Pasó ya la temporada regular y es hora de revisar las predicciones que los redactores de No Huddle hicieron a principio de año. Luego de un 2020 lleno de tropiezos, es hora de ver cómo le fue a los equipos que esperábamos que fuesen una decepción en esta campaña.
Más allá del resultado de este fin de semana, donde le ganaron a Pittsburgh para conseguir su primera victoria de playoffs en más de 20 años, los Browns estuvieron tan cerca como lejos de ser la decepción de la temporada.
¿Por qué lo digo? Bueno, Cleveland estuvo a una conversión de dos puntos de quedarse fuera de la postemporada por decimonovena vez consecutiva. Sin embargo, el 2020 fue un año donde los de Kevin Stefanski ganaron 11 partidos, jugaron buen football americano y demostraron que el cambio de cultura es una realidad que llegó para quedarse.
Tal como dije en mi predicción anterior, a estos Dolphins les faltó una cuota de madurez para pelearle la división a los Bills, que realmente estuvieron imparables. Es cierto que solo quedaron a un partido de una de las plazas de Wild Card, pero la irregularidad ofensiva ha sido uno de los factores por los que este equipo se quedó corto.
Basados en una muy buena defensa, con jugadores como Xavien Howard reclamando el cetro de Jugador Defensivo del Año, en ofensiva las cosas no siguieron el mismo camino y el resultado fue el despido de su coordinador ofensivo, Chan Gailey.
La falta de armas en ofensiva y una muy extraña gestión del puesto de mariscal fueron una constante a lo largo del curso. Por el precio pagado, Tua debería ser el camino pero para eso deberán rodearlo mucho mejor durante la pretemporada.
Los Vikings como decepción no fallaron. Muchos le tenían expectativas a este equipo, algo un poco inexplicable si se mira la composición de esa defensa. Los cornerbacks son mayormente novatos y se notó en las primeras semanas, a pesar de mejorar a medida que avanzó la temporada. La línea fue de las peores contra el pase, no generó presión alguna y no cuentan con ningún jugador de renombre en ese sector. El ataque fue de menor a mayor y la mejor noticia fue el surgimiento de Justin Jefferson. De todas maneras, este equipo tiene muchas cosas que mejorar, sobre todo en la defensiva, si quieren volver a competir por una NFC Norte que se hará más fuerte con el correr de los años.
Juntar todo el talento posible en un equipo y tirarlo a la cancha no siempre resulta, pero si a todo ese talento lo comanda el mejor jugador de la historia, las cosas pueden cambiar. Creía que Tom Brady no iba a ser capaz de tener una buena temporada con Tampa, y que le iba a costar el cambio de conferencia. Para sorpresa, respondió y logró no solo meter a su equipo en playoffs sino que lo llevó a la ronda divisional. Vamos a ver hasta donde llegan.
El pronóstico de decepción se cumple para Minnesota que no puede repetir actuación en playoffs este año. Muchos apuntarán rápidamente a Kirk Cousins como máximo responsable de esta mala temporada, pero la realidad es que la defensa fue el punto más flojo. Las bajas de esquineros titulares y hombres claves en la línea dejaron a una defensa que cedió 29,7 puntos por partido, lo que la ubica como número 29 de la liga, y los problemas fueron tanto por aire como por tierra.
Volviendo al mariscal, no tuvo un gran año, y la explosividad en ataque estuvo más de la mano de Dalvin Cook que por el propio mariscal, que fue promedio a lo largo del año. La gran noticia es que el equipo no sufrió considerablemente la salida de Diggs, ya que parecen haber encontrado a un gran receptor en el novato Justin Jefferson.
Antes del comienzo del año, suponía que los Titans podrían ser el fracaso de la NFL. No solo no conseguirían igualar lo hecho la temporada anterior, donde llegaron a la final de la AFC, sino que directamente no lograrían clasificar a los playoffs. Si bien alcanzaron la instancia del 2019, su campaña fue muchísimo mejor a la que imaginaba, al obtener 11 triunfos.
Creía que la ofensiva de Mike Vrabel iba a abusar de Derrick Henry y su ataque aéreo iba a ser muy ineficiente. Nada más alejado de la realidad. Si bien el ex Alabama efectuó una temporada histórica, superando las 2.000 yardas por tierra, la labor del QB Ryan Tannehill superó claramente mis expectativas y fue uno de los grandes artífices de que Tennessee gane su división. Otra razón fue la aparición del WR Corey Davis, luego de varios años para el olvido. Fue el complemento ideal de A.J. Brown, y cuando este estaba lesionado, asumió el rol protagónico de gran manera. La buena labor de estos jugadores, sumado al poderío de Henry y Brown hicieron que me equivoque al decir que iban a ser la decepción de la temporada.
Una temporada de altibajos para los Dolphins, pero que sus fans sin duda ven con ojos positivos. En la temporada baja se preveía que la reconstrucción profunda de Miami les iba a tomar más tiempo. Sin embargo, demostraron ser un equipo más que luchador.
Hay muchas cosas que mejorar: Tua debe asentarse en el puesto, brindarle más armas, estar más afilado en los juegos importantes, ser más consistente, pero sin duda es una temporada que no podemos calificar como decepcionante.
A Brady le costó mucho, pero terminó adaptándose, y con las adiciones de Antonio Brown, Leonard Fournette y LeSean McCoy, este equipo volvió a ser temible. Tampa Bay es un equipo imperfecto, pero se metió en playoffs y aunque ciertamente deberá pasar varios obstáculos para llegar a la tierra prometida, lejos está de ser una decepción.
Sin dudas que nadie esperaba que los Texans terminaran como uno de los peores equipos de la temporada, más allá de las decisiones cuestionables que había tomado la franquicia en la última offseason. Por eso creo que hablar de decepción no debería ser algo extraño. El inicio fue complicado para estos Texans, sobre todo con ese duro calendario, pero el despido de Bill O’Brien nos terminó marcando cómo iba a ser esta temporada para los de Houston.
Lo único positivo y que superó la expectativas sin lugar a dudas fue Deshaun Watson, pero ni de esa forma el equipo pudo superar las cuatro victorias.
Es probable que no haya una predicción más repetida y desacertada previa a la primera semana de la NFL que la caída en desgracia de los Packers. Lo que pareció un draft desajustado a las necesidades del equipo y una offseason sin noticias relevantes, se convirtió en una temporada de victorias, primera siembra en la Conferencia Nacional y con Aaron Rodgers firme candidato a MVP.
Una de las partes más bellas del deporte es esa capacidad de asombro que nos genera la superación de sus actores. Y Green Bay es el ejemplo más visible. Rodgers, Adams, LaFleur, Jones, Dillon, Smith, Alexander, Bakhtiari; por nombrar algunos de un equipo que en general rindió muy por arriba de lo esperado. Incluso antes de jugar su primer partido de playoffs, hay que decir que los Packers este año ya le cerraron la boca a sus detractores.
Bueno, todo indica que me equivoqué y por mucho. Tal vez una expresión de deseo que le ganó a la razón. El equipo no solo ganó su división sino que además fue el sembrado número 1 de la NFC y tuvo en Aaron Rodgers probablemente al MVP de la temporada. Pero, ¿realmente me equivoqué? Es un equipo que la campaña pasada estuvo a un partido de jugar el Super Bowl, ¿y si ahora llegara a perder con Rams, no sería un fracaso? No me den por muerto.
Nota realizada por la redacción de No Huddle.