Ya avisamos en la última jornada que los rookies de la semana no iban a finalizar en la temporada regular, sino que en estos playoffs íbamos a seguir hablando de ellos. No son tantos los nombres que vamos a tener en cuenta ya que hay una menor cantidad de partidos y hasta muchos de estos jugadores se repiten respecto a otras semanas, pero eso no es excusa para dejar de hablar de ellos. En esta oportunidad se destacaron dos novatos ofensivos, los cuales fueron importantes para sus respectivos equipos, uno para buscar la remontada en el partido y el otro para poder levantar el nivel en ataque que llevaba su franquicia.
El resultado del partido para los Steelers no fue positivo, pero si hay que destacar algo del equipo, tanto en el encuentro como en la temporada, es la aparición de Chase Claypool, drafteado en la segunda ronda del último draft. Su campaña no fue lo más regular que se podría buscar, pero su actuación contra Browns fue algo muy importante para intentar remontar un 28-0 abajo en el primer cuarto. Sabemos que los Steelers tienen un gran grupo de receptores, pero las capacidades físicas y atléticas con las que cuenta Claypool son un factor que pueden mejorar mucho a esa ofensiva. Su ayuda para las recepciones complicadas en la zona de anotación sin lugar a dudas fueron determinantes para dos de los cuatro TD que logró Ben Roethliserger. Si pasamos a sus números en el partido, no nos vamos a encontrar con una gran cantidad de recepciones y hasta tampoco de yardas, por eso el foco en los touchdowns y en su importancia para que el ataque de Pittsburgh ponga seis puntos en momentos determinantes: fueron cinco recepciones en los siete targets que tuvo, con las cuales consiguió 59 yardas y dos anotaciones.
No deberían sorprendernos este tipo de actuaciones del corredor salido de la universidad de Florida State. No porque haya sido una constante a lo largo de la temporada, ya que esta es la segunda oportunidad que llega a los tres dígitos de yardas por tierra, sino porque siempre que tuvo la oportunidad, tanto física como de cantidad de toques, logró ser el motor de la ofensiva de Rams. En un backfield repleto de dudas a lo largo del año, ya que Darrell Henderson logró un par de buenas actuaciones y Malcolm Brown era un factor importante para el yardaje corto, Akers se vio más bien relegado y recién en las últimas semanas cuando tuvo oportunidades consiguió mostrar todo su talento, dándonos motivos para pensar que en la próxima campaña debe ser el claro RB1 de este equipo.
Contra Seattle, el juego aéreo de los Rams fue un problema durante toda la tarde, impulsado principalmente por la lesión de John Wolford y la molestia en la mano de Jared Goff. Por eso Akers y sus productivos acarreos, sumados a su capacidad para ser una válvula de escape y hasta de generar una gran cantidad de yardas después de la recepción, fueron un factor crucial para la victoria de los Rams. Y si nos ponemos más específicos, fue clave en ese drive del segundo cuarto en el que Los Angeles logra anotar el TD y sacar una ventaja de diez puntos antes de irse al descanso. Para cerrar, hablamos de sus números: fueron en total 28 acarreos para 131 yardas y un TD, sumado a las dos recepciones y 45 yardas que consiguió, de las cuales 41 fueron logradas después de recibir el balón.
Especializado en Futbol americano colegial. Lo cubre desde 2019. Conductor de De Cara al Draft y participa en Redshirt Podcast. Redactor de la página web.
