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Llegada la semana 11 de la National Football League (NFL) cayó el último invicto: el pasado domingo la derrota de los Kansas City Chiefs por 30-21 en su visita al Highmark Stadium de los Buffalo Bills puso el primer palito en el último casillero de derrotas que quedaba por sumar. En un partidazo, los dos veces campeones se quedaron cortos y sufrieron una derrota tan dolorosa como digna ante otro de los máximos candidatos en la Conferencia Americana.
A pesar de haber comenzado la temporada con un récord perfecto de 9-0, sabemos que los dirigidos por Andy Reid no rendían al máximo de sus capacidades. Pues venían de una ajustadísima victoria ante los rivales divisionales Denver Broncos; ante Tampa Bay Buccaneers y Las Vegas Raiders ganaron por una posesión durante los tres juegos previos a Buffalo, y caer ante uno de sus máximos exponentes en la conferencia puede ser el chispazo que necesitaban.
Uno de los principales actores en el reparto que necesitaba de un correctivo es Patrick Mahomes, el mariscal que abrió y cerró el partido ante Bills con intercepciones y está camino a establecer la primera mancha en su prolífico resumen. Terminada la semana 11, es el estratega de los Chiefs quién lidera la tabla de pases interceptados a lo largo de la liga (junto a Jordan Love y Geno Smith, todos con 11); y así de imponente es su currículum, que de seguir así se convertiría en el primer jugador de la historia en ser MVP de la NFL y MVP del Super Bowl en terminar la temporada regular liderando dicha estadística.
A pesar de no estar jugando su mejor fútbol americano, los de Kansas City siempre encuentran una manera de estar en partido y en la mayoría de los casos quedarse con la victoria. Son un equipo maduro, con entrenadores capacitados para que las tres facetas del equipo ejecuten a un nivel elevado y con jugadores tan consolidados como experimentados; pero el que siempre brinda ese toque extra de magia e inclina la balanza para su lado es Patrick Mahomes.
El mariscal de los Chiefs también es consciente de que las cosas podrían estar saliendo mejor, y así lo rectificó tras la primer derrota del año. "Estos momentos pueden servir como un estímulo. Son un gran equipo y no hay porque irse con la cabeza baja, sabemos que podemos jugar mejor y por eso volveremos a trabajar tomando esto como una chispa para ser mejores. Ser invicto está bueno, pero no es nuestro objetivo principal y seguiremos construyendo en dirección a este", sentenció el tres veces campeón de la NFL.
"No me excusaré en que estamos relajados, pero al mismo tiempo siento que estábamos saliéndonos con la nuestra en victorias muy cerradas. Por eso creo, que esto nos reanimará, nos dará urgencia y más que nada al comienzo de los partidos; especialmente a la ofensiva, y eso viene de mí entregando el balón desde el primer drive. Es algo que no puedo permitir en juegos como este", agregó.
De todos modos, ya hemos visto como puede ser el final de la trama. Bajo el mando de Andy Reid, los Chiefs no pueden nunca ser dados por muertos, solo cuando el reloj llegue al 0:00 y más énfasis hay que ponerle hablando de los playoffs. Ahí es donde se libera la bestia; y así como Patrick Mahomes podría terminar la temporada liderando la liga en intercepciones, al mismo tiempo podría estar calzando otro anillo más en sus dedos, estableciendo un nuevo récord de tres títulos consecutivos en la era del Super Bowl, y que lo haría seguir subiendo peldaños en la escalera por ser considerado el mejor de todos los tiempos.
Técnico Superior en Periodismo Deportivo cubriendo la NFL; especialista del ajedrez táctico que se juega en el fútbol americano e impaciente por analizar su primer partido al costado de la cancha. En búsqueda de vivir analizando la liga más entretenida del planeta.
