Hall of Very Good: Gino Cappelletti

31 de Mayo de 2021
Gino Cappelletti en acción. Durante una década, fue uno de los baluartes de los Patriots y el jugador más productivo de la AFL. / Foto: New England Patriots Hall of Fame

La historia moderna del deporte no podría escribirse sin mencionar a la vieja American Football League (AFL), la liga que llegó a competirle de igual a igual a la NFL y la única que pudo "cantar victoria". La AFL marcó un número de hitos que luego se trasladarían a la NFL cuando ambas ligas decidieron fusionarse, y el número de talentos que aquella supo desarrollar y llevar a la luz ciertamente fue notable. Uno de esos nombres ilustres es el de Gino Cappelletti, de cuya historia nos vamos a ocupar en esta nota.

Sus inicios

Cappelletti empezó su carrera colegial jugando para la universidad de Minnesota, estado del que es oriundo. En sus inicios, fue suplente de Paul Giel, un tailback All-American que quedó segundo en la votación al trofeo Heisman en 1953, y que también jugaba béisbol; Giel terminaría en la MLB como relevista, con pasos por los Giants de Nueva York (y su posterior mudanza a San Francisco), los Pirates de Pittsburgh, los Athletics de Kansas City (que después se mudarían a Oakland, donde actualmente juegan) y los Twins de Minnesota.

Cappelletti era el encargado de patear puntos extra, ya que los Golden Gophers no acostumbraban a intentar goles de campo en esas épocas. Sin embargo, el jugador pudo convencer a su entrenador, Wes Fesler, para que lo dejara anotar un gol de campo durante un partido frente a uno de sus clásicos rivales, los Hawkeyes de Iowa. El gol de campo de Cappelletti fue importante: el jugador lo convirtió contra el viento, con dificultad, y esa conversión le daría la ventaja a los Golden Gophers, que se llevarían el partido 17-7.

Su tiempo como profesional

Cappelletti no fue elegido en el draft de 1955, de modo que se dirigió a Canadá, en donde jugó como mariscal en los Sarnia Imperials, equipo de la Ontario Rugby Football Union, una liga amateur de fútbol canadiense, y la última liga amateur en participar en las competencias por la Grey Cup, el máximo trofeo del deporte. Al año siguiente, se uniría a Toronto Balmy Beach. Sin embargo, su carrera se vio interrumpida por el servicio militar, que cumplió en el ejército estadounidense hasta 1958. En ese año, sería adquirido por los Winnipeg Blue Bombers de la CFL, aunque luego lo intercambiarían a los Saskatchewan Roughriders. Pero su paso por dicho equipo fue muy breve: terminaría siendo cortado, y finalmente volvería a Sarnia por una temporada más.

En 1960, y tras haber estado un año afuera del emparrillado, Cappelletti se unió a los Boston Patriots, uno de los ocho equipos de la flamante American Football League. Originalmente se desempeñaba como defensive back, pero su head coach, Lou Saban, lo movió pronto a la posición de receptor, ya que, aunque tenía buenas manos, no era lo suficientemente rápido como para cubrir a sus rivales.

Ese fue, en realidad, el inicio de una carrera absolutamente variada y colorida para el jugador en los Patriots, porque si hay un término con el que podemos definir a Cappelletti, “navaja suiza” es el más apropiado: supo jugar como receptor, como pateador y, cuando las lesiones apremiaban, como defensive back, su posición original. Fue lo más parecido a un two-way player, como se los conoce a los jugadores que estaban activos tanto en ataque como en defensa, quienes ya estaban prácticamente extintos en esos años. Por dar solo un ejemplo, el legendario Chuck Bednarik, el pick número uno del draft de 1949 y gloria de los Eagles de Philadelphia, se retiraría en 1962 como el último two-way player de tiempo completo.

Cappelletti inmediatamente dejaría su huella entre los hinchas del equipo. Con el mariscal Babe Parili, formaron una dupla conocida como los “Grand Opera Twins”, por su origen italiano. El jugador fue una referencia confiable dentro de la ofensiva por su habilidad para correr rutas precisas y sus manos seguras. Sin ser rápido, también era lo suficientemente ágil para quedar abierto y hacer la jugada. Además, también supo bloquear para Larry Garron y Jim Nance, dos de los corredores más destacados de la liga (Nance terminaría siendo el MVP de la AFL en 1966).

