Sam Darnold ha emergido como un pilar fundamental para los Minnesota Vikings en las últimas seis semanas, uno mucho más alto del mariscal que vimos a principios de temporada. Con números que reflejan una precisión destacada (65.5% de pases completados), una producción consistente (1,634 yardas y 15 touchdowns) y un control sobresaliente (solo una intercepción), el QB parece estar alcanzando su mejor forma justo en el momento más crucial de la temporada.
El éxito de Darnold no sería posible sin el talento de sus dos principales receptores: Justin Jefferson y Jordan Addison. Ambos jugadores han sido piezas clave en el ataque aéreo de los Vikings, y su química con el mariscal de campo ha llevado la ofensiva a otro nivel. La sinergia entre Darnold, Jefferson y Addison no solo ha permitido a los Vikings mantenerse competitivos, sino que también ha despertado esperanzas reales de conquistar la división.
A pesar del buen rendimiento de los Detroit Lions esta temporada, los Vikings están mostrando que tienen el talento necesario para competir por el título divisional. La consistencia de Darnold, combinada con una ofensiva explosiva y una defensa que ha mejorado notablemente, pone al equipo de Minnesota en una posición interesante, a pesar de que deberá correr de atrás estas últimas dos semanas.
En la postemporada, el sueño del Super Bowl no parece tan lejano. Si los Vikings logran mantener su nivel actual, podrían convertirse en uno de los equipos más peligrosos de la conferencia. Los seguidores de la franquicia del norte tienen razones para creer que este podría ser el año en que Minnesota finalmente logre su ansiada consagración.
Técnico Superior en Periodismo. Cubre la NFL desde 2018. Co-Founder, CEO y Director Periodístico de No Huddle, el medio más grande de fútbol americano en Sudamérica. Conduce Mates y Football y es editor principal de la página web.