Algunos dicen que es la posición más importante de cualquier deporte que se juegue en equipo. Es sin duda la posición que más flashes genera, a la que los medios más tiempo le dedican, es la mejor remunerada en el football, y es la que puede cambiar por siempre el futuro de una franquicia. El mariscal de campo (o QB) es tal vez el rol más atractivo pero a la vez más demandante del juego, y no tanto por la destreza física, que sin dudas es necesaria, sino por la capacidad de procesar un gran volumen de información en tiempo real.
Para tener una idea, en un tiempo máximo de 40 segundos le indican al mariscal la jugada a ejecutar, la que debe recordar y comunicar al resto del equipo, luego debe leer la defensa rival e intentar predecir lo que van a hacer en base a lo que estudió en la semana, luego debe sacar el snap y efectivamente leer lo que ocurre, y en función de ello, tomar la mejor decisión. La lectura post snap y tiempo para lanzar la pelota no deben ser más de en promedio 2.7 segundos. Una vez que se termina la jugada, tienen 40 segundos para repetir toda la operación. A esto hay que sumarle que deben tener la fuerza, precisión y anticipación para lanzar el pase, o en caso contrario puede terminar incompleto, o peor, interceptado.
Cuando un QB logra ejecutar el proceso de forma eficiente ya se garantiza un lugar como titular, si lanza bien el balón posiblemente entre al top 16, y si además puede generar jugadas cuando todo lo planificado sale mal, estamos hablando de una de las estrellas de la liga. Como dijo Ryan Fitzpatrick antes de llegar a los Dolphins, hay 32 de estos trabajos en todo el mundo, y la competencia es feroz.
Dado que en general no hay una rotación significativa en la posición, posiblemente no tenga tanto sentido analizar equipo por equipo la inversión en temporada baja, además, si un jugador llega de la agencia libre, es porque posiblemente haya sido suplente en otra franquicia. Solo quisiera mencionar brevemente cuáles son los equipos que tendrán un nuevo QB en la semana 1 en 2020, para luego analizar con mas detalle la performance de la posición durante la última temporada.
Los Panthers se despidieron de Cam Newton luego de una nueva temporada signada por lesiones, y contrataron los servicios de Teddy Bridgewater para una nueva temporada. Este mariscal supo ganar todos los partidos que inició durante la lesión de Drew Brees, aunque es difícil evaluar su rendimiento globalmente ya que Sean Payton lo utilizó de forma muy conservadora (lanzó en promedio 3.3 yardas antes de la marca del primero y diez, el más conservador de toda la liga). Con un nuevo equipo de entrenadores de calidad en Matt Rhule y Joe Brady, es de esperarse que Teddy pueda tener algo de éxito en una división en la que asoman como perdedores.
Los Chargers se despidieron de Phillip Rivers y seleccionaron con el sexto pick global a Justin Herbert, el marsical de los Oregon Ducks, aunque el entrenador indica que depositará su confianza en el veterano Tyrod Taylor. Anthony Lynn, entrenador en jefe, deberá elevar el nivel de la línea ofensiva y asegurarse de establecer un buen juego terrestre con Ekeler para dar buenas condiciones iniciales a quien comience en la posición.
Los Bengals dejaron claro rápidamente que ven en Joe Burrow, último ganador del trofeo Heismann y campeón con LSU, el futuro de la franquicia. Tanto es así, que la franquicia de Cincinnati pareció ser mucho más agresiva en la agencia libre para incorporar jugadores y dejar salir a Andy Dalton. Sin embargo, el cuestionamiento a un entrenador joven y un grupo ofensivo que pareciera ser peor que el resto de los equipos de la división, indicaría que el novato no va a tener un primer año fácil, a pesar de todo su talento.
Tom Brady será el nuevo mariscal de los Bucs, conducidos por Bruce Arians. Sí, como escucharon, Brady no será el QB de los Patriots, y se propondrá extender su cultura ganadora en la Florida. En la temporada baja el equipo de Tampa Bay se reforzó en la línea de golpeo, retuvo a sus mejores receptores, y de yapa le trajeron a su ala cerrada favorito, Rob Gronkowski. El cielo parece el límite para Tampa que quiere aprovechar que el Super Bowl se juega en su ciudad para volver a jugar la final luego de casi 20 años. Sin embargo, en la división lo espera Drew Brees y Matt Ryan que de mínima no le harán su trabajo fácil.
Los Colts firmaron a Rivers. Esta franquicia el año pasado se encontró con la sorpresa de que Andrew Luck no volvería a jugar, y tuvieron que hacer malabares entre los QB suplentes, que no pudieron afianzarse en la posición. Los Colts pareciera que confían estar cerca de ser un equipo de play-off, o en otro caso no hubieran firmado un veterano, pero tienen una excelente línea ofensiva y un grupo de receptores que puede ser interesante. De paso, seleccionaron a Jacob Eason de la Universidad de Washington, quien tiene posiblemente uno de los mejores brazos entre los novatos, para ver si encuentran en él al futuro de la franquicia o al menos un suplente consistente.
