La National Football League (NFL) comenzó su largo camino al Super Bowl, con unas 18 semanas que estarán cargadas de excelentes encuentros en cada fin de semana. Must Watch es tu nota de previa que analizará los partidos más relevantes de la semana, con un detallado análisis de cada uno de ellos.
Los expertos harán énfasis en los duelos más interesantes de cada partido que forme parte de la nota. La misma estará compuesta por dos partidos del primer turno, dos partidos del segundo turno y por aquellos que se juegan en prime time, tanto del domingo por la noche (Sunday Night Football) como el lunes por la noche (Monday Night Football).
Antes de comentar el análisis de los seis partidos, les recordamos que la semana 15 comenzó este jueves con el triunfo en el Met Life Stadium de ciudad de New Jersey de Jacksonville Jaguars sobre New York Jets por 19-3. La figura del encuentro fue el QB Trevor Lawrence quien sumó 229 yardas aéreas, 51 yardas terrestres y una anotación por esta vía. Con esta victoria, los dirigidos por Doug Pederson, ya son tres los triunfós de forma consecutiva y se posicionan a medio juego de los líderes de división, Tennesse Titans a quienes tienen que enfrentar en la última semana de la temporada regular.
Gran partido de la NFC tendremos en el primer turno del sábado. ¿Por qué? Porque se enfrentan dos equipos en alza, en puestos de playoffs y con ganas de seguir silenciando críticas. Minnesota Vikings ya se aseguró la NFC Norte y va por más: todavía tiene chances de ser el primer sembrado de la conferencia. New York Giants, por su parte, podría asegurarse un puesto de comodín si gana este partido.
Los locales vienen de un triunfo histórico, nada menos que la mayor remontada de toda la historia de la NFL: perdían 33-0 contra Indianápolis Colts hasta entrado el tercer cuarto, pero terminaron empatándolo en 36 y ganándolo con un gol de campo en OT. Si bien el momentum de este equipo es alto, lo cierto es que debe preocupar la falta de concentración por momentos, factor que hace que casi todos los encuentros se decidan por pocos puntos. Acercándonos a enero, Minnesota debe probar que es capaz de ganar partidos sin sobresaltos.
Enfrente estará la defensiva que más yardas terrestres permite por acarreo, por lo que ya saben donde deben golpear. Será el partido para darle volúmen de toques a Dalvin Cook y quizás involucrar un poco más a Alexander Mattison, para no quemar combustibles tan rápido. Los dirigidos por Brian Daboll defienden mucho mejor el ataque aéreo, pero ahí tampoco la tendrán sencilla: de poco les servirá agrupar gente en el interior si afuera quedan espacios para el cuerpo de receptores del rival. New York tiene que dominar entonces en el área que más fuerte se siente: el pass rush. Por más que el rival imponga condiciones por tierra, si presionan correctamente a Kirk Cousins podrán estar a tiro de imprecisiones de las que obligatoriamente deberán sacar provecho.
Por su parte, la ofensiva de Giants buscará repetir la fórmula que mejor le sale, que es atacar por tierra con Saquon Barkley primero y con la amenaza latente de Daniel Jones después. Jugadas disruptivas por esa vía es lo que deberá buscar este equipo, que en el juego aéreo no asusta a nadie. Teniendo en cuenta la explosividad de la ofensiva del rival, es esencial que cuiden el ovoide y así mantengan el control de los tiempos del partidos.
La defensiva de Minnesota ha sido la mayor fuente de preocupaciones del conjunto comandado por Kevin O'Connell esta temporada. Permiten demasiados puntos y no es bueno que esa tendencia se mantenga tan cerca de los playoffs, donde difícilmente un rival les conceda las oportunidades que tuvieron ante Colts. Para este partido, la buena noticia es que van contra una franquicia que ataca mejor por tierra que por aire, la principal área de debilidad de esta unidad.
