La carrera de Gordon es un vaivén de altos y bajos, de idas y vueltas. Donde la lucha para mantenerse en el campo fue una pelea contra él mismo, donde se veía fallando una y otra vez por problemas de abuso con las drogas. El talento que mostraba dentro de la cancha era (y todavía puede ser) realmente distinto al del resto, se notaba que su nivel era de elite. Es un ciclo que todavía no termina y puede revertir, aunque parece más difícil que fácil.
La NFL lo volvió a habilitar para jugar a partir de la semana 4, resta por ver qué equipo le da una chance, tal vez la última en la mejor liga del planeta. Pero antes de saber a dónde terminará el receptor, en esta nota se repasará, brevemente, su carrera y sus problemas que limitaron todo el potencial que en algún momento tuvo.
Asistió a la secundaria pública de Lamar High School, en Houston, donde comenzaron sus problemas, ya que Gordon contó en una entrevista en 2017 que en esa época fumaba marihuana todos los días, y tomaba vodka en el medio de las clases, donde la hacía pasar por jugo de naranja. Allí, se desempañó como un gran deportista, practicando football, básquet y atletismo y destacándose en los tres deportes.
Recibió ofertas de varias universidades, siendo el prospecto de WR número 128 según ESPN, y terminó por elegir Baylor. En su paso por el college, donde jugó 22 partidos en total, acumuló 721 yardas y siete touchdowns, nada mal para un receptor con poca experiencia y muchos problemas fuera del campo.
A mitad de su año sophomore, Gordon y su compañero de equipo Willie Jefferson, fueron encontrados por la policía durmiendo en un auto a las 2 de la mañana, y en el interior del vehículo encontraron múltiples bolsas de marihuana. Ambos jugadores fueron acusados por posesión menor de marihuana, pero los cargos fueron retirados. Su coach en ese momento, Art Briles, echó a Jefferson del equipo por ser su segunda infracción, mientras que Gordon fue solamente suspendido.
En 2011, Luego de dar positivo en un test de marihuana, Gordon fue suspendido indefinidamente y terminó yéndose de Baylor hacia la Universidad de Utah, donde no jugó en toda la temporada.
Los Browns eligieron a Gordon con la única selección hecha en el draft suplementario de 2012. Su año rookie fue realmente bueno, pudo mostrar todo su talento y la calidad que tenía. Terminó con 50 recepciones, 805 yardas, y cinco anotaciones. Lo más destacado era su habilidad para jugar en profundidad, extender el campo para su ofensiva con sus rutas refinadas y su explosividad. Esa fue la única temporada que pudo completar de principio a fin desde que entró a la liga.
Su segundo año no comenzó de la mejor manera: se perdió los primeros dos partidos debido a una suspensión por violar la política de abuso de sustancias de la NFL. Luego, en los 14 partidos restantes, fue el mejor receptor de la liga por un claro margen. Su campaña fue algo pocas veces visto hasta ese momento y le valió para ser seleccionado como first team All-Pro. Culminó con 87 recepciones, 1.646 yardas y nueve touchdowns, con un promedio de 117.6 yardas por partido, y fue el primer wide receiver en la historia de la NFL que tuvo 2 partidos consecutivos con más de 200 yardas, cuando jugó con Pittsburgh Steelers y Jacksonville Jaguars en las semanas 9 y 10, y obtuvo 237 y 261 yardas respectivamente.
2013 Josh Gordon was different pic.twitter.com/kwdXxIsCsA
— Paul Williams (@FiftyGutBlog) September 25, 2021
En 2014 lo suspendieron diez partidos por fallar un test, otra vez por el consumo de marihuana, y terminaría jugando solo cinco, ya que Cleveland lo suspendería para el último juego de la temporada por violar las reglas del equipo. Aun así logró 303 yardas en esos cinco encuentros disputados.
Unas semanas después de que terminara la campaña de 2014/15, Gordon fallaría otra prueba, esta vez de alcohol, lo que le costaría la suspensión de “al menos un año” por parte de la liga. Unos días más tarde, el egresado de Baylor escribió una nota en The Cauldron, mostrándose arrepentido y pidiendo perdón por sus actos a lo largo de los años. Gordon mostró que quería cambiar y esto fue algo alentador para sus allegados y para todos los fans que ansiaban volver a ver a esa bestia del 2013.
