Pasó la segunda semana de playoffs y con ella cuatro equipos más se quedaron afuera. Todos ellos tendrán que rever qué les faltó para llegar a la cita máxima del football americano la temporada que viene, pero es hora de repasar lo bueno, lo malo y la sorpresa de cada uno de ellos en el 2020.
La llegada de Kevin Stefanski parece ser, de una vez por todas, el acierto que Cleveland venía necesitando hace rato en el puesto de head coach. El joven entrenador aportó un cambio de mentalidad en el equipo y cumplió con la expectativa de establecer un poderoso juego terrestre, que fue el punto más alto de los Browns en la histórica temporada que los volvió a colocar en playoffs.
Si los Browns quieren volver a ser protagonistas el próximo año, tendrán que trabajar mucho en la defensiva. Recuperar a los lesionados Greedy Williams y Grant Delpit será importante, pero hay que seguir sumando piezas aún faltantes para que la unidad liderada por Myles Garrett pueda dar el paso al siguiente nivel.
Aquellos que habían dejado de confiar en Baker Mayfield tras la temporada pasada se habrán llevado una sorpresa con la reacción del mariscal en tramos vitales de la campaña 2020. Pese a perder por lesión a su principal arma el juego aéreo, Odell Beckham Jr., el ex Oklahoma demostró que todavía merece la oportunidad de liderar a este joven equipo. Entre sus estadísticas del año, se destaca haber bajado a tan solo ocho el número de intercepciones lanzadas.
La defensa logró mostrar mejoras al parar el ataque terrestre, su deficiencia de la campaña pasada. Marlon Humphrey es uno de los mejores esquineros de la liga y el LB novato Patrick Queen ha demostrado su valor. El ataque por tierra volvió a ser el mejor de la NFL y JK Dobbins se estableció como un gran RB1. Lo otro positivo es que el equipo pudo levantarse de un momento complicado y meterse en postemporada. Lamar Jackson ganó su primer partido de playoffs, y eso puede servirle para los próximos años.
Fue una temporada en la cual se los ponía como candidatos, y ese mote no lo pudieron respaldar en su funcionamiento. En especial en el lado ofensivo, que más allá de su tremendo ataque terrestre no tuvo variantes para ser lo eficaz que fue en la campaña anterior. Greg Roman no ha logrado sacarle jugo a esa parte del equipo. La línea ofensiva también fue otro de los puntos que no logró establecerse en todo el año.
Mark Ingram fue desapareciendo en importancia para el ataque terrestre y, pese a estar sano, no fue utilizado en las últimas semanas ni en postemporada. JK Dobbins y Gus Edwards sorprendieron al quedarse con su trabajo y lo hicieron de buena manera. La otra sorpresa vino por parte de algunas derrotas inesperadas y un funcionamiento que rindió por debajo de las expectativas pese a obtener buenos valores en agencia libre y draft.
El núcleo joven. Destacar a un solo jugador o a una sola unidad sería irrespetuoso. Muchos demostraron estar a la altura de lo que pedía el equipo cuando más se los necesitaba. Hay talento en la OL, hay un cuerpo de receptores que promete y una defensa que permite ilusionarse. Se va a necesitar trabajo, pero el camino es el correcto.
Nuevamente, la actuación en playoffs. El mayor debe en la cuenta de los Saints es poder rendir al nivel necesario en los partidos grandes, ya que otra vez volvieron a sufrir una decepción. La defensa no estuvo a la altura y hubo cuatro intercambios de balón que costaron el partido. Sean Payton deberá encontrar la manera de poder plantear estos encuentros de manera distinta, porque la base del equipo es más que suficiente para que sigan llegando a playoffs año tras año.
Trey Hendrickson. El jugador elegido en la tercera ronda del draft 2017 tuvo su año de quiebre, obteniendo 13.5 capturas a lo largo de la temporada regular. Se asentó como el DE opuesto a Cam Jordan por sobre el pick de primer día, Marcus Davenport. Uno de los baluartes de la línea defensiva, será quien lidere a la unidad de cara a las próximas temporadas. Dennis Allen sabe que puede confiar en el joven jugador para ocupar uno de los puestos más sensibles.
Llegar a ronda divisional y caer contra este equipo de Green Bay en Lambeau puede ser catalogado como un año más que bueno. En gran parte se explica a partir del rendimiento del cuadro defensivo. Sin dudas, si se quiere aspirar a más en la temporada próxima, el primer objetivo debe ser intentar repetir la alta performance de la defensa mejor rankeada en la NFL.
McVay logró conformar nuevamente un equipo fuerte y competitivo, no obstante, en varios momentos de la temporada, al costado ofensivo le faltó peso y fundamentalmente, constancia. Si se pretende dar un salto de calidad, y pasar de ser un buen equipo a uno candidato al Super Bowl, la unidad liderada por Jared Goff debe lograr la mencionada regularidad y no dejar huecos en el camino como el que dejaron contra los Jets.
El novato Cam Akers mostró a lo largo de la temporada destellos que indican que puede y debe ser aprovechado. En un equipo con problemas de inconsistencias ofensivas, puede ser el ingrediente que ayude a lograr el equilibrio, en el que Jared Goff pueda apoyarse en sus acarreos en aquellos partidos donde el juego aéreo no consiga entrar en ritmo.
Nota realizada por la redacción de No Huddle.