No es novedad que Estados Unidos se encuentra convulsionada ante un nuevo asesinato de un ciudadano afroamericano en manos de la policía. Ante este suceso muchos referentes sociales, incluyendo personalidades del deporte, han manifestado y expresado su deseo de poder tener un país que promueva la igualdad. La NFL ha tenido una visión respecto de la discriminación, aunque no siempre ha sido exitosa en cerrar las brechas que existen al interior de la liga, y desde hace ya varios años muchos jugadores adoptaron como señal de protestas arrodillarse durante el himno nacional.
A menos de 100 días de la reanudación del deporte (si la pandemia lo permite) se espera que el reclamo de los jugadores durante el himno se expanda, y le preguntaron al mariscal de los Saints que pensaba al respecto. Brees afirmó que el “nunca va a estar de acuerdo con aquellos que le faltan el respeto a la bandera”, e intentó dar contexto respecto del porqué lo siente de ese modo.
El mensaje del QB parece desafortunado en la actual coyuntura, y parece desatender que la manifestación no es una falta de respeto a la bandera, es un reclamo de justicia. Su declaración parece demostrar falta de empatía a la comunidad afroamericana, y en lugar de tomarse el tiempo para escuchar y entender, fue apresurado en manifestar lo que él, como persona blanca y privilegiada, siente. No seamos ingenuos: el pensamiento de Brees seguramente refleje al de millones de americanos y es libre de de expresarse como quiera. Nadie pretende que el mariscal se arrodille con sus compañeros si no es su deseo, pero el timing y contenido de la declaración no parecen propios del líder de una organización.
Las palabras de la cara de la franquicia de New Orleans no tardaron en tener respuesta. Muchos de los integrantes del roster salieron a diferenciarse, incluyendo a otros referentes del equipo como el WR Michael Thomas, RB Alvin Kamara o S Malcolm Jenkins. De forma poca amistosa muchos de ellos dijeron que no les importaba la opinión de Brees, e incluso Jenkins grabó un video visiblemente emocionado pidiéndole que aprenda a escuchar y a callarse la “maldita” boca (maldita es una traducción benevolente).
Pero las reacciones no se detuvieron ahí. Aaron Rodgers echó leña al fuego diciendo que el reclamo de los jugadores nunca fue, es, ni será sobre la bandera, en clara alusión a las declaraciones de su colega; Za'darius Smith, Edge de los Packers ya fijó en su calendario el partido en la semana 3 contra New Orleans con deseos de revancha; Richard Sherman, esquinero de los San Francisco 49ers, se tomaría el tiempo para recordarle que los afroamericanos también combatieron en la segunda guerra. Incluso figuras de otros deportes como Lebron James siguieron cargando las tintas, diciendo que habiendo tenido familiares que sirvieron en las fuerzas armadas americanas, jamás encontraría como irrespetuoso el reclamo frente a la violencia racial durante el himno.
Quizás lo mas preocupante para la franquicia, que pretende ganar un nuevo Super Bowl de la mano de Sean Payton y al que por lo menos era hasta ayer una de las estrellas del equipo, es que los manifestantes de Nueva Orleans comenzaron a reclamar también en contra de Brees. ¿Será el fin de un largo romance?
El miércoles por la noche los Saints tenían preagendada una reunión de equipo de forma remota, y aunque posiblemente nunca sabremos los detalles de la conversación, lo más seguro es que la charla haya sido en tono poco amigable.
Luego de la acumulación de críticas Brees sacó este jueves un comunicado a través de Instagram pidiendo disculpas por sus declaraciones. Reconoció que debió haber escuchado más y hablado menos, que debió haber empatizado más con la comunidad, que siempre se encontrará en contra de la violencia y la discriminación, y que deberá entender cómo contribuir para que los actos de injusticia no se sigan repitiendo.
Drew ha demostrado ser un gran líder y una persona de gran influencia en el estado de Louisiana, lo que le ha valido ser el ganador del prestigioso premio Walter Payton. Admitir su error fue el paso correcto, ahora deberá volver a ganarse la confianza y el respeto del locker room de los Saints, para luego poder pensar nuevamente en el Lombardi.
Economista de carrera, escritor por pasión. A los diez años mi viejo me regaló la 13 de Dan Marino y desde entonces el aqua y naranja corre por mis venas. Después de algunas temporadas de amor/odio, el deporte se convirtió en casi una obsesión. Me encanta analizar los Xs & Os y puedo invertir fácil 20 minutos de mi día mirando una sola jugada.