Ganar un Super Bowl no es una tarea sencilla, convertirse en una dinastía es algo mucho más difícil. Los fanáticos de New England Patriots podrán decir que su equipo ostenta dos dinastías o una dinastía de casi veinte años. Tom Brady y Bill Belichick cambiaron la cara de la franquicia y lograron poner el nombre de los Patriots en lo más alto.
Para poder decir que un equipo fue o es una dinastía es necesario ser campeón. New England llegaba al Super Bowl XXXIX con la posibilidad de ganar su tercer título en cuatro años y así convertirse en la dinastía del siglo XXI. Un logro que pocos podrán ostentar.
De la mano de un inspirado y certero Brady, y una defensiva que realmente brilló para forzar cuatro pérdidas de balón — incluidas dos intercepciones en el último cuarto —, los Patriots consiguieron su tercer Vince Lombardi y se unieron a los Dallas Cowboys como los únicos equipos en ganar tres Super Bowls en un lapso de cuatro temporadas. Acá, en No Huddle, te traemos el recuerdo de ese increíble partido.
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— New England Patriots (@Patriots) February 6, 2024
El 6 de febrero de 2005, el Alltel Stadium fue testigo del Super Bowl XXXIX entre New England Patriots y Philadelphia Eagles. Por un lado, llegaba un equipo que buscaba conseguir su segundo Lombardi consecutivo — Patriots —, y por el otro lado, un equipo que buscaba alcanzar su primer anillo — Eagles — después de tener una temporada realmente buena.
New England de la mano de Brady y Belichick, tenía la posibilidad histórica de ganar el Super Bowl por segundo año consecutivo, el tercero en cuatro años y convertirse en una de las dinastías más exitosas de la historia de la NFL. La tarea no era nada fácil, pero este equipo estaba preparado para cualquier cosa, la mentalidad ganadora la tenían, solo era cuestión de salir y ganar.
Después de un primer cuarto con pocas o casi nulas emociones, en el segundo cuarto llegaron los touchdowns, primero el de Eagles y después el de los Patriots, para que la primera mitad terminara 7-7. Quedaba mucho tiempo por jugar en un partido que prometía ser muy cerrado.
En la segunda mitad la tónica era la misma, al principio New England se encargó de capitalizar los errores de los Eagles y volvió a tomar la delantera tras un touchdown convertido por el linebacker Mike Vrabel, sí, un LB convertía un touchdown. Sin embargo, Philadelphia no se dio por vencido y por medio de una serie de 10 jugadas lograron empatar el marcador en 14.
En el último cuarto, de la mano de un Brady muy certero, y un Deion Branch que se lució con sus 11 recepciones para 133 yardas totales, el conjunto dirigido por Bill Belichick logró sacar 10 puntos de ventaja. La defensiva tuvo un rol predominante, forzando pérdidas de balón y consiguiendo intercepciones, que permitió al equipo ir consolidando la victoria. Los Eagles lo intentaron todo, pero ya sin casi tiempo en el reloj lograron ponerse a tres puntos; sin embargo, no pudieron conseguir la victoria.
New England terminaba ganando 24-21 y con ello el tercer Super Bowl. Rodney Harrison con 12 tackleadas, 2 intercepciones — la última con solo 17 segundos por jugar — y una captura fue el estandarte de una defensiva clave para lograr la victoria. Por su parte, Tom Brady se convertía en el primer quarterback en ganar dos anillos de forma consecutiva, y el cuarto en ganar tres.
La dinastía Patriots era una realidad, se terminaba de consolidar. El patriot way lo había vuelto a hacer. Brady y Belichick le daban otra alegría a los fanáticos. El Super Bowl XXXIX se iba para Foxborough y New England se trasformaba en el último bicampeón de la NFL hasta la fecha.
Sigue la NFL desde 2015. Redactor y analista de No Huddle desde 2023. Cubre NFL y College Football.