Esta mañana, el insider Ian Rapoport confirmó que Deshaun Watson firmó su nuevo contrato con los Houston Texans, que lo liga a la franquicia por cuatro años, hasta 2025. El monto total asciende a los 156 millones de dólares, con 111 de ellos garantizados. Anualmente, se convertirá en el segundo jugador mejor pagado de la liga por detrás de Patrick Mahomes, con un salario que rondará los 40 millones de dólares.
Sources: The #Texans and franchise QB Deshaun Watson have agreed to terms on a huge new extension worth $160M over 4 new years. Houston locks up its QB through 2025 – and Watson gets paid... with a chance to get paid again soon. 💰 💰 💰
— Ian Rapoport (@RapSheet) September 5, 2020
Parece que en Houston confían en que el egresado y campeón colegial con Clemson será su mariscal del futuro, y no es para menos. El quarterback es una doble amenaza para las defensas rivales y así lo reflejan sus estadísticas: en tres años como profesional (dos y medio si tenemos en cuenta que una lesión en la rodilla lo marginó en la primera) tiene 804 pases completados de 1.204 intentos para 9.716 yardas y 71 touchdowns, con 29 intercepciones; además de 217 acarreos para 1.233 yardas y 14 touchdowns terrestres.
Si bien su cantidad de acarreos ha ido disminuyendo con el correr de los años, su capacidad de mantener y extender las jugadas todavía siguen sorprendiendo a propios y extraños. Con él como titular, el equipo ya acumuló dos títulos de la AFC Sur en tres temporadas. Sin embargo, el debe está en el progreso en playoffs, ya que si bien el último año obtuvo su primer triunfo en esa instancia, lo cierto es que las derrotas frente a Indianápolis en 2018 y Kansas City, el año pasado, han dejado una mala sensación.
Con Bill O'Brien como head coach y general manager, parece que la franquicia finalmente obtuvo su premio mayor. La salida de DeAndre Hopkins en marzo puso un asterisco a su desempeño, pero a fuerza de renovaciones parece que el objetivo ha quedado claro: Watson es la estrella de Houston y el jugador a cuidar. Laremy Tunsil, con contrato nuevo, y un cuerpo de receptores que parece que va a estar apto para distribuir los targets, más David Johnson en el backfield, son las armas con las que contará Deshaun esta temporada. En la defensa, las renovaciones a Whitney Mercilus y Zach Cunningham, la vuelta de JJ Watt, y una inversión de picks bastante fuerte en el front seven parecen ser la respuesta a una demanda de reforzar ese sector del campo.
Ahora la pelota la tendrá Deshaun, quien también deposita su confianza en que el equipo siga creciendo y él esté rodeado de jugadores competentes para lograr el sueño de llevar a los Texans a su primer Super Bowl de la historia.
Graduado en Comunicación Social. Cubre la NFL desde 2017. Redactor de contenidos y community manager de No Huddle.