El NFL Draft 2024 es único y extremadamente difícil de repetir. Habitualmente el pick #1 del proceso de selección colegial se lo lleva el peor equipo de la temporada. O en su defecto, alguna franquicia de la NFL lo suficientemente desesperada por un QB, que hipoteca un par de años de draftear potenciales jugadores blue collar (jugadores elegidos en el draft que se los considera potencialmente elite) entregando picks de primera ronda.
Hay un motivo subyacente para justificar semejante apuesta: una confianza implícita y obligada a que los años venideros serán mejores (en gran parte gracias al “talento generacional” que se planea draftear con el pick recibido). Por lo tanto, los picks entregados serán de menor valor (por ejemplo, en el rango lógico entre los picks 15-25).
La situación de los Chicago Bears no tiene precedentes. Un equipo que elegirá con el pick #1 del draft (vía Carolina Panthers), que además tiene otra primera ronda top-10, con el pick #9 (su correspondiente), que tendrá una segunda ronda adicional el año que viene 2025 (de Panthers), y como si todo eso fuera poco, tiene el mayor Salary Cap de toda la NFL.
Todo lo mencionado implica una oportunidad ideal para que el histórico equipo de Chicago, que tuvo su época dorada antes de la era del Super Bowl, y tiene solo un título desde entonces en 1986, pueda armar un equipo que finalmente ilusione a una parcialidad que viene siendo bastardeada y humillada, año tras año.
Pero lo que realmente hace única esta situación, es que tiene lo que desvela constantemente a más de la mitad de los equipos de la liga: un QB competente en Justin Fields. ¿Es suficiente ser “competente”? Es una de las grandes y eternas preguntas en la NFL que tienen múltiples respuestas. Sin dudas, será el tema de conversación en las oficinas de los Bears, mientras se enfrentan a, quizás, la decisión más importante de la historia de la longeva franquicia.
Nada de esto hubiese sido posible sin la incompetencia, y algo de mala suerte que ya roza con la brujería, de la franquicia actriz de reparto de esta historia, los Carolina Panthers, que son la contracara exacta de los Bears, tanto en la literalidad de haber sido su trade partner, como en la situación en la que se encuentran.
David Tepper, el dueño de los Panthers, tiene como obsesión desde que adquirió el equipo en el año 2018 conseguir un QB franquicia. Cuando asumió estábamos en el ocaso del romance con Cam Newton, que después de una serie de lesiones ya no volvería a ser el que llevó al equipo a las puertas del Super Bowl en la temporada 2015.
Luego de un desfile QBs con aroma a “buenos suplentes” que incluyó a notables como Teddy Bridgewater, Sam Darnold, PJ Walker y Baker Mayfield, en la previa al NFL Draft 2023 David Tepper se decidió a ir por el Home Run y entregar la casa a cambio de la posibilidad de elegir al (supuesto) mejor QB disponible en el draft, es decir obtener el pick #1. Aquel año los Bears eran los dueños de tal privilegio mientras que los Panthers elegían con el pick #9. Para quedarse con la primera selección, los Panthers entregaron su pick #9, un pick de segunda 2023, el WR estrella DJ Moore, el pick de primera ronda 2024 y la segunda 2025.
David Tepper debe estar realmente devastado. La decisión de elegir a Bryce Young le está costando años de vida. No sólo el ex campeón colegial con Alabama, nunca encontró un nivel esperanzador, sino que además la alternativa, el pick #2, CJ Stroud, tuvo un año récord para un novato en Houston Texans, lo que le valió llevarse el galardón de Novato Ofensivo del Año.
Los Panthers terminaron 2-14 y fueron cómodos el peor equipo de la temporada. Carolina quedó así en el peor de los mundos. Muy poco capital de Draft, un pick #1 que no puede usar, y un QB que dejó más preguntas que respuestas en su decepcionante primer año.
Nadie, ni el más optimista del equipo del General Manager de los Bears, Ryan Poles, se imaginó que aquella primera ronda 2024 proveniente de los Panthers, les devolvería el pick #1 del draft, es decir el privilegio que habían cedido el año anterior a cambio de muy valiosos activos, solo que ahora lo recibían gratis.
Los Bears ahora deben elegir entre dos caminos que tienen implicancias bien diferentes, y mucho se reduce a la pregunta que nos hacíamos unas líneas atrás: ¿Es Justin Fields suficientemente bueno para los Bears? ¿Es el líder capaz de devolverle a la franquicia los años de gloria (o al menos aproximarse bastante)?
Si la respuesta es “Sí”, el camino es construir a su alrededor. Ya le consiguieron su WR1 en DJ Moore, que además mostró gran química con el QB en su primer año en el equipo, logrando los mejores números de su carrera para recepciones (96), yardas por aire (1364) y TDs (8). También mejoraron la línea ofensiva drafteando al OT Darnell Wright con el pick de primera ronda que recibieron de Carolina en 2023.
Si los Bears deciden quedarse con Justin Fields no tendría mucho sentido elegir un jugador no-QB con el pick #1. Lo lógico sería intercambiarlo, ya que estarían en una posición de negociación ideal, al punto de poder elegir con quien hacer el intercambio y así mantener una posición alta en la primera ronda como para draftear otro prospecto blue collar (como por ejemplo el WR Marvin Harrison Jr), y además obtener picks valiosos adicionales en este draft y el siguiente.