Sin embargo, quizás lo que más sobresale de Cappelletti es su faceta como jugador de equipos especiales. En efecto, se establecería como el jugador más prolífico de la liga: en 10 temporadas jugadas en la AFL, Cappelletti sería el líder en anotación de puntos en cinco de ellas (1961 y 1963-1966). Dos de esas temporadas aún se mantienen en el top cinco en puntuación en la historia de la AFL.

1964 fue el mejor año de Cappelletti: participó en todos los juegos y acumuló 49 recepciones para 865 yardas y siete touchdowns, 25 goles de campo en 39 intentos y un 100% de efectividad en puntos extra (36/36). Esos 155 puntos le valieron a Cappelletti ser nombrado MVP de la liga, y esa cifra es la más alta en la historia de la AFL, y apenas la segunda más alta en la historia del deporte profesional al momento de su retiro, solo por detrás de los 176 puntos de Paul Hornung, en 1960.

Sin embargo, su mejor partido ocurrió en la última fecha de 1965. En esa temporada, Cappelletti marchaba segundo en puntuación, a 11 puntos detrás del pateador de los Bills, Pete Gogolak, quien revolucionó la posición por su adopción de una técnica del fútbol para realizar los goles de campo (hasta ese entonces, y por unos años más, los pateadores solían acercarse a la pelota directamente desde atrás, y no de costado, como es la práctica comúnmente utilizada en estos días).

Antes del partido contra los Houston Oilers, y consciente de que sus compañeros sabían de la situación, Cappelletti le rogó a Parili que no se enfocara en él, que jugara como siempre lo hacía. El mariscal lo ignoró por completo: dos de sus tres touchdowns en ese encuentro fueron para Cappelletti (de 26 yardas el primero, y de 57 el segundo). Lo destacado de ese partido, que cerró una temporada mediocre de 4-8-2 para los Patriots, fue que el receptor y pateador marcó el récord de puntos individual en la AFL. Con sus 28 puntos, producto de las dos anotaciones, cuatro puntos extra y cuatro goles de campo, le proveyó a su equipo el margen de victoria final: vencieron a los Oilers por 28… 42-14. Esa marca quedó vigente en dicha liga. Y, como broche de oro, los puntos bastaron para que Cappelletti se quedara con una nueva corona en puntos.

Ese sería el cénit de la carrera de Cappelletti: tras liderar a la liga por cuarta vez consecutiva en puntos en 1966, el jugador entraría en un declive progresivo, que llevaría a su retiro, en 1970, cuando el equipo jugaba su primera temporada en la NFL, tras la fusión de esta con la AFL. El retiro de Cappelletti, quien era el máximo jugador en puntos anotados, realmente significó el fin de una era para la franquicia. Al año siguiente, los Patriots pasarían a ser no solo de Boston, sino de toda New England.

Años posteriores

Durante 28 temporadas, Cappelletti (a la izquierda) hizo dupla en las transmisiones de radio del equipo junto al legendario relator Gil Santos. / Foto: Boston Herald

Tras su retiro, Cappelletti probó suerte durante un tiempo como coach, hasta que decidió volcarse a los comentarios. En 1972, se unió a la transmisión radial de los Patriots, en donde formó dupla con Gil Santos, conocido como la voz del equipo y el último relator de la vieja AFL en actividad antes de retirarse en 2012. Además, tuvo pasos como comentarista para los partidos de Boston College, entre 1982 y 1984, y en 1987. Allí, sería uno de los testigos privilegiados del icónico “Hail Flutie”, la jugada con la que Doug Flutie ganaría un partido histórico frente a los Miami Hurricanes de Jimmy Johnson, quienes defendían el título colegial. Poco después de ese partido, en 1984, Flutie conseguiría el trofeo Heisman.

Cappelletti también se retiraría en 2012, unos meses antes que Santos. Estuvieron juntos en 28 temporadas, y fueron la dupla más longeva en las transmisiones radiales de NFL: además de narrar 585 juegos juntos entre temporada regular y postemporada, estuvieron presentes en seis Super Bowls, una cifra que también es récord.