En la víspera de Navidad, San Francisco 49ers recibirá a Washington Commanders en uno de los encuentros más interesantes de la jornada. Para el equipo visitante es imperioso salir ganador en esta jornada, porque de no ser así la llegada a la postemporada estaría muy cuesta arriba. Por otra parte, para los líderes de la NFC Oeste, un triunfo en este encuentro significaría ratificar el excelente momento que están atravesando, dado que vienen de una racha de siete juegos ganados de forma consecutiva.
El equipo dirigido por Kyle Shanahan posee la mejor defensiva de la NFL, que es a la vez el motor principal de este equipo. Tienen un promedio de solo quince puntos en contra por juego y hace tiempo que ningún corredor rival puede llegar a las cien yardas terrestres contra ellos. Su plan de juego es muy agresivo, en todo momento intentan someter con su front seven liderado por el DE Nick Bosa y el LB Fred Warner. El objetivo de ellos este sábado será que el novato Brian Robinson no pueda imponerse y Taylor Heinicke deba correr por su vida en cada snap. Los Commanders son un equipo muy paciente, que maneja el reloj con acarreos y pases cortos. Para contrarrestar esto, los de la Bahía deben cortar, como dije anteriormente, el circuito terrestre y a su vez forzar a terceros y largos. En esa situación, si o si obligarán al rival a tomar riesgo aéreo y ahi podrían generar pérdidas de balón. En ofensiva, el playcalling de 49ers es ultra conocido: darle la pelota infinidad de veces a Christian McCaffrey para que él con su talento y explosividad mueva las cadenas. Obviamente, esto se puede lograr por la gran línea ofensiva que genera espacios por todos lados para que se pueda escapar. Tampoco debemos dejar de nombrar al “Mr Relevant” Brock Purdy, quien desde que es el QB titular está demostrando una templanza y una madurez sorprendente. Si la defensiva de Ron Rivera se focaliza en su ex jugador de Carolina Panthers, no tengamos dudas que Purdy buscará al TE George Kittle en el medio de la cancha y los dividendos podrían ser iguales de importantes.
El equipo de la capital tiene un durísimo escollo este sábado. No decimos que deberán hacer un partido perfecto para llevarse la gloria, pero pega en el palo, y esto va tanto para la defensiva como para el ataque. Tienen que dominar la línea de scrimmage para tener chances de un triunfo. Ahora bien, si no pueden controlar a la línea defensiva de San Francisco y no sellan ningún agujero cuando los rivales intenten correr, las probabilidades ser derrotados son muy altas. Está claro, que en ofensiva, intentarán generar un partido lento, de posesiones largas, con muchas corridas. Pero esas posesiones tienen que traducirse en puntos, de lo contrario ese desgaste del reloj les puede jugar muy en contra. Terry McLaurin tiene que ser la llave que abra el cerrojo de 49ers. Si consigue separarse de su CBs, pueden aparecer las jugadas grandes y desbalancear una defensiva muy estructurada. Del otro sector del campo, la premisa principal es frenar a McCaffrey. Su pensamiento debería ser: "ponemos muchos jugadores en la caja para que no corran y que nos gane Purdy por aire”. Si bien el jóven mariscal sabe hacer esto porque viene jugando bien, no tiene la consistencia de un jugador veterano y su inexperiencia le podría jugar una mala pasada.
El sábado por la noche tenemos uno de los mejores partidos de la temporada, un plan perfecto para esperar a que den las 12 y llegue Papá Noel. Dos equipos de la NFC Este se enfrentan, y por más que ambos están clasificados, buscarán terminar la temporada regular de la mejor manera posible.
Philadelphia Eagles llega a este encuentro con un récord de 13-1, el mejor de toda la NFL. Cuando tradearon a Carson Wentz a los Colts y se decidieron por Jalen Hurts cómo QB, muchos fueron escépticos del movimiento. Con el diario del lunes, salieron súper victoriosos. Además, ese pick que obtuvieron por Wentz se volvió A.J. Brown, uno de los mejores WRs que hay hoy en la NFL y que se volvió el complemento perfecto para Devonta Smith. Juntos construyeron una de las mejores ofensivas de la NFL, que lleva 5.517 yardas totales (segunda de toda la liga). Eso sí, van a enfrentar a una de las mejores defensas que hay, y no contarán con Hurts (descanso), quien venía teniendo una temporada de MVP. El juego pasará por Gardner Minshew, quien deberá mantener lo que se venía haciendo, es decir, intentar mover el balón por tierra y ser prudentes y conservadores a la hora de poner el balón en el aire.
