Alabama Crimson Tide está en una temporada algo especial, ya que detrás de la línea de cal no se encuentra más el histórico entrenador Nick Saban y en su lugar está Kalen DeBoer, quien viene de tener un sobresaliente 2023 al frente de los Washington Huskies. Sin dudas, esta temporada representa todo un desafío tanto para el HC como para el equipo.
El conjunto de Tuscaloosa había arrancado el 2024 de forma muy auspiciosa gracias a cuatro victorias consecutivas -incluyendo un triunfo ante Georgia Bulldogs-, en las que mostró todo su poderío ofensivo y sólidas actuaciones defensivas en sus primeros tres partidos. Un arranque que quizás permitía creer que este sería un mejor año que el anterior, aunque eso no estaría pasando.
Pese al comienzo alentador, no todo es color de rosa. Después de la primera mitad vs Georgia, Alabama empezó a perder el rumbo. No solo porque no supo acomodarse a lo que los rivales le propusieron en la segunda mitad, sino porque la única victoria que consiguió en las últimas tres semanas dejó gusto a poco, porque es una victoria que pudo y debió ser derrota.
Sin embargo, hay que señalar es que la caída del conjunto comandado por DeBoer no comenzó con la derrota del último fin de semana frente a Tennessee Volunteers, sino que ya viene de la temporada pasada. Partido tras partido queda al desnudo un declive que inició en el último año de Saban y parece que aún no le han encontrado la solución.
Sin la victoria -de casualidad- ante Auburn, Alabama posiblemente no hubiera llegado a los playoffs en la temporada pasada y la crisis sería muchísimo más grande. Ese partido, y el conflicto interno que existía en el vestuario desde el momento en el que Nick Saban decidió sentar al QB Jalen Milroe -que no venía jugando para nada bien- dieron lugar a una crisis que al día de la fecha sigue.
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— Alabama Football (@AlabamaFTBL) October 22, 2024
El declive es tan grande que el conjunto de Tuscaloosa cayó sin atenuantes, en la semana seis, ante un rival claramente inferior como los es Vanderbilt. No solo perdió, sino que además recibió 40 puntos, algo impensado. Y cuando parecía que esa derrota implicaría tocar fondo, Alabama tuvo un partido realmente malo vs USC, que ganó solo porque el rival no fue efectivo producto de las propias limitaciones, y en la siguiente semana se llevó una derrota ante Tennessee para caer al puesto 15 del ranking -derrota que pudo que ser más abultada, sino fuera por la falta de precisión del QB de los Vols, Nico Iamaleava-.
Kalen DeBoer es un gran HC, que tiene la capacidad para dar vuelta la situación, enderezar el barco y cambiar el rumbo actual de Bama. Dependerá no solo de ajustar de mejor manera las segundas mitades, sino que también dependerá -en gran parte- de encontrar a aquellos jugadores que estén comprometidos en revertir este mal momento y tirar para el mismo lado, siempre respetando al head coach. Sin duda, este año será una temporada de transición, una temporada para mejorar el vestuario, corregir errores internos, para después pensar en ganar, en volver a ser contendientes y llevar a Alabama a lo más alto de la NCAAF, al lugar al que pertenece.
Sigue la NFL desde 2015. Redactor y analista de No Huddle desde 2023. Cubre NFL y College Football.