Seguramente habrá muchas franquicias tentadas a negociar ese pick #1 con los Bears, especialmente en un año dónde el talento en la posición de QB que llega al draft parece ser notorio. Y sobre todas las cosas, un talento especial en el candidato principal a ser elegido primero, el QB de USC Caleb Williams. Si bien hay expertos que lo equiparan en potencialidad con Drake Maye, el consenso lo suele poner como claro pick #1 al ganador del Heisman Trophy 2022.
Y así llegamos a la otra bifurcación en el camino. Los Bears pueden concluir que Justin Fields es un muy buen QB, pero que no tiene lo necesario para llevar a la franquicia al próximo nivel, es decir ser un equipo ganador que entra a playoffs, o estar en posición de hacer un run que los lleve a pelear por un Super Bowl.
Si esa es la definición, entonces con el pick #1 del Draft 2024, los Chicago Bears seleccionarán a Caleb Williams. Y en ese caso, el intercambiado sería Justin Fields, por quien podrían obtener muy posiblemente, una segunda ronda y algo más, o hasta una primera tardía.
Elegir este camino tiene un beneficio clave adicional: tener a un QB por 4 (y si todo sale bien 5) años en contrato de novato, en contraposición a tener que renovarle a Justin Fields, quien sería agente libre a fin de 2024 (o fin de 2025 si toman su opción de 5to año).
En resumen, ¿por qué Justin Fields? En sus tres temporadas de experiencia mostró evolución año tras año. Sus características de QB dual threat lo hacen peligroso para las defensas, especialmente por tierra, donde ha hecho más daño hasta el momento. Además la conexión con DJ Moore funcionó a la perfección el pasado año, y muchas de las deficiencias de la ofensiva se pueden atribuir a un coaching staff que no parece ser el ideal, al punto que Luke Getsy, el último coordinador ofensivo, fue despedido después de su segundo año.
Justin Fields tiene el apoyo de los fans y de sus compañeros, y muchos de ellos han salido a defenderlo y a hablar maravillas de él como jugador y como líder. El ex QB de Georgia hoy es un QB titular de la NFL, probado. En contraposición a un prospecto, que por más potencial que le vean los scouts y expertos, sigue siendo un proyecto. Y cabe mencionar, además, los reportes acerca de algunos problemas actitudinales de Caleb Williams.
Not sure if you can hear it in the video but Big “We Want Fields” chants from the crowd #Bears pic.twitter.com/bPhm4OSlla
— Don (@BDR374) December 31, 2023
¿Por qué Caleb Williams? En primer lugar, por el potencial de tener una verdadera superestrella en la posición más importante en cualquier deporte. Mientras pasamos en un abrir y cerrar de ojos de la dinastía de los New England Patriots de Tom Brady a la de los Kansas City Chiefs de Pat Mahomes, se hace cada vez más evidente que para ser campeón en la NFL, se necesita un QB especial, diferente.
Quizás en los Bears, además, aún duele la espina clavada de no haber elegido a Mahomes, cuando lo tuvieron al alcance en el Draft 2017, y en su lugar eligieron con su segunda selección a Mitch Trubisky, hoy sin equipo tras ser cortado por los Pittsburgh Steelers.
“And instead of drafting Patrick Mahomes, the Bears took Mitch Trubisky” pic.twitter.com/Z3B1fANf5e
— This Day in Chicago Sports (@ChiSportsDay) January 28, 2024
Los números de Justin Fields no le juegan a su favor, al menos en lo que concierne a su récord como titular, que marca 10 victorias y 28 derrotas en sus 3 primeros años. Todo esto sumado a los beneficios financieros de tener al (supuesto) QB Franquicia durante una ventana considerable en un contrato accesible, de novato, parece demasiado tentador.
Y como factor adicional, se debe recordar el último partido del año, en el cual los Bears se encontraron de locales, con la posibilidad de decretar el final de la temporada de sus rivales de división, los Green Bay Packers, a quien podían haber dejado afuera de playoffs derrotandolos en el cierre de temporada. Pero Jordan Love emuló a Aaron Rodgers y se adueñó por segunda vez en la temporada del duelo entre ambos, dejando a los Bears y a Justin Fields en evidencia una vez más ante su público otra vez decepcionado, tras la victoria de los Packers por 17 a 9.
Si tuviésemos que asignar probabilidades subjetivas al final de la película, desde esta redacción le daríamos un 75% de probabilidades a que los Bears seleccionen un QB con su pick #1 (Caleb Williams), y se deshagan de Justin Fields. Este último ya movió la primera pieza, con la jugada de moda en la era de las redes sociales: dejó de seguir a los Bears en Instagram y borró todas las publicaciones relacionadas. Pase lo que pase, la decisión de los Bears será la pieza de dominó que genere un efecto mariposa en el resto del Draft 2024, que será sin dudas apasionante. Pero esa es otra historia.
La relación entre los Chicago Bears y sus mariscales de campo no ha sido exactamente un idilio, sino más bien todo lo contrario. De hecho, es la única franquicia en la era del Super Bowl que no ha tenido un QB que haya superado las 4.000 yardas aéreas en una temporada. De esto claramente se desprende que esta decisión no es una más en la franquicia y que puede cambiar su historia, para siempre.
Músico, ingeniero, periodista deportivo amateur. Creador, productor, editor y co-conductor de Falso Punteo, un podcast semanal de NFL que, desde 2022, nuclea información, análisis y opinión, siempre con una vuelta de tuerca de humor y creatividad.