La defensa de Eagles no se queda atrás, y es la 6ta mejor en términos de yardas permitidas. Su front seven brutal alcanzó las 55 capturas y los 78 tackles para perdida, y el perímetro ya acumula 15 intercepciones. Se van a enfrentar al mejor dúo de RBs que hay en la liga, cómo son Tony Pollard y Ezekiel Elliott. Ambos son capaces de correr el balón entre los tackles o por fuera, y de recibir saliendo desde el backfield. Toda la unidad deberá prestarles especial atención, ya que en el último enfrentamiento el tandem corrió para 125 yardas y un TD.
Dallas Cowboys, por su parte, llega clasificado. Saben igualmente que, salvo un milagro, serán el 5to sembrado debido a que su récord de 10-4 les hará imposible ganar la división. A lo largo de la campaña fueron atacados por lesiones, pero así y todo se supieron sobreponer, con un Cooper Rush muy sólido que pudo reemplazar a Dak Prescott mientras él estaba lesionado. Hace muchos años que se esperaba que los Cowboys tengan una actuación como la que estamos viendo en este 2022. En el partido de wildcard, probablmente jugarán ante el campeón de la NFC Sur, un duelo que en los papeles deberían ganar fácilmente. Por esto, estos dos equipos podrían verse nuevamente las caras en la Ronda Divisional, en tan solo unas semanas más. Para poder hacerse con el encuentro, será imperante que puedan mover el balón por tierra y que puedan ser cuidadosos con la pelota. CeeDee Lamb tendrá un duelo muy duro frente a Darius Slay, mientras que del otro lado A.J Brown yendo frente a Trevon Diggs será para alquilar balcones.
La defensa de Cowboys esperaba enfrentar a Hurts, un QB que lleva 13 TDs por tierra y más de 700 yardas por esa vía, pero el cambio a Minshew también hace que el enfoque sea otro. Tener a un QB de bolsillo en frente hace que puedas tener un perímetro más grande, sin necesidad de tener que dejar jugadores a modo de espía para evitar las corridas del mariscal. La presión que puedan ejercer DeMarcus Lawrence y Micah Parsons ante una de las mejores líneas ofensivas (los 5 titulares están elegidos al Pro Bowl ya sea de titulares o de suplentes) será vital para sacar de eje a Minshew, que viene con poco tiempo de juego.
Interesante duelo interconferencial. A principio de temporada, quizás el atractivo hubiera sido más alto, dado que todos esperábamos una mejor campaña de Green Bay Packers. Por el contrario, Miami Dolphins estuvo en alza casi todo el año. Pero el duelo llega en un momento en que el conjunto de Wisconsin parece ir levantando vuelo de a poco y todavía tiene chances de playoffs; mientras que los de Florida ahora acumulan tres derrotas consecutivas y esto preocupa de cara a semanas definitorias.
Los locales tienen alarmas en la ofensiva a esta altura. En nueve de 14 juegos no han logrado correr para más de 100 yardas. En otras palabras, les cuesta imponer condiciones por tierra, y esto obliga a Tua Tagovailoa a lidiar con más presión y menos ventanas de espacio para pasar a sus receptores. Al momento que se escribe esta nota, aún no sabemos si Jeff Wilson Jr. será de la partida; el conjunto de Mike McDaniel lo necesita y mucho si quiere volver a causar peligro por esta vía. Y a buena hora llegaría, porque enfrentan a una defensiva cuya mayor deficiencia pasa por esa área. Sí, han dado un paso adelante frente a Los Angeles Rams, pero los últimos campeones del Super Bowl no se caracterizan por correr bien el ovoide. Dolphins, en este sentido, será un desafío que está un escalón por encima, y ganar ese emparejamiento debería ser más accesible que apostar a frenar a Tyreek Hill y Jaylen Waddle en campo abierto.
