Otro domingo de football, otro récord para Lamar Jackson: El QB de los Baltimore Ravens tuvo un partido para poner en un cuadrito, completando 21 pases de 29 (tres para touchdown) y logrando la anotación por tierra más larga de su carrera (¡79 yardas!) frente a unos Miami Dolphins que, hasta el último cuarto, tuvieron poco y nada que hacer frente a la magia del ex-Louisville.
Y aunque esta temporada venga luciendo más su brazo que sus pies (algo que los críticos más acérrimos le venían reclamando), es por tierra que logró un nuevo renglón en su palmarés: de ahora en más, Lamar es el quarterback con más partidos con más de 100 yardas por tierra en la historia de la NFL, llegando a 11, uno más que Michael Vick, su referente y predecesor en esto de torturar defensivas con manos y pies.
Para poner un poco de contexto: Vick logró esos 10 partidos en 13 temporadas como profesional, Lamar recién va por su quinta. A este ritmo no sería raro que extienda el récord a 20 partidos o más ¿Quién le sigue entre QBs activos como para disputarle el trono? Russell Wilson con cuatro. No hay chance. Seguro, el vuelco de la liga hacia jugadores de doble filo va a hacer que, tarde o temprano, aparezcan algunos contendientes: Quizás un Jalen Hurts, menos probable (pero no imposible) un Josh Allen, o tal vez algún joven que aún anda corriendo por estadios universitarios. Mientras tanto, el récord es de Lamar y nadie lo huele ni de cerca.
Magias de Lamar aparte, los Ravens se derritieron en la segunda mitad, dejando que los Dolphins levanten una diferencia de 21 puntos en solo un cuarto de la mano de un pequeño mérito estadístico: Jaylen Waddle y Tyreek Hill son la primera dupla en lograr 150 o más yardas y 2TDs cada uno en un mismo partido (para el mismo equipo, claro) desde que la fusión NFL-AFL. Seguro, es un récord mucho más intrincado y menos memorable, pero en el ultimate-team-game la diferencia pasa por el todo y no por las partes.
Seguramente John Harbaugh tenga unas cuantas cosas para analizar, y probablemente encuentre la forma de corregirlas: si hay algo que define a los de Baltimore como franquicia es la tenacidad de sus defensivas. Esta vez, por lo pronto, no fue así. Tua y compañía movieron la bola a gusto mientras Jackson miraba desde el banco como sus colegas iban de acá para allá sin lograr un stop.
¿El resultado final? 42-38 para los del sur de Florida y un baldazo de agua fría para los de Maryland. Seguramente se hable y se escriba largo y tendido de lo que pasó. En nuestra humilde opinión sólo una cosa queda clara: Baltimore, paguenle a Lamar lo que pide.
Diseñador Gráfico UBA. Cubre la NFL desde 2022. Redactor y diseñador en No Huddle, el medio más grande de fútbol americano en Sudamérica. Co-conductor de Falso Punteo, podcast de análisis, opinión y humor sobre la actualidad de la NFL.