Solo una pocas horas después de perder un partido divisional clave contra Buffalo Bills, el ambiente en New York cambió de un día triste y gris a una jornada radiante y animada por una noticia que los fanáticos de los Jets estaban esperando desde hace tiempo: New York Jets logró un acuerdo con Las Vegas Raiders para adquirir al receptor Davante Adams.
El intercambio, que se concretó con una selección condicional de tercera ronda que podría convertirse en una segunda ronda dependiendo del rendimiento de Adams, no solo reúne al receptor con su antiguo mariscal de campo Aaron Rodgers, sino que también representa una apuesta clara de los Jets para mejorar una ofensiva que se muestra estancada en esta temporada de la NFL 2024.
El traspaso marca el final de un breve y, en ocasiones, complicado paso de Adams por los Raiders, y abre una nueva etapa en su carrera con la misión de revitalizar a los Jets. Desde No Huddle te contamos cómo se dio este intercambio, los motivos detrás de la salida de Adams de Las Vegas y por qué New York era su destino preferido.
La relación entre Davante Adams y Las Vegas Raiders comenzó con altas expectativas en 2022, cuando el receptor llegó en un intercambio de gran envergadura desde los Green Bay Packers. Adams, quien había disfrutado de años de éxito junto a Aaron Rodgers en Green Bay, se reencontró con su mariscal de campo universitario, Derek Carr, en Las Vegas. Sin embargo, la situación en los Raiders pronto se deterioró. Carr fue enviado a la banca al final de la temporada 2022, y su salida dejó a Adams con una ofensiva en declive, dirigida por una rotación inestable de mariscales de campo, incluidos Jimmy Garoppolo, Brian Hoyer y Aidan O'Connell.
A pesar de que Adams mantuvo su nivel de producción, registrando más de 1,100 yardas en 2023, quedó claro que no estaba satisfecho con el rumbo de la franquicia. La falta de competitividad y los problemas tanto con los mariscales de campo, como con la dirección del equipo hicieron que Adams solicitara el intercambio a mitad de la actual temporada. El receptor identificó a los New York Jets como su destino preferido, impulsado en gran medida por la posibilidad de reunirse con Aaron Rodgers.
Desde el comienzo de la temporada 2024, New York Jets ha estado en busca de una chispa ofensiva. Con un récord de 2-4, las expectativas de un equipo que había apostado fuertemente por Aaron Rodgers se empiezan a desmoronar rápidamente. Rodgers, que llegó a los Jets en 2023 como parte de una estrategia para poner a los Jets en la conversación por el campeonato, ve cómo su ofensiva se estanca debido a la falta de sincronía y producción de su grupo de receptores, pese a la presencia de jugadores talentosos como Garrett Wilson y Allen Lazard.
El reencuentro de Rodgers con Davante Adams, una de las duplas más prolíficas de la NFL durante su tiempo en Green Bay Packers, pareciera ser la solución perfecta. Por su parte, Adams ya había expresado en varias ocasiones su deseo de volver a jugar con Rodgers. Durante su tiempo juntos en Green Bay, ambos construyeron una química formidable, acumulando más de 7,500 yardas y 68 touchdowns en ocho temporadas.
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— Las Vegas Raiders (@Raiders) November 19, 2023
El historial de éxito fue sin duda uno de los factores clave por los que Adams consideró a los Jets como su primera opción en este traspaso. Rodgers incluso avivó los rumores de una posible reunión cuando, en un torneo de golf a principios de la temporada, comentó: "Amo a Davante. No puedo esperar para jugar con él otra vez". De esta forma, el movimiento no solo reúne a dos de los mejores jugadores en sus respectivas posiciones, sino que también responde a una necesidad inmediata de los Jets: mejorar su ataque aéreo y crear una ofensiva más equilibrada para aspirar a un lugar en los playoffs.
Para los Jets, adquirir a Davante Adams representa mucho más que sumar a un receptor estrella a su plantilla. En este punto de la temporada, el equipo está enfrentando una racha de tres derrotas consecutivas y con un récord de 2-4. Con la ofensiva luchando por generar puntos y sin alcanzar el nivel esperado, la presión aumenta tanto para el gerente general Joe Douglas como para el cuerpo técnico, especialmente tras el despido del entrenador principal Robert Saleh, reemplazado por Jeff Ulbrich como interino.
El hecho de que los Jets no hayan llegado a los playoffs en 13 temporadas consecutivas, la racha más larga en la liga, solo intensifica la urgencia del movimiento. Con Rodgers al frente de la ofensiva, los Jets saben que su ventana de oportunidad para competir al más alto nivel es limitada, y no pueden permitirse perder otro año en reconstrucción. La adición de Adams ofrece una oportunidad única para darle un giro a la temporada y devolver la confianza al equipo.
La flexibilidad del acuerdo, que incluye una selección condicional de tercera ronda que podría convertirse en una segunda ronda, también hace que el riesgo para los Jets sea relativamente bajo. Asumiendo el salario restante de Adams, que asciende a 13,5 millones de dólares esta temporada, los Jets pudieron cerrar el trato sin hipotecar su futuro en términos de capital de draft, un aspecto importante para mantener la competitividad en las próximas temporadas.
El momento del traspaso es clave para ambas partes. Para los Raiders, la situación con Adams se había vuelto insostenible. El receptor había solicitado públicamente un cambio y, a pesar de su contrato a largo plazo, su permanencia en Las Vegas ya no era viable, tanto por cuestiones deportivas como contractuales. Al transferir a Adams a mitad de la temporada, los Raiders lograron aligerar su carga salarial, reduciendo su impacto en el tope salarial en 2025 y 2026, y obteniendo una compensación razonable para iniciar su reconstrucción.
Para los Jets, hacer el movimiento en octubre permite que Adams se integre rápidamente en la ofensiva y establezca de nuevo su química con Rodgers antes de que sea demasiado tarde para enderezar el rumbo de la temporada. La posibilidad de que Adams ayude a los Jets a clasificar a los playoffs está sobre la mesa, y con partidos clave por delante, su presencia podría ser el factor diferencial que Nueva York necesita.
Gracias a su habilidad en el juego y su sólida química con Aaron Rodgers, Adams tiene el potencial de convertir a los Jets en serios contendientes nuevamente. A medida que la temporada avanza hacia su segunda mitad, toda la atención estará sobre Adams y los Jets, observando si este movimiento será suficiente para romper su larga sequía de playoffs y devolver a Nueva York a la élite de la NFL.
Lic. en Relaciones Internacionales. Redactor y columnista para varios medios. Apasionado de la NFL y del College Football. Editor en No Huddle a partir de 2024.