Por el otro lado, para el ataque de Packers será vital que aparezca el juego aéreo. Primero, porque la ofensiva del rival es capaz de anotar puntos con facilidad y por eso probablemente se vean obligados a pasar con frecuencia en algún momento del partido. Segundo, porque enfrentan una secundaria que es de las peores en yardas permitidas por enfrentamiento aéreo. Si bien será importante que el tandem Aaron Jones - AJ Dillon se imponga como la semana pasada, es el partido para que Aaron Rodgers conecte con todas sus armas ofensivas de manera precisa y muestre una versión más parecida a la del año pasado. Del otro lado, Dolphins deberá ser un equipo más agresivo: tienen una de las defensivas con menos penalidades y eso es bienvenido, pero son de las peores en turnovers generados y primeros downs permitidos por aire.
Duelo entre dos equipos de la NFC que en la pretemporada parecía iban a ser contendientes (o al menos pelearían hasta las últimas instancias en la NFC), pero la realidad es muy distinta. Hoy uno está prácticamente eliminado de playoffs y el otro sólo puede entrar si gana su división.
Arizona Cardinals llega a la semana 16 sin su QB titular por segundo partido consecutivo, dado que Kyler Murray sigue afectado en su rodill y no podrá jugar hasta la próxima temporada. Su suplente, Colt McCoy está en el protocolo de conmoción, por lo que tampoco será de la partida. Todo cae entonces en las manos de Trace McSorley: el ex Penn State y Baltimore Ravens nunca tuvo un juego como titular y sus números en la NFL son para temer. Acumula 256 yardas por aire, un TD y tres INTs. De hecho, sus tres intercepciones llegaron esta temporada (dos contra Denver Broncos y una contra San Francisco 49ers). Si quieren tener éxito este fin de semana ante una durísima defensa como es la de Tampa Bay Buccaneers, necesitarán que James Conner pueda establecer el juego por tierra desde la primera jugada del partido, y que DeAndre Hopkins saque a relucir todo su potencial, atrapando todo lo que vuele cerca de él.
El equipo acumula cuatro derrotas consecutivas en las que su defensa permitió 28 puntos por juego, lo que hace prácticamente imposible que la ofensiva pueda mantenerse en partido. La semana pasada fueron derrotados por los Broncos, uno de los peores equipos de la NFL, que ni siquiera contó con su QB titular (Brett Rypien estuvo bajo centro). Latavius Murray corrió para 130 yardas y un TD, por lo que el dúo Rachaad White y Leonard Fournette podría lastimar mucho a esta endeble defensa.
Por su parte, los Bucs vienen de ser derrotados por Cincinnati Bengals, en un encuentro que fueron dos partidos en uno. La primera mitad fue dominada por el equipo de Florida, tal es así que se fueron al entretiempo ganando 17 a 3. En la segunda mitad hubo un resurgir del equipo de la AFC Norte, mientras que la defensa de Tampa cedió por completo y permitió 31 puntos en ese lapso. Tom Brady se está viendo, por primera vez en su carrera, muy impreciso con pases medios y largos, volando receptores o tirando directo a la cobertura defensiva. Ya se empezaron a correr rumores de que sería su último año en la franquicia.
La defensa, como dijimos anteriormente, decidió no disputar la segunda mitad del último encuentro. Dejaron de presionar a Joe Burrow, le dieron tiempo en el bolsillo y dejaron de jugar físicamente contra los receptores rivales. Será imperante que vuelvan a hacer esto último si no quieren que DeAndre Hopkins, Marquise Brown y Terry McBride sumen cientas de yardas por aire. Este partido vale doble para el elenco dirigido por Todd Bowles, ya que cerrarán el año contra dos rivales divisionales (Carolina Panthers y Atlanta Falcons). Si ganan, llegarán mínimo un juego arriba de sus rivales y cuentan con el desempate a su favor contra todos sus rivales menos los Panthers. Si además ganan el encuentro que sigue, se aseguran el título de división.
