Bills (cuyo coordinador ofensivo era el mismísimo Ted Marchibroda, quien le diera a Belichick su primer trabajo en la NFL) perdieron en la penúltima jugada, tras ese fatídico intento de gol de campo de Scott Norwood que se fue desviadoa la derecha. Así se consumó una de las victorias más icónicas en la historia del Super Bowl.
En ese juego, Belichick utilizó constantemente 8 jugadores en cobertura de pase, en diversos esquemas. Consiguió que Jim Kelly lanzara para apenas 212 yardas sin touchdowns. Mientras tanto, el ataque, liderado por el suplente Jeff Hostetler (quien reemplazó al titular, Phil Simms, lesionado durante la temporada regular) mantuvo la posesión por poco más de 40 minutos. Fue un trabajo de equipo perfecto. Y el plan de juego que Belichick formulara para el partido terminó en el Salón de la Fama.
Tras ese partido, Parcells decidió retirarse, aunque luego terminaría volviendo. Sin embargo, George Young, GM del equipo, no quiso saber nada respecto a la idea de que Belichick se convirtiera en el nuevo HC. Young desconfiaba de su coordinador defensivo por su personalidad y falta de tacto, en particular con la prensa, algo que puede verse incluso hoy en día. Por eso, Young decidió que el sucesor de Parcells sería Ray Handley.
Y así, pese a estar prácticamente en la élite de los coaches del deporte y de conseguir dos anillos, Belichick se quedaba sin trabajo, forzado a irse de un equipo del que no se hubiera separado nunca.
En 1991, Art Modell, dueño de los Cleveland Browns, aprovechó la oportunidad y no dudó en convertir a Belichick, con apenas 39 años, en el nuevo HC de su equipo. Así, se le abrían las puertas de nuevo al joven entrenador. Belichick tendría algunas figuras relevantes en su plantel de entrenadores, como Nick Saban, coordinador defensivo y futuro HC de Michigan State, LSU y Alabama, cargo que ostenta en la actualidad, Kirk Ferentz, coach de línea ofensiva y HC de Iowa desde 1999 a la actualidad, así como su viejo amigo Ernie Adams actualmente ejecutivo de New England, también Scott O’Brien, coach de equipos especiales y actualmente scout de los Patriots.
Cleveland había sido relevante durante los años 80, en donde Bernie Kosar, mariscal y sucesor de Brian Sipe, había hecho llegar al equipo a tres juegos de campeonato de la AFC en cuatro años. Sin embargo, en esas tres oportunidades, tropezaron siempre con la misma piedra: Denver, quien a su vez perdería con los representantes de la NFC en sus apariciones de Super Bowl en dicha década.
Sin embargo, durante esos años, Belichick no pudo transformar a su plantel en un equipo contendiente, pese a contar con jugadores de cierto renombre, como el ya mencionado Kosar, Eric Metcalf, Earnest Byner, conocido por “The Fumble”, una tristemente célebre jugada en donde perdió la pelota en un momento crucial del juego de campeonato de la AFC de 1988, donde los Browns caerían ante los Broncos. Michael Dean Perry, Eric Turner, Keenan McCardell, y adiciones posteriores como Vinny Testaverde y sus viejos conocidos Carl Banks y Pepper Johnson.
Su paso por el equipo no estuvo exento de controversias. En 1993, tras una racha de dos derrotas consecutivas, Belichick decidió usar a Testaverde como titular en lugar de Kosar. Testaverde llevaría al equipo a un récord de 5-2 tras siete partidos. Al lesionarse Testaverde en el octavo partido, Kosar regresaría de la banca, aunque no pudo evitar que los Browns perdieran ante Denver, 29-14. Como resultado, Belichick cortó a Kosar, quien se iría a Dallas e, irónicamente, lograría conseguir un anillo de Super Bowl ese mismo año.
En 1994, Belichick consiguió llegar a playoffs. Ese año Cleveland, que tuvo seis jugadores nominados al Pro Bowl (Hoard, Johnson, Rob Burnett, Perry, Metcalf y Turner), y dos al All-Pro (Turner en el equipo titular, Perry en el segundo equipo), consiguió un récord de 11-5. En la ronda de comodines, Cleveland vencería a los Patriots de New England, liderados por nada menos que Bill Parcells, por 20-13. Sin embargo, Pittsburgh acabaría con las aspiraciones de los Browns, al vencerlos 29-9 en la ronda divisional.
