Probablemente, cuando nos pongamos a revisar la historia del college football, hablaremos de Nick Saban como el mejor entrenador de la historia de la NCAA. Sin embargo, su legado no estará subsumido a lo hecho solamente en Alabama, sino también por lo que supo hacer en la Universidad de Toledo, en Michigan State, en LSU y también en la NFL.
Cuando se habla de Nick Saban, se habla de College Football. Es toda una eminencia, es el entrenador con más campeonatos colegiales en la historia del deporte. Son casi 40 años como head coach con siete títulos en su haber. Pero sin dudas algo que agiganta la figura de Saban, son los seis títulos en 11 años que obtuvo en Alabama, donde aún sigue siendo coach y lo seguirá siendo por varios años más, ya que en el 2022 firmo una extensión hasta 2030.
Sin embargo, la trayectoria de Nick Saban no solo se limita al College, el HC también supo ser entrenador en la NFL, no solo entrenador en jefe -Miami Dolphins- sino también como Defensive Coach -Cleveland Browns-. Son muchos años ligados a este deporte, muchas experiencias y un legado. Hoy, No Huddle te trae un breve repaso de los equipos a los que entreno esta leyenda del football.
One of Nick Saban's favorite messages is inspired by the wisdom of Vince Lombardi. #LombardiSBLV pic.twitter.com/XA9D2xi1Id
— NFL (@NFL) February 5, 2021
Nick Saban comenzó su carrera como head coach a sus 38 años. En el año 1990, la Universidad de Toledo eligió a un joven Saban por encima de Joe Tiller, asistente en Washington State y Pete Cordelli, entrenador de quarterbacks en Notre Dame. El director de la Universidad de Toledo, lo veía como uno de los coaches más trabajadores e intensos del deporte actual.
Si bien estuvo un solo año a cargo de esta Universidad, el head coach dejo una muy buena impresión y muy buenos recuerdos en los fanáticos de los Rockets. Después de dos temporadas con récord de 6-5, la llegada de Saban le vino muy bien al equipo, ya que terminaron la temporada de 1990 con récord de 9-2 y siendo co-campeones -junto a Central Michigan- de la Conferencia Mid-American, pero eso no les iba a alcanzar para llegar al California Raisin Bowl.
La experiencia de Saban en Toledo no iba a durar más que un año. En 1991 renunciaba a su cargo como entrenador en jefe de los Rockets para convertirse en defensive coach de los Cleveland Browns de la NFL, equipo que iba a ser conducido por Bill Belichick, un viejo conocido. Dos antiguos amigos se volvían a juntar, esta vez para conducir a un equipo de la NFL.
Su excelente año en Toledo Rockets lo iba a catapultar en la NFL, la elite del football. Sin embargo, no iba a llegar como head coach, sino que en esta oportunidad se iba a hacer cargo de comandar la defensiva de los Cleveland Browns. Llegaría al conjunto de Ohio de la mano de su amigo, Bill Belichick.
Su estadía en Cleveland iba a durar cuatro temporadas. Durante su estancia, la franquicia iba a ganar 31 de los 64 partidos jugados. En el aspecto defensivo, Saban logró darle una imprenta al equipo, a tal punto de que en 1994, los Browns se iban a convertir en el equipo que menos puntos permitiría en toda la NFL. A pesar de ello, lo mejor todavía estaba por venir y era fuera de Ohio.
Después de su paso por la NFL, Nick Saban tenía una gran oportunidad en la NCAA en 1995. Michigan State era un gran desafío para el actual HC de Alabama. Los Spartans no tenían una temporada ganadora en mucho tiempo y encima venían de ser sancionados por la NCAA por violaciones de reclutamiento, que las había cometido el anterior entrenador George Perles.
La llegada de Saban a los Spartans generó buenos resultados. Como todo proceso, fue de menor a mayor. En su primer temporada termino con un récord de 6–5–1, en 1997 obtuvo una marca de 7-5, pero sin dudas su mejor campaña tuvo lugar en 1999, cuando termino con un récord de 9-2, y logró importantes victorias ante grandes universidades como lo son Notre Dame, Ohio State y Penn State.
Fiel a su estilo, Saban sorprendió a todos al final de temporada. Con el Citrus Bowl por jugar, el head coach renuncio sin previo aviso para hacerse cargo del puesto de entrenador en jefe de LSU. Como dato de color, los Spartans terminarían esa temporada con récord de 10-2, el mejor desde la década de los 60.