En el anteúltimo MNF de la temporada, los alicaídos Indianápolis Colts serán locales de Los Angeles Chargers en un cotejo donde el equipo angelino se juega mucho y la franquicia de la AFC Sur poco y nada.
La escuadra dirigida por Jeff Saturday viene de perder un partido increíble contra Minnesota Vikings, luego de desperdiciar la mayor ventaja en la historia del deporte (33 puntos). Se necesitaba un volantazo para mejorar los ánimos y eso fue justo lo que hizo este HC. Para el partido del lunes, Matt Ryan no será el QB abridor: quien maneje los hilos de la ofensiva será el eterno y ex MVP del Super Bowl LII, Nick Foles. Sin Jonathan Taylor (afuera por lesión), necesitan un ataque donde hayan jugadores más involucrados en el sistema y no ser dependientes de un jugador. Necesitan más acción de Zack Moss por tierra, en tanto que Alec Pierce, Parris Campbell y Michael Pittman Jr. por aire son la clave del ataque. Foles es un QB de bolsillo que saca los lanzamientos muy rápido. Lo imagino buscando muchas rutas de slants internos y postes para que sus receptores puedan ganar muchas yardas después de la atrapada. Si quieren terminar bien el año, la línea ofensiva tiene que ser más eficiente: permiten casi cuatro capturas por juego. Tienen que saber leer la carga de Derwin James, que suele ir en blitz muchas veces. Si no ven esto, veremos otro mal partido de esta unidad La defensiva de Indianapolis ha jugado bien, pero con esto solo no alcanza. Se enfrentan a un talentoso mariscal que con un su grupo de receptores completo puede aniquilarte. Seguramente veremos cargas con cuatro jugadores y los restantes siete cubriendo el juego aéreo. Esto se daría por dos motivos: el primero, por lo que dijimos, del otro lado del emparrillado hay muchos skills players que pueden hacer la jugada grande; el segundo, porque los Chargers no corren, son los peores en ese rubro a pesar de contar con Austin Ekeler. Buscarán que el rival gane con su recurso menos practicado y efectivo.
El equipo angelino necesita este triunfo como se necesita el aire para respirar. Indianapolis es un rival accesible, y si quieren llegar a jugar en enero no pueden perder esta clase de matchups. Con el cuerpo de receptores completo, Justin Herbert no tiene excusa para jugar mal. Si están un buen día, la combinación con Keenan Allen y Mike Williams les bastaría para llevarse la victoria a Los Angeles. Además está el todo terreno Ekeler, quien también puede ser una muy buena opción por aire, ya que cuando sale de válvula en los “screen pass” genera muchas yardas. Obviamente, y al igual que Indianapolis, su principal deficit está en la línea. Permiten que Herbert sufra muchos golpes. Si controlan esto, Herbert podría jugar con comodidad y cuando ocurre eso le pueden ganar a cualquiera. Con respecto a la defensa, se enfrentan a un ataque inoperante y ciclotímico. Dada la mala línea se focalizaran en someter a Foles. Este QB no tiene mucha movilidad, por lo que si pueden dominar las trincheras conseguirán muchos sacks o provocarán que el mariscal lance antes de tiempo, y ahí podrían aparecer las intercepciones.
Redactor y editor de la página web de No Huddle. Cubre la NFL desde 2021. Especialista en San Francisco 49ers.
Co-Founder de No Huddle. Miembro activo del fútbol americano nacional desde 1996. Conductor del programa de Football Nacional y redactor de la web.
Estudiante de Periodismo con orientación en Deportes. Cubre la NFL desde el 2020. Jugador de Football Americano y Flag Football desde el 2016. Miembro de Football de Primera, encargado de la cobertura de las distintas ligas del deporte en Argentina.
