Pasó ya el Super Bowl LV y es hora de revisar las predicciones que los redactores de No Huddle hicieron a principio de temporada.
Luego de un año lleno de sorpresas, Tampa Bay Buccaneers consiguió su segundo título en la historia de la franquicia. Para sorpresa, ninguno de los analistas había dado como futuro campeón al conjunto de Tom Brady, quienes hicieron desaparecer los fantasmas que habían aparecido al principio de la campaña.
Antes de que arranque la temporada, y sabiendo que podía ser la última de Drew Brees, era muy difícil no ilusionarse con los Saints y su candidatura.
Las lesiones tuvieron a la ofensiva a mal traer. Las bajas del mismo Brees y de Michael Thomas fueron mucho para el equipo, y cuando la defensa parecía haber encontrado la pieza definitiva con Kwon Alexander como LB al lado de Demario Davis, este se rompió los ligamentos antes de llegar a playoffs.
La base del equipo se va a mantener para el año que viene, con el núcleo joven de jugadores alrededor de quien ocupe la posición de QB.
En agosto, cualquier resultado que no fuese llegar lejos en los playoffs me iba a parecer un fracaso para la franquicia. Bueno, el chiste se cuenta solo.
Fuera de bromas, los Cowboys no estuvieron acompañados por la suerte en esta temporada, pero ni el rendimiento individual ni colectivo de sus jugadores y entrenadores diero a entender que Dallas podría haber llegado lejos en playoffs. Sí, con un Dak Prescott sano hubiesen ganado la peor división de la NFL, pero la NFC se relamía a principios de enero por saber quien enfrentaría a esa siembra #4.
Hay mucho por mejorar en el equipo de McCarthy. Y, obviamente, mucho dinero que desembolsar para su mariscal. 2020 era el año.
“Honestamente creo que los Ravens pueden ganar los 16 partidos de la temporada regular”. Si bien eso estuvo muy lejos de cumplirse, sostengo mi postura. Este equipo tiene ese tipo de potencial. Cuando su motor funciona a toda cilindrada, es muy difícil de vencer.
Lamar Jackson y la unidad ofensiva pasaron por varias semanas en las que parecían perdidos, pero se recuperaron y en el último cuarto de la temporada aseguraron el lugar en los playoffs. Si ajustan algunos errores (principalmente atribuidos a distracciones), serán candidatos por mucho tiempo.
La dupla de Drew Brees y Sean Payton volvió a ser efectiva y New Orleans fue uno de los mejores equipos del torneo, pero nuevamente los playoffs le darían la espalda a los Saints, que esta vez cayeron de forma contundente frente a los Bucs.
Los de Tampa eran uno de los claros rivales a vencer en la conferencia nacional, y a pesar de ganarle dos veces durante la temporada regular, fallaron en la instancia clave. La derrota se podrá explicar a partir de los errores del mariscal, quien se vio deslucido y con muy poca potencia en su brazo, en parte por la lesión que atravesó en la temporada, pero también por los años que ya pesan en su carrera. El retiro, o no, de Brees será una de las novelas de esta temporada baja.
El pronóstico más cercano a la realidad fue el del candidato al título. Packers no tuvo un retroceso en su rendimiento, como muchos analistas pronosticaban, durante el segundo año de LaFleur al mando. Incluso el polémico draft de Green Bay fue acallado con 13 victorias en temporada regular y la primera siembra de la NFC.
Sin embargo, y por cuarta vez en su carrera, Aaron Rodgers se quedó a un partido del encuentro más importante del año. Entre errores y malas decisiones, los de Wisconsin fueron derrotados en casa por los Tampa Bay Buccaneers. Fue un final de año amargo para los Packers, pero lo conseguido en este 2020 fue, sin duda, lo que se espera de una franquicia candidata al anillo.
