Lamar Jackson y los Baltimore Ravens remontaron un pésimo inicio de temporada regular, y tras cuatro victorias al hilo, se encuentran con un récord de 4-2, en la cima de la AFC Norte. Con las actuaciones de las últimas semanas, los de Baltimore le están demostrando al resto de la NFL, que tienen una de las mejores ofensivas de toda la liga.
Los Ravens tuvieron una offseason movida en cuanto a la ofensiva. Tres de los cinco linieros ofensivos titulares dejaron el equipo (Morgan Moses, Kevin Zeitler, y John Simpson), y sus dos corredores titulares (J.K. Dobbins y Gus Edwards) también se fueron en la agencia libre. Sin embargo, la adquisición de Derrick Henry parece haber opacado estas bajas, y de momento, le dio a Baltimore ese salto de calidad que le venía faltando desde hace unos años.
Aunque parezca contradictorio, probablemente el mayor beneficiado de todo esto sea Lamar Jackson, quien se convirtió en el primer jugador en la historia de la liga en producir 1,500 yardas aéreas y 400 yardas por tierra en los primeros seis partidos de una temporada.
Nadie puede negar el talento de Lamar Jackson. El mariscal de campo de los Ravens viene de ser el MVP de la última temporada y juega cada vez mejor. Es una realidad, tanto por estadísticas como por su nivel de juego, que el QB de 27 años está teniendo la mejor temporada de su carrera a la hora de pasar el balón. En seis partidos, Jackson se encuentra séptimo en la NFL con 1,529 yardas aéreas (276 más de las que tenía a esta altura la temporada pasada) y quinto con 10 pases de touchdown (5 más de los que tenía a esta altura el año pasado).
Además de tener un claro mejor arranque de temporada por la vía aérea, Jackson sigue siendo muy dominante como arma terrestre. Tras las seis primeras semanas, Lamar se encuentra octavo en la liga con 403 yardas por tierra, además de acumular dos touchdowns terrestres. Hay una realidad: nadie tiene los números de Lamar Jackson.
Además del talento único de "LJ", hay algunas claves para el nivel que está mostrando él y la ofensiva de los Ravens. La adquisición de Derrick Henry elevó el nivel del equipo, haciendo que las defensivas tengan que concentrarse en dos jugadores casi igual de peligrosos, algo que a Jackson le había faltado en toda su carrera. El playcalling de Todd Monken también está ayudando, esta temporada ha sido variado y efectivo, haciendo que la ofensiva sea poco predecible.
Pero no todo son "King" Henry y Todd Monken. Lamar también está haciendo un gran trabajo como pasador, tiene una excelente química con Zay Flowers y Rashod Bateman, además de lo que aportan Mark Andrews, Isaiah Likely, Nelson Agholor y Justice Hill. Otro factor clave ha sido el buen nivel que ha mostrado la línea ofensiva en las últimas semanas, que tras actuaciones flojas en las primeras dos fechas, ha hecho los ajustes necesarios para darle tiempo a Lamar en la bolsa.
No hay dudas de que Lamar Jackson es, hoy por hoy, uno de los candidatos mayores al MVP de esta temporada, y que no sorprenda si lo vuelve a ganar por tercera vez en su carrera. "LJ" está haciendo cosas que nadie en esta liga hace, y aunque sí, tiene a Derrick Henry, su cuerpo de receptores y línea ofensiva no tienen nada envidiable. Además un dato no menor, es el récord 4-2 de Baltimore ante uno de los calendarios más difíciles de la NFL; Kansas City Chiefs, Las Vegas Raiders, Dallas Cowboys, Buffalo Bills, Cincinnati Bengals, y Washington Commanders.
De todas maneras, Lamar Jackson y los Baltimore Ravens saben que siempre hay cosas para mejorar, y no se consideran los mejores. De hecho, cuando se le preguntó al QB sobre el nivel mostrado por la ofensiva, respondió: "Solo estamos demostrando que podemos ganar partidos. No creo que hayamos demostrado que somos la mejor ofensiva, siempre hay lugar para mejorar".
Estudiante de periodismo deportivo. Cubre la NFL desde 2019. Especializado en los Baltimore Ravens. Co-Fundador del podcast Ravens en Criollo.