Sus estadísticas

Cappelletti participó en 153 partidos (99 inicios). En ellos, acumuló 292 recepciones para 4589 yardas y 42 touchdowns. Se retiró como el líder en recepciones y anotaciones en la historia del equipo, y segundo en yardas, solo por detrás de su compañero Jim Colclough (5001). Hoy en día sigue en el top 10 en anotaciones y yardas.

Además, convirtió 176 goles de campo en 333 intentos (52,9% de efectividad) y anotó 342 de sus 353 intentos de punto extra (96,9% de efectividad). En total, anotó 1130 puntos, de los cuales 1100 fueron en la AFL, marca abosoluta de la liga. Hoy en día, esos números lo ponen tercero en la lista de anotadores de New England, solo por detrás de Stephen Gostkowski (otro prolífico líder en puntos en la liga, con 1775) y el recientemente retirado Adam Vinatieri (1158).

Además de ser el MVP en 1964, fue elegido en cinco ocasiones al AFL All-Star (el equivalente del Pro Bowl) en 1961 y entre 1963 y 1966, y fue second-team All-AFL (el equivalente del All-Pro) en 1961, 1963-1964 y 1966. Su camiseta número 20 fue retirada por los Patriots, quienes también lo eligieron miembro de su salón de la fama. Integró el equipo ideal de la década de 1960, así como los equipos del 35 y 50 aniversario, en este último como capitán ofensivo.

Pero lo más increíble es la variedad de récords que ostenta, aunque no sean muchos. Como ya mencionamos antes, Cappelletti lideró a su liga en cinco ocasiones en puntos anotados. Solo tres jugadores en la historia pudieron conseguir esta marca: los otros dos son Gostkowski y Don Hutson, el legendario receptor de los Packers. Además, tanto Gostkowski como él están empatados con la segunda mayor cantidad de temporadas consecutivas como lideres de anotación, con cuatro (solo por detrás de las cinco al hilo de Hutson). En el rubro de goles de campo, Cappelletti fue el único pateador que lideró la AFL en tres ocasiones (1961 y 1963-64) y el primero en hacerlo en años consecutivos.

Aquí vienen los récords increíbles: Cappelletti es uno de apenas 20 jugadores en la historia en participar en cada una de las 10 temporadas de existencia de la AFL, y uno de apenas tres en hacer apariciones en todos los juegos de dicho período. Es apenas el segundo jugador de la historia de la liga en conseguir tres intercepciones, anotó 18 puntos o más en 10 ocasiones y consiguió al menos 20 puntos en ocho encuentros. Fue uno de muchos jugadores en anotar seis goles de campo en un partido (y lo hizo sin fallar, en un partido contra Denver en 1964), y apenas uno de dos pateadores en la AFL en tener tres juegos seguidos con cuatro goles de campo. Y lo más increíble: es el único jugador en la historia del deporte profesional en correr para una conversión de dos puntos, lanzar para una conversión de dos puntos, atrapar un pase, interceptar un pase, devolver un despeje y devolver una patada de salida, todo en una misma temporada. E incluso tuvo el lujo de lanzar un pase de touchdown (y de tener un passer rating perfecto de 158.3). Esto demuestra todo lo que Cappelletti supo hacer.

Uno de los mejores jugadores de su época, admirado por los fanáticos (quienes lo apodaron “The Duke”), Gino Cappelletti fue incluido por la Professional Football Researchers Association (PFRA) en su Hall of Very Good en 2003, en el primer año de existencia. Merecido tributo para quien, durante una década, fue el símbolo del fútbol americano en New England. Para todos, siempre será “Mr. Patriot”.


Nicolás Pérez

Nicolás Pérez

Desde hace algunos años me podés encontrar en NFL Argentina en Twitter comentando partidos, y ahora me sumo a No Huddle para aportar mi granito de arena y ayudar a convertirlo en el medio líder en el deporte. Me volví aficionado al fútbol americano por casualidad, cuando me topé con el Super Bowl XLVI mientras hacía zapping una noche de verano. Tras aquel partido, comencé a seguir a los Patriots, a quienes les tuve simpatía porque perdieron en esa oportunidad. Pensé que era una buena opción, hasta que poco después me enteré que eran los más ganadores del momento... terminó siendo una gran decisión.