Recién pasada la mitad de la campaña en la National Fotball League (NFL) parecen de antaño las conversaciones durante la pretemporada, evaluando si los Buffalo Bills habían perdido poder y podrían seguir dominando en una compleja Conferencia Americana. Primero, el foco se puso en la evolución de la competencia directa entre la AFC Este, con unos New York Jets y Miami Dolphins cada vez más fuertes, pero que ya sea por mal funcionamiento, lesiones o ambas, no fueron suficiente para frenar a Buffalo.
Luego el foco se puso en el sangrado interno, tras los cortes del safety Jordan Poyer y esquinero Tre'Davious White, piezas claves y experimentadas en la unidad defensiva; y que para variar sumó la lesión del excelentísimo linebacker Matt Milano, uno de los líderes en el roster. Otra pérdida dolorosa estuvo tras el intercambio que mandó al receptor abierto Steffon Diggs a Houston Texans, el objetivo principal por la vía del ataque aéreo en Buffalo.
Así y todo, los Bills están cada semana más cerca de consagrarse con su quinto título divisional al hilo, y la historia nos demuestra que no se piensan detener ahí. Pues con la descollante victoria de 30-21 en la última fecha, en la que quitaron el invicto en un partidazo a dos veces campeones defensores los Kansas City Chiefs, Buffalo alcanzó un récord de nueve victorias y dos derrotas, la mejor marca de la franquicia para comenzar una campaña desde el año 1992, casualmente cuando el equipo alcanzó a disputar el tercero de sus cuatro Super Bowl al hilo.
A pesar de perder piezas importantes y valoradas en la pretemporada, poco se habló de las adiciones claves que hizo este equipo previo a comenzar el calendario y durante el transcurso de este. Arrancando por una de las más importantes estuvo la nombra de Joe Brady como coordinador ofensivo, un movimiento bastante anticipado tras una buena actuación en esa posición como interino desde mediados de la temporada pasada y que desde entonces tiene al equipo con un récord de 15-4 (contando playoffs).
Además, supieron reponer la ausencia de Diggs dando un rol más involucrado a Khalil Shakir, y añadiendo nuevas armas en el ataque aéreo con la firma de los receptores Mack Hollins, Curtis Samuel y la más reciente de Amari Cooper, junto a la selección de Keon Coleman con el primer pick de la segunda ronda en el pasado Draft. Como si fuera poco, ejercieron la opción de quinto año con el liniero defensivo Greg Rousseau, quien lleva 5.5 capturas y con 12 es segundo en la NFL en tackles para pérdida), y ya cuentan con un Von Miller aceitado tras la suspensión de cuatro juegos.
Estos fueron algunos factores, además de la sed de revancha y la continua e incesante evolución de Josh Allen, junto a las variables naturales del juego que llevaron a los Bills a conseguir una de esas victorias que son un golpe en el tablero. De local en el Highmark Stadium, anotaron +28 puntos para romper una racha de 30 juegos consecutivos que tenía la defensa de los Chiefs sin permitir dicha cifra (última vez ante los Philadelphia Eagles en el Super Bowl LVII).
Ahora Josh Allen puso la estampa de cuatro victorias ante Patrick Mahomes en la temporada regular, único mariscal con dicho logro, pero es el de Kansas City quién lo retruca con un invicto de 3-0 cuando verdaderamente importa: en postemporada. Aún así, el aroma para los Bills es distinto esta vez y si todo marcha en la dirección indicada para Buffalo, quién sabe si este no sea el año en que finalmente puedan llevar el primer campeonato a una de las franquicias más pasionales de la NFL.
Técnico Superior en Periodismo Deportivo cubriendo la NFL; especialista del ajedrez táctico que se juega en el fútbol americano e impaciente por analizar su primer partido al costado de la cancha. En búsqueda de vivir analizando la liga más entretenida del planeta.