Matt Nagy, entrenador en jefe de Chicago Bears, nombró como quarterback titular de su equipo para la semana 1 a Mitch Trubisky este viernes en conferencia de prensa. El mariscal, formado en la Universidad de North Carolina, recibe así quizás su última oportunidad en la NFL. Trubisky iniciará su cuarto año del contrato de novato y, por su mediocre rendimiento en la última campaña, su futuro no luce nada claro.
Después de un 2018 en el cual supo generar expectativas positivas, lo del año pasado fue todo decepción. Como muestra alcanza un dato duro estadístico: en 2019, el promedio de yardas por intento de pase se redujo a un pobre 6.1 y se lo pudo ver, jornada tras jornada, falto de confianza, algo que incluso se llegó a percibir trasladándose a todos sus compañeros.
Nagy: “We now have a library of film that we can evaluate and critique and judge and make decisions."
— Chicago Bears (@ChicagoBears) September 2, 2020
QB competition unofficially comes to a close.
Pero ya sea el destino, la falta de competencia interna o su propio esfuerzo en los trainings camps, le han ofrecido una nueva chance para mostrar su valor como segunda selección global del draft de 2017. Y cuando digo destino, no puedo dejar de recordar que Trubisky decidió optar por la NFL cuando aún le quedaban dos años universitarios, el riesgo que podría cobrarse truncando su carrera profesional.
Cuando digo falta de competencia interna no es por desmerecer a Nick Foles, quien tuvo su momento de gloria en el cierre de la campaña 2017 para Philadelphia Eagles, luego de empezar el año como suplente y terminar ganando el SuperBowl LII nada menos que a los Patriots de Brady, y llevándose el premio al jugador más valioso de la final. La elección de Trubisky sobre Foles habla peor de las lesiones del ex Kansas City, que bien o muy bien del juego de Mitch.
O quizás, y lo dejo para el último párrafo porque siempre es agradable ver cómo ciertos deportistas superan obstáculos, se vencen a sí mismos y logran triunfar, el rendimiento de Trubisky en los entrenamientos de agosto ha sido bueno o muy bueno, y su entrenador y su franquicia consideran que le deben una última oportunidad. Ojalá así sea, y aunque parezca muy dudoso desde el frío punto de vista de algún analista deportivo, los Bears recuperen al que en algún momento consideraron su mariscal del futuro.
Empecé a seguir la NFL allá por 1989, y por el encanto que tiene la ciudad de Seattle de inmediato me convertí en fanático de los Seahawks. Escribo crónicas periodísticas y participo de los podcasts. Me obsesiona la estrategia que domina al football americano tanto dentro como fuera del campo de juego. Creo que la NFL representa al deporte del futuro en su combinación exacta de fuerza, habilidad e inteligencia.