El desastre ocurrió en 1995. Mientras Cleveland tenía un paso irregular, Modell, inmerso en problemas económicos, y en medio de disputas sobre las mejoras al estadio municipal de la ciudad, en donde los Browns jugaban sus partidos, concretó sus planes para mudar al equipo a Baltimore. El anuncio de la mudanza llevó a que el equipo, entonces con un récord de 4-5, se desplomara: Cleveland terminó con una marca de 5-11.
La mudanza se llevó a cabo al año siguiente, y así es como surgieron los Ravens de Baltimore. Cleveland se quedó sin equipo de fútbol americano hasta 1999, cuando la NFL autorizó la creación de un equipo de expansión que tomaría a su cargo la identidad y logros de la franquicia de Cleveland. Sin embargo, este equipo “reencarnado” no llega a ser ni una sombra de los Browns de antaño.
¿Y Bill Belichick? Fue despedido por Modell el día de San Valentín de 1996, pese a tener todavía dos temporadas en su contrato. La suerte nuevamente le jugó en contra.
Tras su salida de Cleveland, Belichick inmediatamente consiguió trabajo: se convirtió en el coach de defensive backs y HC asistente de los Patriots. Así, se reunió de nuevo con Bill Parcells. En ese año, los Patriots llegarían al Super Bowl XXXI, en donde perderían con los Green Bay Packers de Mike Holmgren y Brett Favre por 35 a 21.
Al año siguiente, Belichick acompañaría a Parcells, quien fue contratado por los Jets de Nueva York, rivales divisionales de New England. Allí, Belichick sería el coordinador defensivo, a la vez que mantenía su cargo adicional de HC asistente. En 3 temporadas con los Jets, ambos llegarían a playoffs solo una vez, en la temporada de 1998, en donde cayeron en el juego de campeonato de la AFC ante los Broncos, eventuales campeones del Super Bowl XXXIII.
Al finalizar la temporada de 1999, Parcells anunció su segundo retiro, y acordó con la gerencia de los Jets que Belichick lo sucedería como HC del equipo, mientras que él se convertiría en el GM. Parecía un hecho consumado, hasta que el destino intervino nuevamente.
New England acababa de echar a su HC, Pete Carroll, quien venía de sufrir un colapso que llevaría a su equipo a no clasificar a la postemporada. Robert Kraft, dueño de la franquicia, tenía una muy buena opinión sobre Belichick, así que decidió apostar a todo o nada: fue a buscar a Belichick para convertirlo en el nuevo HC de los Patriots.
Y Kraft lo consiguió, pese a la opinión de muchos periodistas de que Belichick no tendría éxito, y sobre la oposición de los Jets, que se enfurecieron por la maniobra, a punto tal de que Paul Tagliabue, comisionado de la NFL, intervino en la disputa y resolvió el asunto forzando a los Pats a realizar un intercambio: ellos darían su selección de primera ronda del 2000, una de cuarta ronda de 2001 y una de séptima ronda de 2002, a cambio del derecho de firmar a Belichick, más una selección de quinta ronda de 2001 y una de séptima ronda de 2002. Además de su rol de HC, Kraft lo nombró GM del equipo, y le otorgó poderes casi totales respecto a la toma de decisiones y al armado del plantel.
Así, al comenzar el nuevo milenio, Bill Belichick estaba por segunda vez al mando de un equipo. Y en el draft de ese año, siguió el consejo de Dick Rehbein, su entrenador de mariscales, y eligió con una selección compensatoria de sexta ronda a un mariscal de Michigan, Tom Brady. Y el resto es una historia que todos conocemos de sobra… en 20 temporadas al frente del equipo, Belichick tuvo 19 temporadas con récord ganador, 17 coronas divisionales, 9 títulos de conferencia y 6 anillos de Super Bowl. El alumno definitivamente superó al maestro, aunque sea gracias a Parcells que Belichick es quien es ahora.
BONUS: Para quienes estén más interesados en conocer la carrera de Belichick con lujo de detalles, les recomiendo leer "Belichick: The Making of the Greatest Football Coach of All Time", de Ian O'Connor. Me sirvió para la realización de este artículo, y es muy llevadero e interesante. Lectura obligada e imperdible para cualquier amante de la historia del deporte.
Desde hace algunos años me podés encontrar en NFL Argentina en Twitter comentando partidos, y ahora me sumo a No Huddle para aportar mi granito de arena y ayudar a convertirlo en el medio líder en el deporte. Me volví aficionado al fútbol americano por casualidad, cuando me topé con el Super Bowl XLVI mientras hacía zapping una noche de verano. Tras aquel partido, comencé a seguir a los Patriots, a quienes les tuve simpatía porque perdieron en esa oportunidad. Pensé que era una buena opción, hasta que poco después me enteré que eran los más ganadores del momento... terminó siendo una gran decisión.