La revancha de Brady

30 de Enero de 2021
Con la impronta de Spagnuolo, los Giants separaron a TB12 de la perfección en febrero de 2008. Foto: Getty Images

Los equipos están y el banner no puede ser más obvio. De un lado está Patrick Mahomes, el talento generacional ascendente, el último quarterback campeón, la máxima estrella de la NFL. Del otro, Tom Brady, el más ganador y mejor mariscal de toda la historia (sí, amigo hater, ya te vimos). Es el duelo que determina la narrativa perfecta para cerrar una temporada que, con lo bueno y lo malo, será inolvidable. Sin embargo, en la mirada de Brady habrá algo más que superar al chico maravilla de Kansas City. Algo más que ganar el séptimo anillo de su carrera en su primera temporada en Tampa Bay. En definitiva, si ambos QBs pisan la cancha al mismo tiempo, será solamente para saludarse. Lo que tendrá enfrente Tom Brady será la defensiva comandada por Steve Spagnuolo, el hombre que 13 años atrás lo separó de la perfección absoluta.

El 3 de febrero de 2008, los New York Giants salieron campeones e impidieron que los New England Patriots completaran la primera temporada perfecta desde los Dolphins de 1972, y la única desde que se juegan 16 partidos antes de llegar a los playoffs. Es uno de los recuerdos más recurrentes en esta época en la NFL en general y en todos los días de la vida de los Giants y los Patriots. David Tyree bajó una pelota imposible y Plaxico Burress atrapó el touchdown del upset más grande de la historia del Super Bowl. Sin embargo, aquella serie ofensiva fue apenas el momento cúlmine de un partido en el que la defensiva de New York, con Spagnuolo como coordinador, contuvo a la ofensiva imparable de New England, la de los 50 touchdowns de Brady, la que terminó la temporada regular 16-0, desfiló hacia el Super Bowl XLII y se fue de Arizona sin nada. 

La noche de Spagnuolo

Fue la obra maestra de Steve Spagnuolo, quien había llegado a La Gran Manzana esa misma temporada para ocupar por primera vez el puesto de coordinador defensivo en la NFL. Spags venía de trabajar en Philadelphia como entrenador asistente y posicional, primero de DBs y luego de LBs. En ese rol, ya había caído ante los Patriots de Brady en un Super Bowl: a principios de 2005, en la edición XXXIX, Tom consiguió su tercer título ante los Eagles. Tres años después, el esquema agresivo firmado por Spagnuolo derrumbó a la ofensiva, hasta ese momento, más potente de la historia. Los Giants le hicieron la vida imposible a Tom, lo capturaron cinco veces y lo limitaron a una anotación. Para un mariscal del montón, es una performance aceptable. Para el Brady de 2007, un partido para el olvido. Lo más importante, de todos modos, fue que lo dejaron sin su cuarto anillo. La noche de gloria transformó a Spagnuolo en candidato a ser head coach y estuvo cerca de llegar a Washington, pero los Giants lo convencieron y lo convirtieron en el DC mejor pago de la historia. Pese a su nuevo contrato por tres años, duró solo uno más, en el que New York brilló en temporada regular (12-4), fue el seed #1 de la NFC y se despidió en la ronda divisional tras una inesperada derrota ante Philadelphia. En 2009 lo esperaban los St. Louis Rams con el codiciado puesto de entrenador en jefe y la vida no fue la misma.

Spagnuolo llegó a los Chiefs en 2019 y fue el coordinador defensivo del último campeón. Foto: Getty Images

Allí serían tres largas temporadas con un balance absolutamente negativo: un mediocre 7-9 en 2010 intentó maquillar dos temporadas que terminaron en 1-15 (2009) y 2-14 (2011). Tras su partida, dio otro paso en falso como DC de los Saints en 2012 y se unió a los Ravens en puestos de asistente y entrenador de la secundaria. En 2015 volvió a sonar el teléfono desde Nueva York. Tom Coughlin, el head coach del Super Bowl XLII, seguía en los Giants y lo llevó como coordinador para revivir viejas épocas. El primer año de regreso fue históricamente malo y desembocó en la partida de Coughlin, pero Spagnuolo continuó al mando de la defensiva. El nivel mejoró con Ben McAdoo en 2016, cuando terminaron 11-5, pero la regresión de 2017 provocó una reorganización en la franquicia que dejó a Spags como entrenador interino por cuatro partidos, de los cuales ganó uno. Desde ahí, la gran ciudad quedó en el pasado.

El segundo Hall of Famer

Mientras tanto, Tom Brady atravesaba una segunda ola de títulos. Dicen que si se divide su carrera en dos, el resultado da dos Hall of Famers. El primero fue el jovencito que se quedó con las temporadas 2001, 2003 y 2004, cuando le ganó el puesto a Drew Bledsoe y empezó a dar sus primeros pasos como titular en la liga. El corte se da en 2008, no por el Super Bowl perdido ante los Giants sino por la rotura de ligamentos que lo marginó de toda la temporada subsiguiente. Volvió y tardó, pero salió campeón en 2014, 2016 y 2018, más otra participación en 2017, lo que lo terminó de instalar como el más ganador. Durante los nuevos años de éxitos, las tensiones comenzaron a escalar en New England, con una supuesta guerra de egos entre el quarterback y Bill Belichick. Sin embargo, los resultados acompañaron siempre. Incluso en 2018, cuando la producción ofensiva parecía no ser la misma, el desenlace era otro campeonato en Massachusetts.


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El año siguiente, todo cambió: los Patriots se quedaron sin semana libre en playoffs por primera vez desde la temporada 2011, mismo tiempo que llevaban sin faltar a la final de la AFC. En la ronda de Wild Card, los Titans de Vrabel (la inexorable ley del ex) voltearon a los Pats y, como daño colateral, sacudieron el futuro de la liga. Fue el divorcio entre Bill y Tom, cuyo último pase en Foxboro fue un pick-six a Logan Ryan (más inexorable que nunca). Brady decidió partir y eligió a Tampa Bay; Belichick depositó su confianza en Cam Newton. ¿Hace falta aclarar quién sonrió más en 2020?

Cara a cara otra vez

Brady intentará ganar su séptimo Super Bowl, a los 43 años, en su décima participación. Para ponerlo en perspectiva, son más presencias que 31 franquicias y una menos que los Patriots, que llevan 11 (nueve con Tom). El quarterback transita décadas como si fueran días, bañado en éxito, fama y dinero. Lo único que no consiguió fue la perfección, arrebatada por los Giants en febrero de 2008. Tampoco consiguió vengarse en la temporada 2011, cuando volvió a perder el Super Bowl contra New York en un partido de dinámica similar. Contra los G-Men no habrá otra oportunidad, salvo que elija regresar a un equipo de la AFC. Pero sí tendrá su duelo contra Steve Spagnuolo, que llegó como coordinador defensivo a Kansas City en 2019 y salió campeón. Entre sí, Spags como DC lleva ventaja: ganó tres (los dos en Kansas City en 2019 y 2020, más aquella final), contra dos de TB (temporada regular de 2007 y 2015). Cada vez que a Tom le preguntaron cuál era su Super Bowl favorito, siempre respondió lo mismo: “el próximo”. El próximo lo disputará frente a frente contra otra defensiva de su némesis Spagnuolo; sin dudas la victoria tendría un sabor un poco más dulce. Sería la revancha de Brady.


Francisco Freidenberg

Francisco Freidenberg

Periodista que cubre NFL desde 2015. Especialista en Fantasy Football. Coorganizador de la Superliga Argentina de Fantasy.