Los Patriots intentarán olvidarse rápidamente de Brady, y luego de un Draft en donde no seleccionaron a nadie en la posición, Stidham es el favorito para iniciar como titular. El ex Auburn fue seleccionado en la cuarta ronda el año pasado, y sus pocos snaps como profesional no fueron prometedores, pero no hay que olvidarse que el entrenador sigue siendo Bill Bellichik, quien supo transformar a un desconocido QB en quizás al mejor de todos los tiempos y en el suplente Garoppolo en un QB capaz de llegar al Super Bowl.
Para los Dolphins la pregunta es cuándo Tua Tagovailoa tomará el mando del equipo. Algunos afirman que desde la semana 1 si ya se encuentra sano. Otros dicen que convendría esperar todo el año para que pueda aprender detrás de Fitzpatrick, quien tuvo un gran cierre de tempoarda (tal como hizo Mahomes con Smith). Y otros que quieren esperar a que una línea ofensiva totalmente nueva tenga algo de consistencia antes de poner bajo centro a Tua. El tiempo y Brian Flores determinarán cuál de todas estas opciones será el camino por seguir.
Si miramos solamente el puntaje pasando el balón otorgado por PFF para los mariscales con más de 150 dropbacks (o jugadas de pase), nos encontraremos que el mejor rankeado fue Russell Wilson de los Seahawks, y que el peor fue Kyle Allen de los Carolina Panthers y de cerca lo siguieron los Steelers que con la lesión de Big Ben debieron acudir a dos de sus suplentes. Pero más allá del puntaje en sí mismo, cuyo gráfico se ve a continuación, es interesante entrar en algunas estadísticas particulares, que nos permitirán entender más sobre el QB y el estilo de juego.
Los gráficos que vamos a mostrar exhiben el máximo y el mínimo (los topes de la línea), la mediana (línea horizontal dentro de la caja), el promedio (la X) y los cuartiles (límites de la caja). Para pensarlo fácilmente, imaginemos que los que están dentro de la caja con color son el estándar de la liga, mientras que los que se encuentran fuera son los casos atípicos.
El primer gráfico que quiero mostrar son los pases completos y los pases completos ajustados, en donde el segundo indicador ajusta los pases completos por balones soltados por los receptores, y no computa como pase incompleto cuando el mariscal tira el balón deliberadamente fuera del campo, tira el balón al piso para detener el reloj, o bien si el pase es detenido en la línea de scrimmage por un defensivo. El promedio de pases completos ajustados es 74.4%, un 10.7% mayor respecto de completos. Lideran la estadística los Saints y los Raiders, quizás no sea una sorpresa el caso de Drew Brees a quien se reconoce como uno de los más precisos de la liga, pero el caso de Carr sin dudas es llamativo. En el caso del QB de los Raiders quizás se explique por el hecho de que es uno de los que más mejora cuando ajustamos por sucesos que exceden su control, de 70.4% a 82.3%. Quienes tuvieron la peor performance ajustando la cantidad de pases completos fueron los Lions, que debieron acudir a un suplente por la lesión de Stafford y los Browns. Ya sabemos que Baker Mayfield no tuvo un buen año, y esto no hace más que reflejarlo.
Pero hay dos estadísticas que también son clave de combinar con la tasa de pases completos, que son el tiempo para lanzar el balón, y la cantidad de yardas promedio que se buscan por pase. A pases más cortos es más fácil tener pases completos. Y mientras más tiempo en el pocket, también. Debemos ser cuidadosos con el tiempo dentro del bolsillo de protección: poco tiempo puede significar una mala línea ofensiva que fuerza pases rápidos, o puede indicar sencillamente un estilo de juego que impone un entrenador.
El tiempo promedio desde el snap hasta que el mariscal suelta el pase fueron 2.62 segundos, el máximo fueron 2.83, y el mínimo 2.39. Nos puede parecer poco a priori, pero medio segundo en este deporte puede ser una eternidad. Quien más tiempo se tomó para lanzar el pase fue Kirk Cousins de los Vikings (un estilo de juego con mucho play action contribuye) y quien menos tardó fue el ex QB de los Bengals Andy Dalton. En términos de yardas por pase, la liga promedió 7.3 yardas. El mínimo lo tuvo Trubisky con 6.1 y el máximo fueron los 8.55 de los Titans (9.6 Tannehill y 7.5 Mariota).
Veamos el caso de los Vikings para tomar un ejemplo completo. Casi un 32% de sus dropbacks fueron en formato de play action, y dado que tiene una finta asociada, demora más tiempo en desarrollarse (el máximo de 2.83 segundos con el ovoide), pero tomando ventaja de que los linebackers se acercan a la línea de scrimmage, hay más lugar donde lanzar el balón (tercer mejor adjusted completion y sexto mejor en yardas por intento con 8.1), aunque el riesgo del play action es que muchas veces el mariscal debe dar la espalda a la jugada.
