Cuando uno escucha o lee March Madness, automáticamente lo asocia con el torneo final del basket de la NCAA, denominado así por justamente realizarse en ese mes y por la cantidad de partidos que se juegan previos al Final Four, que proclama al nuevo campeón universitario. Pero no sólo en ese deporte existe la locura de marzo.
En la NFL, a mediados de ese mes se produce la apertura de la agencia libre, la cual ocasiona un frenesí tanto de los equipos que buscan los mejores jugadores disponibles como de los fanáticos, que festejan cada incorporación como si fuese una anotación o sufren con la partida de un miembro a otra franquicia.
El mercado en 2021 ha agregado un reto adicional con la primera caída en el límite del tope salarial en una década, provocado por las ganancias reducidas durante la pandemia del COVID-19. Esto significa que los gerentes generales de cada franquicia deberán hacer todo lo monetariamente posible para contratar atletas sin desperdiciar ni un dólar.
Hoy vamos con aquellos equipos que, para nosotros, resultaron ser los claros ganadores. ¿Comenzamos?
Haber finalizado con record perdedor en el 2020 (7-9) y no haber llegado a postemporada no le habrá gustado nada a Bill Belichick. Por esa razón, Patriots apostó por sumar varios refuerzos de cara al 2021.
El esfuerzo económico fue astronómico (gastaron alrededor de 245 millones de dólares), consiguiendo jugadores de primer nivel que de seguro le darán un salto de calidad a la plantilla y volverán a poner a New England entre los contendientes a la AFC Este. Entre los más destacados podríamos nombrar a los TEs Jonnu Smith y Hunter Henry, ex Titans y Chargers respectivamente; al OLB ex Ravens Matt Judon, al CB Jalen Mills, al OT Trent Brown (ex Raiders) y los WRs Nelson Agholor y Kendrick Bourne, provenientes de Las Vegas y San Francisco. Además le renovaron al centro David Andrews por cuatro años y repatriaron a un LB que supo brillar en Boston como Kyle Van Noy.
Josh McDaniels buscará que Smith y Henry congenien de igual forma como lo hicieron Rob Gronkowski y Aaron Hernández entre los años 2010 y 2012. Seguramente veremos formaciones y jugadas muy parecidas a las de esas campañas. Agholor será quien ejecute las rutas largas y les genere los espacios en medio de la cancha para que puedan ser aprovechados por estos TE y por Bourne, un receptor de renovación de cadenas. Judon y Van Noy son dos grandes jugadores que generarán un impacto inmediato: ambos tienen las capacidades para meter muchísima presión o para cubrir su sector en la defensa.
“Equipo que gana, no se toca”. Si bien es una frase muy del ámbito futbolero, tranquilamente se la podría trasladar a la NFL en este caso, ya que la misión de los Bucs era mantener la base del equipo campeón.
En primera instancia utilizaron la etiqueta de jugador franquicia con el WR Chris Godwin y firmaron por cuatro años y 72 millones a Shaquil Barrett, su mejor pass rusher. Lograron un acuerdo por dos años y 25 millones con su linebacker, Lavonte David; por un año y 10 millones con Gronk y por tres y 12 millones con el eficiente pateador Ryan Succop. Todo esto pudo ser posible porque Tom Brady, con el afán de lograr su octavo anillo, reestructuró su contrato para poder liberar espacio salarial y generar dinero extra para renovarles a quienes fueron piezas fundamentales del último campeonato.
Kliff Kingsbury no tiene nada para quejarse. La gerencia le trajo jugadores de gran experiencia y nivel que, si encajan como se espera dentro del equipo, podrían depositar a los Cardinals en la postemporada.
La primera y más rutilante movida fue la adquisición de J.J. Watt. No hay mucho para decir de este grandioso jugador. Es un talento generacional que, si bien está entrado en años, todavía le queda nafta en el tanque. Con él de un lado y Chandler Jones del otro, tranquilamente podrían ser la línea defensiva más temible de la NFL. Asimismo, le trajeron un arma veterana pero efectiva a Kyler Murray, el WR ex Bengals, AJ. Green. Si se mantiene sano podría ocasionar más de un dolor de cabeza a los rivales, ya que seguramente su marcador no sea un cornerback de gran calibre: claro, el CB1 rival siempre irá con Deandre Hopkins.
Por último, firmaron Rodney Hudson proveniente de Las Vegas Raiders. Uno de los mejores centros de la liga, le dará mucha tranquilidad a Murray a la hora de protegerlo.
Los Browns estuvieron muy cerca de arrebatarle el triunfo a los Chiefs en el último año. Son un equipo con un buen ataque y un front seven muy peligroso, pero con una deficiencia muy notoria en la cobertura del juego aéreo. Por esa razón, Andrew Berry, su GM, se focalizó en la secundaria y efectuó grandes movimientos que podrían convertirla en uno de los perímetros más fuertes en este 2021.
En otras palabras, fueron al hueso y consiguieron gran valor en la agencia libre. Las dos firmas provienen de Los Ángeles Rams: el safety John Johnson III y el cornerback Troy Hill. Ambos convenios son multianuales y las cifras sumadas superan los 55 millones.
El único gran inconveniente que enfrentó Washington en el 2020 fueron sus pocos recursos en la ofensiva. Necesitaban darle compañía al RB Antonio Gibson y al WR Terry McLaurin, líderes indiscutidos de este opacado ataque, y fue lo que consiguieron.
En primer lugar firmaron a dos mariscales: Ryan Fitzpatrick es un QB veterano que le puede dar una gran dinámica al ataque rápidamente y puede ser el mentor de Taylor Heinicke, en quien confían para que pueda ser el mariscal del futuro. Además, consiguieron a uno de los diamantes más preciados de esta agencia libre, el versátil WR Curtis Samuel, quien volverá a ser dirigido por Ron Rivera y es el complemento ideal para McLaurin, dado que ambos son muy explosivos y veloces. Claramente, con estas incorporaciones sumadas a su espectacular defensiva, Washigtoon Football Team será el principal candidato a repetir el título de la NFC Este.
Co-Founder de No Huddle. Miembro activo del fútbol americano nacional desde 1996. Conductor del programa de Football Nacional y redactor de la web.