Los Raiders buscan estabilidad en la ciudad del pecado. A pesar de que Antonio Pierce tomó las riendas del equipo tras un cambio de dirección a mitad de temporada, la incorporación de Gardner Minshew no parece ser la solución definitiva. La ambición de éxito de la franquicia podría condicionar la elección de un nuevo quarterback, estableciendo así las prioridades frente a otras necesidades del equipo.
La hipótesis detrás de esta situación es que, independientemente de quién sea el quarterback, no será suficiente para disimular una agitada agencia libre. Con las nuevas incorporaciones, la llegada del ex mariscal de campo de los Indianapolis Colts se compara con la de Christian Wilkins en la defensa. Sin embargo, la partida del running back estrella Josh Jacobs y del tackle derecho Jermaine Eluemunor ejerce presión sobre el papel de la ofensiva, que probablemente pierde a su jugador más impactante y aún no ha encontrado un sustituto adecuado.
En medio de esta incertidumbre, la falta de claridad por parte de la franquicia, que parece cómoda con la incógnita, sugiere que el Draft se centrará en la selección de un quarterback. Es muy posible que el valor de Aidan O’Connell, seleccionado en el proceso anterior, se haya depreciado, y la competencia se abra de nuevo. No obstante, la franquicia de Las Vegas aún está lejos de contar con un quarterback competitivo.
La necesidad que los Raiders enfrentan en cuanto a la búsqueda de un mariscal de campo con una perspectiva a largo plazo es más convincente que la impuesta por el corto plazo. Gardner Minshew ha demostrado su capacidad para liderar no solo una ofensiva, sino también un equipo competitivo con aspiraciones legítimas de alcanzar la postemporada. Este panorama plantea una encrucijada. Seleccionar un mariscal de campo para el futuro, mientras se confía en Minshew como respaldo, decisión adoptada por los Colts. O bien, se considera la posibilidad de depositar la confianza en Minshew como titular, reflejando el arrojo de los Buccaneers con Mayfield. En ambos escenarios, la posición de mariscal de campo quedaría cubierta, lo que conlleva la necesidad de reevaluar otras áreas de necesidad dentro de la franquicia.
La partida de Jermaine Eluemunor y la ausencia en la renovación de Greg Van Roten han generado dudas sobre la composición de la línea ofensiva, especialmente en el lado derecho. Aunque Thayer Munford se vislumbra como el próximo tackle titular, su falta de experiencia en esa posición plantea interrogantes. Lo mismo ocurre con Jordan Meredith, proyectado como guardia derecho. La franquicia podría considerar movimientos estratégicos con ambos jugadores para fortalecer su frente de ataque.
El descubrimiento de Jack Jones ha sido un verdadero tesoro encontrado en los waivers. Sin embargo, en el lado opuesto del campo, el equipo carece de un jugador sólido para enfrentar la intensa acción en el juego aéreo. La franquicia podría optar por esta vía para reforzar su defensa en esta posición crucial.
La salida de Josh Jacobs ha dejado un vacío importante en el juego terrestre. Si bien Zamir White podría asumir parte de esa carga, la verdadera pérdida radica en la versatilidad que Jacobs aportaba como corredor y receptor en todas las situaciones del juego. Actualmente, la franquicia carece de un jugador con ese perfil completo. Jacobs ha sido uno de los pocos running backs en alcanzar las 5.000 yardas terrestres y las 1.000 yardas aéreas en las últimas cinco temporadas, resaltando aún más su impacto en el equipo. Encontrar un reemplazo adecuado para mantener la dinámica ofensiva será una prioridad.
Actuario. Analista de Datos. Especialista de Safeties en Guia No Huddle 2023.