Pasó el Super Bowl LV, Tampa Bay ganó su segundo título de la historia, Tom Brady sumó su séptimo anillo y, como si fuera poco, también se quedó con su quinto premio al MVP de la final.
¿Qué cosas aprendimos de este Super Bowl?
Una vez más, la historia de Tampa Bay se escribe a la par de una defensiva dominante. Tal como sucedió en su anterior título (Super Bowl XXXVII del año 2003, victoria 48-21 vs. Oakland Raiders), debieron enfrentar al mejor ataque del momento y cargárselo. Anoche, por primera vez en su carrera profesional, Patrick Mahomes terminó el juego sin anotaciones para su equipo. Durante todo el partido fue golpeado, perseguido y capturado por un grupo de pass rushers que mostraron su mejor nivel en el encuentro más importante del año. Así son las grandes defensas: acotan el margen del error al mínimo, presionan, se multiplican y poco a poco van frustrando y dejando sin opciones a su rival. El profundo Devin White, quizás, hasta podría haber sido considerado como el MVP, pero existe un tal Tom Brady.
El señor de los anillos lo hizo nuevamente y hoy, TB12 tiene más campeonatos en su haber que cualquier otro equipo de la NFL. Por si hiciera falta, demostró que sabe perfectamente cómo jugar este tipo de partidos: no cometió errores, buscó en Gronkowski esa conexión segura que a lo largo de su carrera le ha dado tantas victorias, le permitió a su amigo Antonio Brown anotar y ganar en un Super Bowl. Se lo vio desplegar todo su liderazgo y consagrarse por quinta vez como el jugador más valioso de la final. Incluso tal vez estamos frente al mayor logro de su carrera, dado que con 43 años y debutando en una franquicia sin historia ganadora, con un roster en plena etapa de conformación y jugando en la conferencia más competitiva, fue el mejor de todos y Tampa es un justo campeón.
Ni siquiera Patrick Mahomes puede hacer magia cuando no le dan tiempo. La línea ofensiva protege el activo más importante de tu franquicia y las bajas que presentó Kansas en la final, en especial la de Eric Fisher, fueron finalmente su talón de Aquiles. Ayer se vio a Mahomes correr como nunca por su vida, perseguido constantemente por camisetas blancas y tirando pases desesperados con pocas posibilidades de ser atrapados por receptores que todavía seguían marcados y con escasa separación.
Ayer, Patrick Mahomes fue presionado 29 veces por la defensa de #GoBucs. ¿Brady? Apenas en cuatro ocasiones.
— No Huddle (@nflnohuddle) February 8, 2021
La diferencia entre ambas (25) es la más grande de la historia del #SuperBowl. Vía @ESPNStatsInfo. pic.twitter.com/YQ1gxDRCj4
En todos los análisis previos había coincidencias respecto al decisivo enfrentamiento del front seven de Tampa vs. la línea ofensiva de Chiefs. Se sabía que la ventaja era para la unidad de Todd Bowles, pero la sorpresa fue quizás el dominio absoluto y sin ninguna concesión que se vio durante todo el juego. No hubo lugar para descuidos que permitieran jugadas grandes de Kansas que, parece increíble escribirlo, sólo pudo anotar tres goles de campo.
Antes de terminar la primera mitad, se dieron un par de fallos consecutivos a favor de Tampa Bay que elevaron los reclamos de los jugadores de Kansas e hicieron saltar las redes sociales, con comentarios conspiranoicos en contra de Brady y su legado. Lo cierto es que puede haber habido algún error de apreciación por parte de los árbitros, sobre todo en la infracción que se cobra previo a la intercepción de Tyrann Mathieu, pero definitivamente no se pueden considerar estos fallos como factores decisivos del juego. Los nervios de los Chiefs traicionaron su habitual conducta y les jugaron en contra. Offsides e interferencias de pases innecesarias fueron dando más ventajas a un equipo de Tampa que, bajo el liderazgo de Brady, se vio toda la noche enfocado, en su zona de confort y haciendo su trabajo.
Los referees también jugaron su partido anoche. Estas son algunas de las jugadas que despertaron polémica, en un partido que #GoBucs dominó casi de principio a fin.
— No Huddle (@nflnohuddle) February 8, 2021
¿Alguna queja? 🦓 pic.twitter.com/Y8Yx2qPgGm
Mahomes encontró su kryptonita, quedó exhibido como mortal y su equipo lució más vulnerable que en todas las últimas dos temporadas. Pero esto no cambia las bases fundamentales sobre las que está construido Kansas. En su plantilla tienen todo el talento para darse la oportunidad de volver y ganar al menos por los próximos dos años. Incluso cuando Andy Reid analice esta derrota en frío, solo podrá sacar conclusiones positivas a futuro. A nadie le gusta perder una final, y menos así maniatado y sin lograr oponer una verdadera resistencia, pero a los campeones las caídas sólo hacen que se levanten con más fuerzas. El año que viene, seguramente, se verá de qué están hecho Mahomes y estos Chiefs.
Empecé a seguir la NFL allá por 1989, y por el encanto que tiene la ciudad de Seattle de inmediato me convertí en fanático de los Seahawks. Escribo crónicas periodísticas y participo de los podcasts. Me obsesiona la estrategia que domina al football americano tanto dentro como fuera del campo de juego. Creo que la NFL representa al deporte del futuro en su combinación exacta de fuerza, habilidad e inteligencia.