Si hay un equipo que sufrió un desplome colosal de sus expectativas luego de las primeras dos semanas de temporada en la National Football League (NFL) fueron los New Orleans Saints, cuyo comienzo de dos victorias por un margen de 62 puntos a favor no fue más que una fugaz fantasía imposible de sostener en la realidad. Desde entonces, perdieron siete juegos al hilo y despidieron a su entrenador en jefe Dennis Allen, nombrando a Darren Rizzi como interino. Hoy se sientan con un récord de 5-11 que los tiene con los ojos enfocados en la próxima campaña.
Allí radica lo que será una decisión clave para la junta ejecutiva de la franquicia, que buscará traer un nuevo head coach que siente las nuevas bases a unos Saints que no ven la postemporada desde la partida de Drew Brees hace cuatro años. Si bien Deion Sanders ha estado considerado en la terna, según algunos medios de comunicación, es Adam Schefter, una de las fuentes principales de información en la liga, quien indica la franquicia buscará inclinarse por un entrenador con experiencia en el fútbol americano profesional.
De momento, la lupa se posa sobre dos posibles candidatos. El primero es Aaron Glenn, actual entrenador defensivo de los candidatos Detroit Lions, y que ya cuenta con el historial relacionado con los Saints; cuando tuvo un efímero paso en sus días como jugador en la posición de esquinero y luego estuvo cuatro campañas como entrenador de dicha posición entre 2016 y 2020. El otro que se baraja en el mazo es Mike Vrabel, quien fue entrenador en jefe de los Tennessee Titans por seis campañas.
Por más de que el movimiento en la posición de entrenador en jefe es evidente para los Saints, el camino a seguir aún no está claro para el equipo. El vicepresidente ejecutivo y general manager Mickey Loomis, cuestionado por la forma de explotar el espacio de tope salarial año tras año, está comprometido para volver a cambiar y enrocar las piezas en pos de formar un roster competitivo de cara al próximo certamen.
Si bien el tope salarial aún no ha sido dictaminado para la temporada que viene, sabemos que los de New Orleans serán la franquicia con más dinero muerto a pagar en toda la NFL con un total de $48.8 millone de dólares, contando la separación de jugadores como Marshon Lattimore, Michael Thomas y Jaimes Winston. Para variar, cortar o intercambiar a Derek Carr podría elevar la cifra a más de $100 millones, por lo que no sería sorpresa ver al mariscal teniendo su tercera aventura con el equipo.
Entonces, el dilema se encuentra en como encarar el puente de cara al futuro. En ello influirá mucho la última jornada que nos queda de la presente temporada, que definirá la posición en la que los Saints elijan en el Draft siendo lo más probable que termine entre los puestos del 6-10 y les dará, o no, la posibilidad de seleccionar un mariscal para sentar tras Carr, o buscar otra pieza de valor para aferrarse a su ahora mariscal titular y confiar en Spencer Rattler o esperar por otro estratega que los vuelva a poner en el mapa de cara al futuro.
Técnico Superior en Periodismo Deportivo cubriendo la NFL; especialista del ajedrez táctico que se juega en el fútbol americano e impaciente por analizar su primer partido al costado de la cancha. En búsqueda de vivir analizando la liga más entretenida del planeta.