Después de una salida algo controversial -sobre todo por el momento- de Michigan State. El head coach tomó las riendas, para la temporada 2000-2001, de LSU. Sus cinco años en Tigers fueron más que fructíferos, supo guiar al equipo, darle su impronta y conseguir buenos resultados desde el principio. En cinco años, llegó a cinco Game Bowls.
El broche de oro tuvo lugar en la temporada 2003-2004. Un equipo sólido en el aspecto defensivo y muy efectivo en ofensiva, supo ganar 13 juegos, perdiendo solo un encuentro ante Florida Gators por 19-7. Como sembrados número dos se tenían que enfrentar al número uno, Oklahoma Sooners, por el Sugar Bowl.
Los Tigers manejaron el partido y con un 21-14, LSU ganaba el campeonato nacional BCL y de esta forma, Nick Saban ganaba su primer título nacional universitario. Así empezó a coronar ese gran trabajo que venía realizando hace años. Y con el campeonato, llegó una nueva oportunidad en la NFL. Llegaron los Miami Dolphins.
Su buena labor en LSU y un campeonato bajo el brazo, le daban una nueva oportunidad en la élite del football. Esta vez no llegaba para ser asistente de nadie, sino que llegaba para comandar a los Miami Dolphins. El trabajo en el College había dado sus frutos, y estas vez la responsabilidad era mayor.
En su primera temporada, si bien tuvo buenas y malas, sufrió mucha irregularidad. Aunque logró nueve victorias, las siete derrotas le iban a impedir llegar a Playoffs. La segunda temporada fue aún peor, el equipo que llegaba con aspiraciones quedaba fuera de postemporada con un récord 6-10.
Si bien Saban no contó con un equipo con mucho talento, lo que más se le reprocha al HC fue haber firmado al QB Daunte Culpepper por sobre Drew Brees, mientras que ambos se recuperaban de una lesión. En defensa, el equipo era muy sólido, pero en ofensiva, los Dolphins fueron un equipo muy limitado. ¿Lo más destacado? El RB Ronnie Brown. Tras 2 años en Miami, y sin lograr la clasificación a playoffs, se terminaba la experiencia de Saban en la NFL.
Pasar de la NFL, la élite del football, a la NCAA, no es algo que se vea todos los días. Sin embargo, con Saban, todo era posible. Después de dos años en los Dolphins, donde los resultados no fueron buenos, llegaba la oportunidad de volver al college de la mano de Alabama. Su llegada al conjunto de Tuscaloosa fue bastante desprolija, al punto de que brindó una conferencia de prensa, siendo HC de los Dolphins, en la cual negaba la posibilidad de ser el entrenador en jefe de Alabama. Finalmente, el 3 de enero de 2007 renuncia como HC de Miami y un día después llega a un acuerdo con el Crimson Tide para ser el entrenador en jefe por ocho años a cambio de 32 millones de dólares.
Como todo proceso, los resultados fueron de menor a mayor. Desde un principio supo darle su impronta a su equipo, y como lo fue a lo largo de su carrera, la defensiva fue crucial para construir su legado en el conjunto de Tuscaloosa. Ojo, la ofensiva no desentonaba en lo más mínimo. Sus números hablan por sí solos, en 17 años como HC de Bama, tiene un récord de 197-28, y 6 campeonatos nacionales.
El legado de Nick Saban en Alabama va más allá de los resultados. En sus años como HC, más de 30 jugadores fueron seleccionados en primera ronda. Logró que Alabama tuviera su primer ganador del Trofeo Heisman con Mark Ingram en 2009, trofeo que después ganaron Derrick Henry en 2015, DeVonta Smith en 2020 y Bryce Young en 2021. También llevó a que el Crimson Tide tuviera un QB elegido en el pick número 1 del draft en 2023. Y así se podría seguir enumerando logros.
A Nick Saban parece quedarle mucho combustible en el tanque. Hace poco firmó una extensión hasta 2030. Su figura todavía se puede seguir agrandando, y sus números pueden seguir incrementando. No hay dudas de que su legado quedará para siempre, su huella será imborrable. No hay mucho más que decir, estamos ante el mejor entrenador de la historia del football colegial.
Sigue la NFL desde 2015. Redactor y analista de No Huddle desde 2023. Cubre NFL y College Football.