Entramos en el mes de abril y se acerca una de las fechas clave en el calendario de la NFL: el draft. En No Huddle vamos a analizar las necesidades primarias que tendrán cada una de las franquicias de cara al jueves 29. En este caso, Tennessee Titans.
El 2020 terminó con un sabor muy agridulce para los de Nashville. Los Titans se coronaron campeones de la AFC Sur por primera vez desde 2008 y Derrick Henry se convirtió en el octavo corredor en conseguir 2.000 yardas en una temporada, además de ser el Jugador Ofensivo del Año. Sin embargo, el viaje en playoffs terminó pronto con una derrota frente a Baltimore en la ronda de comodines, en la que Henry tuvo una participación limitada.
Tennessee encarará el 2021 sin Arthur Smith, quien dejó de ser el coordinador ofensivo para ir como HC a Atlanta. A su vez, el equipo ha sufrido algunas bajas de peso que todavía no han sido cubiertas. Con nueve selecciones en el próximo draft, están en una buena posición para paliar sus falencias.
La posición se vio fuertemente impactada cuando el TE1 Jonnu Smith decidió firmar con New England por cuatro temporadas. El ala cerrada se había convertido en una de las referencias más confiables dentro del esquema aéreo liderado por Ryan Tannehill. Con su salida, Anthony Firkser y Geoff Swaim deberían tener ahora una carga mayor en la ofensiva, pero la profundidad que hay en la posición no es significativa, de modo que harían bien en conseguir a otro TE que pueda cubrir la producción perdida.
Lo único malo para ellos es que Kyle Pitts, uno de los mejores atletas del draft y un jugador que se espera sea trascendente en esa parte de la cancha, estará afuera mucho antes de que le toque elegir a Tennessee. Algunas de las alternativas potables podrían ser Hunter Long (Boston College) o Tony Poljan (Virginia).
Esta no es la máxima prioridad sólo porque A.J. Brown sigue en el plantel. Sin embargo, Jon Robinson tiene que pensar urgentemente en un WR2. Corey Davis fue sorpresivamente efectivo en 2020 y su partida a los Jets es un golpe para un cuerpo de receptores que, en su ausencia, ya no es tan peligroso como antes.
Se sabe de sobra que el ataque de los Titans está recostado en Henry y el juego terrestre. Sin embargo, necesitan tener opciones por si un oponente de fuste, y especialmente los equipos contendientes, logran contenerlo. Robinson trajo a Josh Reynolds proveniente de los Rams, pero su llegada, más los demás jugadores del depth chart en la posición, no son suficientes.
Por esto mismo es que podrían apuntar a nombres como Terrace Marshall Jr. (LSU) o Amon-Ra Brown (USC) para mejorar en ese aspecto.
La defensa potente del nuevo coordinador Shane Bowen tiene ahora un hueco: Adoree’ Jackson, jugador que puede actuar tanto en defensa como en equipos especiales, y Malcolm Butler, de sólido paso por la franquicia, fueron cortados. Y aunque llevaron a Janoris Jenkins, nunca está de más pensar en un esquinero extra, particularmente con el calibre de lo que habrá disponible en la primera ronda.
Hay quienes proyectan a Greg Newsome II, prospecto de Northwestern, como el que tomarán los Titans con la selección 22 (Caleb Farley también es opción), aunque otro camino por el que podrían decantarse es el de ir por un liniero defensivo, ya que la posición se encuentra debilitada en tanto y en cuanto no decidan traer de nuevo a DaQuan Jones. No obstante, la secundaria tiene una mayor importancia: un hueco fácilmente explotable puede hacer saltar por los aires cualquier plan defensivo.
En resumidas cuentas, Tennessee es un equipo sólido que tiene pocos puntos débiles importantes, y cuentan con recursos suficientes como para resolverlos. En la medida en que acierten con los jugadores elegidos, estarán más que preparados para llevarse otra corona divisional, e incluso ir más allá en la postemporada.
Desde hace algunos años me podés encontrar en NFL Argentina en Twitter comentando partidos, y ahora me sumo a No Huddle para aportar mi granito de arena y ayudar a convertirlo en el medio líder en el deporte. Me volví aficionado al fútbol americano por casualidad, cuando me topé con el Super Bowl XLVI mientras hacía zapping una noche de verano. Tras aquel partido, comencé a seguir a los Patriots, a quienes les tuve simpatía porque perdieron en esa oportunidad. Pensé que era una buena opción, hasta que poco después me enteré que eran los más ganadores del momento... terminó siendo una gran decisión.
