La derrota de este último domingo de los San Francisco 49ers frente a Los Angeles Rams por 20 a 17, deja un sabor muy amargo para los fanáticos del equipo de la bahía. El equipo dirigido por Kyle Shanahan quedó a un solo paso del Super Bowl LVI y vio como uno de sus rivales divisionales (a quienes habían derrotado dos veces en temporada regular) se quedaba con el trofeo George Halas y conseguía el boleto a la final por el Vince Lombardi frente a los Cincinnati Bengals.
Cierto es que la franquicia tuvo que vencer a dos campeones divisionales (Dallas Cowboys y Green Bay Packers) para acceder a este partido en el SoFi Stadium, al que también llegaban como "underdogs". También se destaca que durante tres cuartos le sacaron más de un dolor de cabeza a los dirigidos por Sean McVay.
Pero a final de cuentas, los libros dictan que se quedaron en las puertas de la gran cita de la NFL. En esta nota, comentamos algunas de las razones que impidieron que los 49ers llegaran al Super Bowl LVI.
Kyle Shanahan y su coordinador ofensivo Mike McDaniel lograron llevar a su equipo a esta instancia diseñando un playbook para aprovechar al máximo las pocas variantes que le ofrecía el roster. Jimmy Garoppolo, si bien fue importante en momentos claves, fue el QB con más intercepciones lanzadas bajo presión en toda la NFL con 8 (5 de las cuales vinieron desde la semana 18 en adelante).
George Kittle, otro de los jugadores importantes en ofensiva, tuvo una temporada marcada por cierta irregularidad y no produjo los números a los que nos tenía acostumbrado en años anteriores: sólo pudo superar las 50 yardas de recepción en ocho partidos esta temporada.
Deebo Samuel fue una de las gratas sorpresas, convirtiéndose en uno de los jugadores más divertidos de ver. Y esto se debe en parte a su aporte en el backfield, que más allá de Mitchell (de buena temporada) y el mismo Samuel, no tuvo mucho más que ofrecer. La lesión de Mostert previo a la temporada y un pobre desempeño del pick de tercera ronda Trey Sermon (41 acarreos para 167 yardas y un touchdown), obligaron a encontrar en Deebo una amenaza por esa vía, pero no fue suficiente.
Si bien este fue un equipo que se destacó por tener un juego defensivo sólido y unos equipos especiales muy eficientes, la realidad indica que en el último partido tuvieron algunos fallos que terminaron dándole la chance a los Rams de remontar el encuentro.
Por un lado, tuvieron seis castigos para 54 yardas (contra dos y 10 de Rams, respectivamente). Dos de esas penalidades fueron clave para el desenlace del partido: un taunting contra Azeez Al-Shair en el drive que termina en anotación de Cooper Kupp, y otro castigo por rudeza innecesaria de Jimmie Ward contra Odell Beckham Jr. que le dio a Los Angeles la posesión en campo contrario, en la serie ofensiva en la que empataron el partido.
Además, cuando los 49ers aún estaban en ventaja, Jaquiski Tartt dejó caer una intercepción casi segura en un envío en largo de Stafford. Esa jugada podría haber dado a San Francisco la chance de asegurarse el marcador.
En el último cuarto, previo al empate de los Rams, los 49ers decidieron despejar el balón en la yarda 45 del rival en una 4ta oportunidad y dos. Cierto es que en este deporte no se puede hablar de supuestos, pero ¿qué hubiera pasado si hubieran intentado sacar la jugada en ofensiva? San Francisco promedió 5,6 yardas por jugada en toda la noche y una ejecución exitosa prácticamente le hubiera dado la posibilidad de entrar en rango de gol de campo.
De todas maneras, el punter Mitch Wishnowski despejó bién la pelota y obligó al equipo angelino a empezar su drive en la yarda 15.
La finalísima de la NFL, el Super Bowl LVI, ya tiene a sus rivales: Cincinnati Bengals y LA Rams. Pero los seguidores y el staff de San Francisco tendrán mucho en qué pensar la temporada que viene si quieren volver a repetir lo realizado en esta campaña.
Graduado en Comunicación Social. Cubre la NFL desde 2017. Redactor de contenidos y community manager de No Huddle.
