Un amigo está ahí, siempre, dispuesto a ponerle el hombro a lo que toque afrontar. Donde sea. Como sea. Y es por eso que no debería llamarnos tanto la atención esta noticia, pero imposible es dada las circunstancias de quiénes son los protagonistas (uno es el jugador más importante en la historia de la NFL, el otro alguien que supo ser su mejor arma dentro de la cancha), los momentos particulares que cada uno de ellos está viviendo (uno que por primera vez en 20 años de carrera se pondrá una camiseta distinta a la de los New England Patriots, el otro alguien que sorpresivamente sale del retiro para unirse a su causa) y lo que han logrado juntos (nada menos que tres Super Bowls), pero las últimas horas han sido testigo de una negociación tan fugaz como sorprendente y se ha confirmado: Rob Gronkowski sale del retiro para unirse a Tom Brady en los Tampa Bay Buccaneers.
"Estaba perdiendo la alegría de vivir"
21 fueron los días que pasaron entre la victoria de los Patriots en el Super Bowl LIII (13-3 frente a los Rams) y el shockeante anuncio de que Gronk se retiraba con apenas 29 años y nueve temporadas en la NFL. Y su explicación sobre los hechos calaron hondo. "No estoy bien. El football me estaba destruyendo y yo no quiero eso. Estaba perdiendo la alegría de vivir. Podría seguir jugando, físicamente nada me lo impide, pero el deseo no está. Creo que estoy tomando la decisión correcta", habían sido las palabras que compartió vía Instagram.
Luego de tomar esa difícil decisión, trabajó con la WWE y brindó una conferencia de prensa promocionando una empresa de elaboración de productos con CBD (el aceite que se extrae de la planta de cannabis), que tantos pacientes crónicos y con enfermedades terribles pueden usar para calmar dolores. Ese día, también dejó ver un poco más de lo que había detrás de su paso al costado: "Es la primera vez en diez años que no me duele ninguna parte del cuerpo. En la noche posterior al último anillo, apenas si pude dormir cinco minutos. El dolor que sentía no me dejaba ni siquiera pensar. Lloraba en mi cama después de haber ganado un Super Bowl. Eso no podía estar bien".
Del rumor al hecho, en un abrir y cerrar de ojos
Muchos fuimos los sorprendidos ayer por la tarde, cuando las primeras noticias sobre un supuesto reencuentro con su amigo Tom comenzaron a circular por las redes sociales. Y muy poco tardaron en confirmarse, porque todo se resolvió en cuestión de horas. Aparentemente, Gronk le habría informado a los Patriots (con quien todavía tenía un año de contrato a cambio de nueve millones de dólares) que estaba con ganas de volver a jugar, pero que quería hacerlo con Brady y en Tampa. Acto seguido, sólo quedaron por delante las formalidades del caso: los Bucs reciben al ala cerrada y una séptima ronda del próximo draft (241 overall) y New England, una cuarta (139 overall).
"Estoy de vuelta. Siempre dije que cuando me sintiera bien volvería a los campos. Y así me siento. Estoy listo", le declaró un extasiado Gronk a Jay Glazier. Luego, en horas de la tarde, se confirmaría que pasaría el examen físico de rutina y que, por lo tanto, ya era jugador de Bruce Arians.
Los Buccaneers, ¿candidatos al próximo título?
Lo que sólo un mes atrás parecía una utopía digna de un usuario de drogas duras, ahora es palpable, posible y, por qué no, hasta tiene sentido. Los Bucs, sumando los refuerzos de Brady y Gronkowski con el muy buen material que ya tenían en casa (los receptores Mike Evans y Chris Godwin en el ataque, Shaq Barrett y Ndamukong Suh en la defensiva), más tres elecciones dentro del top 100 del próximo draft (14, 45 y 76), suenan fuerte para llegar a las instancias decisivas de la próxima temporada -cuando sea que tengamos una-. Además, el hecho de que la máxima cita de la campaña 2020 de la NFL ya esté programada para el Raymond James Stadium de Tampa Bay no hace más que añadir un motivo adicional para ilusionar a unos fanáticos que hace rato no tienen una alegría.
Ah, otra cosa... ¿y si también se suma Antonio Brown a este equipo de estrellas? El ex Steelers, tan conflictivo como magnánimo en su rol de receptor, ya ha mostrado su desesperación por volver a ponerse unas hombreras y qué mejor que hacerlo para el equipo de TB12, con quien ha tenido una buena relación en sus cortos pero intensos días en New England.
Volvió Gronk, nomás. Volvió para estar al lado del mariscal que lo hizo feliz. Y no es poco. Al fin y al cabo, todos buscamos la felicidad.
Tengo un papel que dice que soy periodista. Fui prensa, trabajé en diario Olé y me sumé a No Huddle como editor. De los Colts de Peyton.