Exactamente un año después de su suspensión, Gordon solicitó su reinstalación, que finalmente la NFL le concedió luego de pedirla por segunda vez meses más tarde. Le habían denegado su primer pedido, ya que había vuelto a fallar un análisis por marihuana, en lo que fue otro paso en la dirección equivocada. Eventualmente pudo participar en el training camp con algunas condiciones otorgadas por la liga, y se esperaba que su estreno en la temporada 2016/17 sea en la semana 5, luego de que las primeras 4 sirvieran como el final de la suspensión. Ese debut no llegó, ya que el receptor decidió concentrarse en su salud mental, cuando se internó voluntariamente en un programa intensivo de rehabilitación de 30 días.
En 2017 Gordon daría una entrevista muy reveladora a GQ, donde entre otras cosas, contó que antes de cada partido fumaba unas pitadas de bong (de marihuana) o tomaba un par de shots de whiskey para poder jugar. “Consumía para intentar calentar mi sistema, para poner el motor en marcha. Eso es lo que hacía para los partidos”, declaró. Estimó que tenía algo en su sistema durante “posiblemente todos los partidos de (su) carrera,” incluyendo los del college.
En noviembre de 2017, la NFL permite que Flash se reincorpore a la liga con una serie de condiciones. Esa temporada, el wide receiver jugaría cinco partidos en los cuales tendría 335 yardas y 1 TD, lo que lo dejaría en una buena posición para comenzar la campaña siguiente.
Luego de tan solo un partido con Cleveland en 2018, los Browns decidieron desprenderse del talentoso pero problemático receptor, y lo traspasaron a New England junto con un pick de séptima ronda, a cambio de una selección de quinta. En el equipo de Bill Belichik, encajaba perfecto dentro del campo, ya que su juego profundo se complementaba con el corto e intermedio de Julian Edelman, pero era una incógnita cómo iba a convivir fuera de la cancha en uno de los equipos más disciplinados que la liga haya visto. Jugó 11 partidos en los cuales fue clave para el éxito de los Pats y terminó la temporada con 40 recepciones, 720 yardas y tres touchdowns.
¡TOUCHDOWN! 🙌🙌
— NFL México (@nflmx) October 5, 2018
Tom Brady logró su pase de anotación número 500 y Josh Gordon su primera anotación con los @Patriots #Colts 17-31 #GoPats #INDvsNE #NFLMX pic.twitter.com/r2vnSVRO8G
En diciembre, Gordon anunció que dejaba New England y se alejaba del football para ocuparse de su salud mental. Ese mismo día, la NFL lo suspendió indefinidamente por no cumplir los términos que habían acordado en su última reincorporación.
Sin Flash, los Patriots salieron campeones derrotando a Los Angeles Rams en el Super Bowl XXXVI, y a pesar de no haber jugado en los playoffs, recibió un anillo de honor por sus contribuciones al equipo, un pequeño reconocimiento para una carrera más que sufrida.
Gordon estaría presente en la semana 1 de 2019 junto a NE, luego de que la NFL se lo permitiera una vez más, donde tuvo un magnífico partido contra los Steelers con 3 recepciones, 73 yardas y 1 TD. Seattle Seahawks lo reclamaría de los waivers luego de que sufriera una lesión de rodilla que hizo que los Patriots lo cortaran pasada la semana 6.
.@DangeRussWilson converts the 4th & 18 to @Josh_GordonXII. #Seahawks
— NFL (@NFL) December 9, 2019
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En Seattle jugaría cinco partidos hasta ser suspendido de manera indefinida por sexta vez. Haría otro intento por volver en 2020, pero se perdería toda la temporada tras fallar en satisfacer los términos de su reinstalación condicional. Seahawks lo cortaría en la offseason y desde entonces se encuentra como agente libre.
Su historia es una montaña rusa de talento y problemas que no parece tener final cercano. Con tan solo 30 años, tiene la posibilidad y la habilidad deportiva para volver a ser, por lo menos, un jugador importante en cualquier equipo. Dependerá principalmente de él mismo y su capacidad para sobrellevar sus problemas de adicción. Solo hay una cosa segura, y es que todo el mundo quiere volver a deleitarse con el Flash que quemaba secundarias y se mostraba alegre dentro y fuera del terreno.
Técnico superior en Periodismo con especialización en Deportes. Editor de la página y especialista en generación de contenidos SEO en No Huddle. Comenzó a mirar NFL en 2011 y cubre el deporte desde 2020.