Philip Rivers, de 39 años, anunció su retiro de la NFL tras una fructífera carrera de 17 temporadas. Luego de haber sido eliminado en la última ronda de Wild Card por los Bills, admitió que estaba reconsiderando su voluntad de continuar con su carrera y, tras algunas semanas, informó a los Colts, club al que había llegado en el pasado año, que finalmente había disputado su última temporada como profesional. El mariscal se va como uno de los grandes de la liga aun a pesar de ver frustradas sus intenciones de jugar un Super Bowl y se convertirá, seguramente, en un miembro del Salón de la Fama.
Philip Rivers’ statement to ESPN is dadgum tremendous: pic.twitter.com/30KaEFGy0X
— Adam Schefter (@AdamSchefter) January 20, 2021
Si bien no es una decisión que no fuera esperada, tomó a varios referentes por sorpresa. Rivers siempre fue caracterizado como un jugador sumamente inteligente, uno de los mejores trash talkers de la liga, capaz de sacar de quicio a cualquier rival, uno de los jugadores más durables ya que jamás se perdió un partido por lesión y uno de los mariscales con la mecánica de lanzamiento más extraña. Lo que le espera ahora será el trabajo de entrenador en jefe de la secundaria St. Michael Catholic en Alabama, de donde es oriundo, un puesto que ya le había sido asegurado a comienzo del 2020. Además, el ex Chargers tendrá tiempo de dedicarse a su extensa familia.
Las estadísticas mostrarán que Rivers lanzó más de 63.000 yardas y 421 pases de anotación, en ambos casos la quinta mejor marca histórica de la NFL al día de hoy, lo que le permitió en buena medida acceder en ocho ocasiones al Pro Bowl. Pero vale la pena repasar brevemente la carrera de este gran mariscal, que a pesar de ser oriundo de Alabama, siempre quedará vinculado a la costa oeste, y sobre todo a la ciudad de San Diego, donde lideró a los Chargers por 11 años como titular.
Inició su carrera en la secundaria de Athens, donde fue entrenado por su padre, y en honor a quien siempre utilizaría el #17 en su jersey. En su último año recibió ofertas de universidades top como Alabama o Auburn, pero la descartaría ya que no esperaba poder actuar como el titular en sus comienzos, y finalmente se vincularía a North Carolina State. Con el Wolfpack brillaría desde su primer partido, en donde lanzó por 397 yardas y tres anotaciones, y finalizaría con un récord de 8-4. A partir de allí fueron casi todas alegrías, ya que accedería en sus cuatro años como titular a diversos bowls, y se quedaría con tres de ellos, siendo elegido en todos los partidos como el MVP. Su carrera universitaria finalizaría con un récord de 13.484 yardas, 95 pases de anotación y 51 juegos consecutivos como el titular, una de las grandes estrellas de la ACC. Tal fue el éxito, que en su último partido como local el #17 sería retirado del equipo.
Rivers llegaba al draft como uno de los candidatos de primera ronda, aunque la fuerza de su brazo y la mecánica de lanzamiento despertaban algunas preguntas entre los GMs. Los Chargers tenían el primer pick y se proponían elegir a Eli Manning, pero este confirmó que no firmaría con la franquicia en caso de ser elegido, por lo que tuvieron que llegar a un acuerdo con los Giants para que ellos eligieran a Rivers, y luego intercambiarlo por el propio Manning. En ese draft también participó Ben Roethlisberger, quien sería elegido luego por los Steelers.
Sus primeros dos años como profesional se sentaría detrás de Drew Brees con muy poca participación. Recién en su segundo año, y tras una lesión del luego mariscal de los Saints, tendría algo de acción. Luego de ese año, Brees se iría en agencia libre, y a partir de allí Rivers nunca paró, entre 2006 y 2020 disputaría los 16 partidos todos los años, sin que alguna lesión le impidiera ser de la partida. Tal fue su capacidad de jugar lastimado que en el 2007, tras romperse los ligamentos cruzados en la ronda divisional, pudo jugar en el partido de campeonato de la americana frente a los Patriots. De hecho, en su carta de retiro el propio Rivers marcó ese hito, ya que en este día se cumplen 13 años desde aquella ocasión.
A lo largo de 16 años con los Chargers, 13 fueron en San Diego, donde el mariscal se convirtió en la figura más prominente del deporte en la ciudad. Tal es el punto de identificación que Rivers, en su última carta, agradece a los fans de San Diego y no a los de Los Angeles, donde la franquicia se mudó en 2017. Tras tres años en LA, y luego de haber marcado todos los récords del equipo, Rivers se iría a los Colts, donde se reencontraría con varios viejos amigos e intentaría finalmente conseguir el sueño de jugar el Super Bowl. Su última parada en Indianapolis estuvo signada por altibajos, aunque sobre el final pudo encontrar su mejor versión. Fue derrotado por los Bills en la ronda de comodines en un apretado cierre. Así mismo, se mencionaba como probable que en caso de que el mariscal quisiera seguir jugando la próxima temporada, debería haberse operado en uno de sus pies en el que arrastraba una lesión, lo que pudo haber torcido su decisión.
El año pasado Eli Manning se fue del deporte, este año fue el turno de Rivers y posiblemente Big Ben juegue su última temporada en 2021, lo que marcará el fin de una prestigiosa y muy talentosa camada de mariscales. La vieja guardia lentamente nos va dejando y abriendo el paso a los nuevos talentos, a los que no les será fácil estar a la altura de tan grandes jugadores.
Economista de carrera, escritor por pasión. A los diez años mi viejo me regaló la 13 de Dan Marino y desde entonces el aqua y naranja corre por mis venas. Después de algunas temporadas de amor/odio, el deporte se convirtió en casi una obsesión. Me encanta analizar los Xs & Os y puedo invertir fácil 20 minutos de mi día mirando una sola jugada.