Luego de anunciar su retiro, Drew Brees no solo le puso fin a una de las más grandes carreras deportivas de la historia, sino también terminó con el legado más grande y que más va a enorgullecer a la ciudad de Nueva Orleans.
Alguna vez, un magistral músico argentino esbozó en una canción la frase “Poder decir adiós es crecer”, y eso refleja exactamente lo que debemos hacer todos aquellos que algún día vimos a Drew lanzar un balón. No va a ser fácil, y aunque nos veníamos preparando desde ese último partido ante Tampa Bay, nunca se está del todo listo para algo así.
Pocos recuerdan la llegada del mariscal a los Saints durante la agencia libre del año 2006. El exjugador de los Chargers venía de una de las peores lesiones que puede sufrir un pasador en su hombro hábil y se dudaba de si iba a poder desempeñarse nuevamente al nivel que exige la NFL.
Miami era su destino elegido. Tanto él como su mujer habían visitado el estado de Florida, donde Brees tuvo una cena con Nick Saban (entonces entrenador de los Dolphins) y parecía tener todo encaminado, pero fue el resultado del exámen físico que le hizo el equipo lo que determinó que finalmente fuese Daunte Culpepper el elegido para ocupar la posición (luego jugaría solo cuatro partidos como mariscal de Miami).
Ahí se uniría su camino con el de los Saints. La vida le sonrió a la franquicia de Nueva Orleans, que venía de atravesar el peor año desde su fundación, debiendo sobreponerse al huracán Katrina. Sean Payton conseguía a su mariscal y la ciudad entera se encolumnaría detrás de Drew Brees. El French Quarter comenzaría a cobrar vida nuevamente.
Históricamente, Brees fue siempre un competidor nato. Venía cosechando logros desde su época de high school en Texas, llevando a su equipo al campeonato estatal, para luego continuar con su paso por Purdue, donde logró que la universidad obtuviera nuevamente una victoria en el Rose Bowl después de más de 30 años, para culminar con su llegada a la NFL.
Nadie que lo haya visto crecer y desarrollarse como jugador ponía en duda que su futuro como profesional se veía prometedor. Basta con ver el documental "9 for No. 9" y escuchar lo que sus compañeros y entrenadores dicen de él: no es posible hallar a una sola persona que haya conocido a Brees y lo considere un mal compañero, otra muestra más de que no era solo un grandísimo jugador, sino un ser humano que predicó con el ejemplo a lo largo de su vida entera.
Retirarse con "solamente" un anillo de campeón parece ser la única cuenta pendiente en su carrera, pero haber logrado cinco temporadas con más de 5.000 yardas, 13 veces Pro Bowl, cinco veces All-Pro, dos veces el mejor jugador ofensivo del año y el MVP del Super Bowl XLIV, son registros que sin duda lo depositarán en el Salón de la Fama en la primera oportunidad, sumados a todos los récords individuales que ha obtenido en estos 20 años como profesional.
Querer reducir todo el significado de Brees a lo que hizo adentro de la cancha sería obtuso. No fue solo un mariscal de campo dentro del Superdome, también lo fue fuera, en la ciudad que lo recibió y que lo llegó a idolatrar.
A lo largo de los años, siempre se lo notó involucrado con su gente, ayudó a sacar a la ciudad de las ruinas en la que quedó luego del Katrina y desde el día uno se comprometió con su labor social. Tanto él como su mujer, ayudados por los dueños de la franquicia, se encargaron de volver a construir los cimientos para la refundación de Nueva Orleans.
Ahora que no estará más lanzando pases y consiguiendo touchdowns, se espera que su participación activa como miembro de la ciudad no disminuya, ya que, en palabras del propio jugador “no importa a qué lugar del mundo vaya, Nueva Orleans siempre va a ser parte de mí”. Y así como se siente Brees, se sienten también todos los hinchas que volvieron a creer gracias a él.
Who Dat y eternamente gracias, Drew.
Estudiante de Periodismo con orientación en Deportes. Cubre la NFL desde el 2020. Jugador de Football Americano y Flag Football desde el 2016. Miembro de Football de Primera, encargado de la cobertura de las distintas ligas del deporte en Argentina.