Ha pasado el NFL Draft 2024, donde todas las franquicias de la National Football League (NFL) tuvieron la chance de mejorar sus respectivas plantillas y comenzar oficialmente a diagramar lo que será la campaña 2024. Un equipo que no pasó por debajo del radar fueron los Arizona Cardinals, quienes tenían una de las selecciones más altas del evento.
Con el cuarto pick general, había mucha especulación acerca de los posibles movimientos que podía hacer el equipo dirigido por Jonathan Gannon. Las posibilidades de vender la selección y hacerse de un interesante capital para seguir reforzando un plantel que aún no está cerca de competir eran altas.
Los posibles compradores existían, ya que eran varias las franquicias que tenían en la mira a distintos mariscales, una tendencia interesante que se dio durante la primera ronda, con récord incluido. Pero, finalmente, los Cards decidieron elegir y, en líneas generales, tuvieron una muy sólida clase de Draft.
A pesar de las especulaciones, se puede discutir que los Cardinals se quedaron con quien era para muchos el mejor jugador de todo el proceso de selección colegial. Detrás de él, mediante distintos movimientos, conformaron una sólida clase de Draft que puede ayudarlos a ser un mucho mejor equipo que lo mostrado la temporada pasada.
Para muchos, el mejor jugador del Draft, y con mucha justificación. Harrison Jr. entra dentro de la categoría talento generacional, con una carrera marcada por la productividad en su tiempo con Ohio State. Tiene todos los traits para convertirse, de manera inmediata, en el WR1 de los del desierto.
Sus manos son fuertes y rara vez lo vamos a ver perder la pelota. Corre de manera excelente las rutas y es muy inteligente a la hora de buscar los espacios blandos que deja la defensiva. No solo es un gran jugador, sino que también cubre una de las grandes necesidades que tenía en el roster Arizona.
Un rusher violento que utiliza toda su fuerza corporal y habilidades atléticas para poder ganar su matchup. Los Cardinals decidieron ir por él en el final de la primera ronda luego de su mejor temporada en Missouri, pero el techo de Robinson es demasiado interesante para no mencionarlo.
Aún debe convertirse en un factor en el juego terrestre, pero durante su etapa colegial demostró lo suficiente para hacerse de un lugar desde el EDGE, donde podrá establecer el exterior de manera constante, apoyado en un primer paso muy explosivo, unas manos fuertes y activas, y un motor que parece jamás apagarse con el correr del encuentro.
Arizona bajó en la segunda ronda y acumuló bastante capital, incluyendo llevarse a un jugador que tiene chances de convertirse en uno grande para la organización desde el primer momento. Max Melton se fajó durante varios años con los mejores receptores de la Big Ten, y ha respondido a cada desafío que le han puesto en frente. Sus traits físicos son fácilmente trasladables al profesionalismo, y su capacidad de hacer el trabajo difícil en el juego aéreo hacen de esta una gran selección.
La consigna durante todo el proceso de selección colegial para los Cards pareció clara: elegir jugadores que, físicamente, sean dominantes. Mientras logró mantenerse sano, Benson demostró eso con FSU, siendo una de las armas más importantes de un equipo que ha tomado por asalto la ACC las últimas dos campañas. Su historial de lesiones es un interrogante, pero si está en el campo, Benson es un corredor agresivo que también puede ser asignado en situaciones de pase.
La construcción física para jugar el interior está claramente ahí para el canadiense, quien pasó de ser un recluta poco valorado a un capitán con Illinois. Requiere pulir aún más su técnica, tanto para abrir los agujeros para el juego terrestre como para palear el pass-rush, pero en un Draft donde predominaron los jugadores de línea ofensiva, los Cardinals se apuraron por tenerlo y desarrollarlo.
Un segundo jugador consecutivo del Fighting Illini que se va para Arizona. Reiman es un jugador que puede aportar tanto en el ataque terrestre como en el aéreo, con capacidades físicas que le ayudarán en el desarrollo de su juego. Cubre además una necesidad imperante de Arizona en agregar talento en su ofensiva.
Otro jugador por el cual los Cardinals parecen haberse adelantado por conseguir. Hay dudas acerca de si Elijah Jones podrá hacer de manera correcta la transición al profesionalismo sin la velocidad ni el football IQ preparados para la NFL, aunque sus aptitudes con la pelota y su conocimiento de esquemas de zonas podría valerle un lugar en el roster.
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La velocidad es sinónimo de este jugador, quien corrió las 40 yardas en 4.41 segundos y logró poner este factor en juego jugado como safety profundo. Demostró tener desarrollado también su capacidad de ubicar la pelota en el aire. Tal vez algo chico para jugar defensiva, pero los intangibles para convertirse en una sólida pieza de rotación están ahí.
En los primeros años en Clemson, Xavier Thomas apuntaba a ser el próximo gran EDGE rusher que saliera de la universidad, siguiendo los pasos de jugadores como Clelin Ferrell. Pero las lesiones y problemas médicos le permitieron jugar apenas 19 partidos entre 2020 y 2022. Esto no es algo que se refleje en su tape en 2023, pero sí que se ve a alguien con un techo un poco más limitado al que podíamos imaginar en 2019. Es un pass rusher muy disruptivo, por lo cual le puede dar algo diferente a una línea defensiva y puede aportar eso desde el primer momento
Construcción física ideal para jugar en el exterior de la línea ofensiva, además de la experiencia de haber tenido partidos en ambos lados de la misma. Atleticismo correcto como para agregar a eso, pero muy verde en los aspectos técnicos. Si logra conectar, su fuerza, impulsada desde el tren inferior hacia las manos, hará que el EDGE tenga problemas para poder sacárselo de encima, pero le ha faltado consistencia en este apartado debido a su reducida lateralidad y lento release.
Selección de sexta ronda utilizada para seguir llenando de playmakers la ofensiva. Palmer tiene una construcción física ideal para jugar como receptor externo, y demostró en su etapa colegial, ayudado en sus brazos largos y manos fuertes, que peleará por cada recepción. Sin embargo, la manera en que se mueve desde el release y en los cortes, sin ser un jugador lento, harán que le cueste sacarse de encima esquineros en el siguiente nivel, por ende parece difícil pensar en recepciones fáciles para el ex UAB.
La experiencia de 60 partidos en dos programas gigantes del fútbol americano universitario (Oklahoma y Miami) hacen de esta una selección más que interesante. Davis tiene la construcción física, velocidad y reacción para ser un nickel cornerback en el primer nivel, pero la falta de producción durante su etapa colegial plantean los interrogantes acerca de su efectividad.
Técnico Superior en Periodismo. Cubre la NFL desde 2018. Co-Founder, CEO y Director Periodístico de No Huddle, el medio más grande de fútbol americano en Sudamérica. Conduce Mates y Football y es editor principal de la página web.