Antes del comienzo de la campaña 2020 tenía la sensación de que los Chiefs iban a levantar el trofeo Vince Lombardi por segundo año consecutivo. La temporada regular me demostró que no era errado mi pensamiento. Fueron el mejor equipo de la NFL, con el mejor récord y ofensiva de toda la liga. Los playoffs, previo al partido final, me argumentaban con más precisión porque además de la grandeza del ataque, se vislumbraba una defensiva que estaba realizando bien su trabajo.
Pero lamentablemente el Super Bowl me tiró por la borda todo lo pronosticado. Jugaron el peor partido del año y perdieron de manera categórica. Fueron un concierto de errores tanto dentro de la cancha como fuera de la misma. Y si a eso le agregás que del otro lado se encontraba Tom Brady, nada podía salir bien y así fue. Un final muy triste para un gran conjunto. Igualmente, creo que no va ser la última vez que lleguen a esta instancia, ni la última que los ponga como candidatos al título.
Kansas City tuvo una temporada casi perfecta, con la mayoría de los partidos ganados de forma cómoda, pero en el Super Bowl encontraron una defensa preparada. No tener a sus tackles titulares afectó mucho a Mahomes. A pesar de eso, los volvería a elegir para la temporada que viene. Este partido sirve para el futuro de los Chiefs.
La derrota les mostró que en playoffs los errores se pagan caro y que tendrán que ser más disciplinados. Necesitan una tercera arma aérea para cuando los equipos anulan a Tyreek Hill y Travis Kelce (los Bucs fueron los únicos que pudieron). Y además, invertir mucho en OL. Igualmente, no se sorprendan cuando no me hagan caso y ganen igual el Lombardi el año que viene.
Finalmente mi candidato al título se quedó sin combustible a mitad del camino. Los Seahawks tenían todo su plan armado para ganar ya, y sin embargo no pudieron encontrar el balance necesario a lo largo de la temporada para consolidarse como aspirante a campeón.
En la primera parte de la temporada regular, los huecos en la defensiva obligaron a Russell Wilson a completar series prodigiosas para quedarse con la victoria y es posible que ese sobreesfuerzo le haya pasado factura al ataque en las siguientes semanas, cuando se vio desdibujado, falto de ritmo y poco imaginativo.
La defensa, luego de la adición de Carlos Dunslap y la vuelta de Jamal Adams a la titularidad tras perderse varios encuentros por lesión, lució realmente bien pero no pudo compensar la sequía ofensiva. La irregularidad fue característica principal de un equipo que aspiraba a más, pero nunca encontró la madurez necesaria para dar el salto de calidad que lo llevara al título.
Una vez más, Baltimore dejó pasar el tren. Las expectativas con este equipo eran muy altas tras un gran draft y una agencia libre también muy buena. Sin embargo, durante la temporada no dejó de ser irregular, y si bien clasificaron gracias a una muy buena recta final (con cuatro de los últimos cinco rivales llegando con récord negativo), el desenlace no fue el esperado para el equipo del MVP 2019. Parecía que se sacaban el karma de los playoffs tras derrotar a Tennessee en la ronda de Wild Card, pero contra Buffalo sólo pudieron anotar tres puntos y todas sus esperanzas se esfumaron.
Si bien la base de los Ravens es sólida, con un roster plagado de talento y un entrenador a la altura, se requerirá de una evolución de Lamar Jackson (en su faceta de pasador) para que el equipo pueda rendir armónicamente y tocar las puertas del éxito.
Los Ravens fueron una montaña rusa de emociones durante la temporada, pero en los momentos más difíciles el equipo apareció y terminó entrando en playoffs con relativa tranquilidad. En esta instancia, callaron a los más críticos y derrotaron a unos duros Titans, pero el camino terminó cuando se cruzaron con unos Bills que estaban dulces. Les resultó cuesta arriba coincidir el mejor momento de cada unidad del equipo, y creo que ese fue el principal limitante, sobre todo en ese partido que pierden contra Buffalo. No fueron los principales candidatos pero sí un gran animador.
Nota realizada por la redacción de No Huddle.