Del otro lado, los Bucs tuvieron a Winston solo un 17% de las veces en play action, pero utilizaron un ataque muy vertical instaurado por Arians que les permitió buscar 8.2 yardas por pase (quinto mayor en la liga). Sin embargo, las rutas más largas toman más tiempo en desarrollarse (2.7 segundos) y son más difíciles de completar (solo 70.2%). Cada estilo de juego intenta explotar distintos aspectos que también impactan en la estadística más allá del jugador.
Finalmente, quisiera comparar el QB rating (estadística que realiza la NFL para los QB) en 3 situaciones diferentes. (i) cuando está en play action, (ii) cuando lanza pases profundos (más de 20 yardas), y (iii) cuando lanza bajo presión. Para eso comparamos el QB rating en todos los pases vs el QB rating en situaciones puntuales y analizando la diferencia entre ambos podemos ver donde cada mariscal se siente más cómodo. En azul se encuentra el puntaje en la situación analizada, y en gris el QBR para el promedio de todas las jugadas de pase.
Cuando analizamos el QBR (formula compleja cuyo rating dejo acá, pero que a fines prácticos es importante saber que su máximo es 158.3) en situaciones de play action se destacan dos cosas. La primera es que el promedio y el máximo suben, es decir, en general los mariscales tienen mejor “nota” en play action. Pero el segundo dato llamativo es que el mínimo se mantiene, es decir, que no todos mejoran por igual. De esto se desprende el primer dato curioso: hay dos QB que empeoran cuando están en situación de play action, uno es Aaron Rodgers, el otro es Ryan Fitzpatrick. Aunque hay que entender los motivos, Miami no pudo correr el balón la última temporada, por lo que por más que el equipo hiciera la finta, los linebackers no se comprometían, en cambio Rodgers puede que se haya sentido más cómodo mirando todo el tiempo el campo rival y diagnosticando la defensa.
El mejor equipo en Play Action fue Tennessee. La sola amenaza de Derrick Henry hizo que las defensivas cargaran la caja (espacio entre tackles y cinco yardas hacia atrás) y se abrieran espacios muy grandes para Tannehill, quien fue muy preciso en sus pases profundos. El mejor QB rating quedó para Baltimore, aunque Brees y Tannehill tuvieron mejor puntaje, pero su estadística se comparte con Bridgewater y Mariota, respectivamente.
Cuando analizamos pases profundos inmediatamente vemos una dispersión mucho mayor, es decir, hay QB que lanzan muy por debajo del promedio cuando van profundo, y otros que lanzan mucho mejor. En promedio, los mariscales empeoran un poco su puntaje cuando el pase busca completarse con 20 yardas o más, aunque no es una diferencia muy significativa.
El mejor lanzando pases profundos quizás sea una sorpresa: el novato de los Jaguars, Gardner Minshew, tiene un puntaje de 129 vs el 91 de todos su pases. El segundo mejor posiblemente no lo sea, Patrick Mahomes II tuvo un puntaje de 122.9, pero la base del puntaje fue 105.3. Los peores fueron Kyle Allen, suplente en Carolina y la sorpresa, Jared Goff. El mariscal de los Rams registró un QBR de 44 cuando fue profundo, muy por debajo del promedio de la liga y del 86.5 que registra en todos sus pases. Sin dudas Goff deberá trabajar en este aspecto del juego para poder estresar verticalmente a las defensas rivales.
Otros que deberán mejorar en pases profundos son Haskins, Rivers y Trubisky, quien registran caídas muy fuertes en sus puntajes en este tipo de pases.
Cuando el mariscal está bajo presión su puntaje claramente tiende a empeorar, y es claro que si se lanza un pase mientras se recibe un golpe o con un jugador rival en la cara, entonces las cosas tienden a empeorar. El promedio en esta situación fue 67, vs el 91 general. Pero dentro de esta tendencia están claramente aquellos que logran mantenerse más estables (Wentz, Carr, Mahomes, Jackson y Brees son algunos de los casos) y otros que poco pueden hacer bajo presión, como fue Eli Manning, Jameis Winston y el propio Tom Brady.
Este último caso es sin dudas llamativo, Brady registró un QBR de 51.8 bajo presión y 88 en el resto de sus intentos de pase, esta caída de casi 41% lo pone como uno de los peores jugadores si no contemplamos a los suplentes que debieron ingresar por lesión (Rudolph o Blough). Arians deberá tomar nota y darle buena protección a su mariscal si pretende llegar al Super Bowl.
Economista de carrera, escritor por pasión. A los diez años mi viejo me regaló la 13 de Dan Marino y desde entonces el aqua y naranja corre por mis venas. Después de algunas temporadas de amor/odio, el deporte se convirtió en casi una obsesión. Me encanta analizar los Xs & Os y puedo invertir fácil 20 minutos de mi día mirando una sola jugada.