La National Football League (NFL) comenzó su largo camino al Super Bowl, con unas 18 semanas que estarán cargadas de excelentes encuentros en cada fin de semana. Must Watch es tu nota de previa que analizará los partidos más relevantes de la semana, con un detallado análisis de cada uno de ellos.
Los expertos harán énfasis en los duelos más interesantes de cada partido que forme parte de la nota. La misma estará compuesta por tres partidos del primer turno, un partido del segundo turno y por aquellos que se juegan en prime time, tanto del domingo por la noche (Sunday Night Football) como el lunes por la noche (Monday Night Football).
Antes de comentar el análisis de los seis partidos, les recordamos que la Semana 14 comenzó este jueves con el triunfo de Los Angeles Rams sobre Las Vegas Raiders por 17-16 en el Sofi Stadium. En el equipo ganador debutó el mariscal de campo Baker Mayfield, quien con menos de dos minutos y sin tiempos muertos realizó una marcha ganadora de 98 yardas que definió el juego.
Nuevo duelo de la división moretón, dónde se enfrentan el líder y el colero. Eso sí, sus posiciones en la tabla no son para nada un indicativo claro de cómo saldrá este juego.
Los locales llevan una racha de dos victorias seguidas luego de un comienzo muy flojo, y buscarán terminar el año cerca del .500 o incluso superando esa marca. En este lapso de triunfos lograron mantener a las ofensivas rivales a raya, permitiendo sólo 16.5 puntos por partido. TJ Watt no volvió como se esperaba, pero sus compañeros están supliendo la lenta vuelta de uno de los mejores, sino el mejor jugador defensivo de la NFL. A su vez, se enfrentan a un mariscal suplente, lo que les da una linda chance de volver a mostrar su poderío.
Ofensivamente, parecen haber encontrado en George Pickens un receptor que tranquilamente puede hacerse cargo de la ofensiva, sobre todo después de la ida de Chase Claypool a Chicago Bears. En cuanto al juego por tierra, Najee Harris sigue mostrando semana a semana por qué en Alabama fue contendiente al Heisman en su última temporada y seleccionado en 1ra ronda. Kenny Pickett, por su parte, ya se hizo amo y señor del puesto de QB en Steelers y no caben dudas que será el mariscal de cara al futuro. Al enfrentarse a una de las mejores secundarias de la NFL, que tiene a Humphrey, Hamilton y Peters, el novato será puesto a prueba cada vez que ponga el balón en el aire.
La visita viene de vencer a Denver Broncos en un juego que fue mucho más complicado de lo que se esperaba. Lamar Jackson se lastimó la rodilla y estará fuera al menos para este juego, dejando todo en manos de Tyler Huntley. El producto de Utah es un QB prototípicamente similar a Jackson, con una habilidad para mover el balón por tierra pero cuya presencia en el bolsillo y pases no son los mejores. La esencia del ataque no debería variar, aunque sí la calidad, porque Baltimore pierde al mejor mariscal corredor de la liga. Los receptores deberán traer su A Game a la cancha, ya que no tendrán la conexión que tenían con Jackson. Además, la defensa de Steelers es muy fuerte y le gusta hacerse sentir en la cancha. Minkah Fitzpatrick estará custodiando todo el perímetro y hará suyo cualquier balón que pase cerca de su radar.
Cómo mencionamos antes, Ravens sabe que Pickett es novato y que todavía comete algunos errores propios de un jugador de dicha condición. Por esto, será vital para la defensa, sobretodo los linebackers y la secundaria, aprovechar los errores no forzados del #8 de negro y dorado.
En la previa de la temporada, este duelo de la Semana 14 parecía estar ya definido antes de jugarse, pero la realidad dio un giro de 180 grados. Es más, el antecedente más cercano entre estos dos equipos nos muestra que, en la Semana 9, Jets resultó vencedor por 20-17.
Josh Allen buscará borrar la imagen dejada en aquel duelo, que fue posiblemente el peor de su carrera en lo que a juego aéreo refiere. Completó el 53% de sus pases para 205 yardas, 0 TDs y 2 INT. Viendo solo los números, no parece un mal partido del mariscal, pero la defensa de Jets logró limitarlo por completo todo el juego. Muy diferente fue su performance por tierra, donde corrió para 86 yardas y 2 TDs. De hecho, el equipo entero corrió para 134 yardas, y eso que todavía el novato Cook no había explotado como corredor. Podemos suponer que establecer el juego terrestre será una de las prioridades de Bills, sabiendo que la secundaria de New York es de las mejores de la liga. Los comandados por Robert Saleh, por su parte, deberán estar atentos a esta doble amenaza: si descuidan mucho el fondo de la cancha para agregar jugadores a la caja, Allen es capaz de lanzar 50 yardas sin esfuerzo y quemar a cualquier defensiva. Jeff Ulbrich tendrá una linda tarea en la semana preparando este duelo. Y si de duelos hablamos, todos esperamos ver a Stefon Diggs yendo frente a Sauce Gardner, en lo que puede ser el comienzo de una nueva rivalidad en la NFL, al mejor estilo Evans vs Lattimore o Crabtree vs Talib.
Por el lado ofensivo, Robert Saleh debe plantear ofensivas largas, con un balance entre juego terrestre y aéreo, fórmula que les funcionó en la Semana 9 para vencer a este mismo rival. En aquella oportunidad pasaron 25 veces y acarrearon el balón en 34 oportunidades.
En favor del ataque de New York, Garrett Wilson parece haber despertado y acumula 257 yardas de recepción en las últimas dos semanas, por lo que Mike White -quien parece será nuevamente el QB de Jets esta semana- deberá buscar al novato de Ohio State para aprovechar su envión positivo. Si de enviones hablamos, Jets cuenta con el running back novato Zonovan Knigth, quien ha conseguido superar las 100 yardas de scrimmage en sus primeros dos juegos activo y querrá mantener su performance ante uno de los mejores equipos de la liga para demostrar su valía.
La defensa de los Bills promedia 19.4 puntos por partido, lo que la pone entre las mejores de la liga. Es por esto que si Jets quiere mantener el puesto de Playoffs que tiene hasta ahora como comodín, o incluso soñar con ganar la división, deberá sacar a relucir su mejor versión.
Gran choque divisional tendremos en el MetLife Stadium de la ciudad de New Jersey. El líder de NFC Este, Philadelphia Eagles, quien posee el mejor récord de la NFL con once victorias y una sola derrota, medirá fuerzas con New York Giants, que viene de empatar en su último juego en este mismo estadio frente a Washington Commanders.
El equipo de la ciudad de Rocky Balboa está en un excelentísimo nivel, especialmente en el lado ofensivo. Son el segundo mejor ataque de la liga, con un promedio de más de cuatrocientas yardas y veintiocho puntos por partido. Si bien el motor de la ofensiva y su premisa principal pasa por el juego terrestre de Jalen Hurts y Miles Sanders (entre ambos suman 18 anotaciones), frente a New York veremos más juego aéreo de lo normal debido a que los locales son una de las peores defensas en ese rubro, que de hecho solo interceptó cuatro ovoides en 12 partidos. A pesar de ser su primer año juntos, Jalen Hurts y AJ Brown consiguieron una gran química y el domingo seguramente sea el receptor con más targets del match. Tampoco debemos olvidarnos de Devonta Smith, quien gracias a su elusividad puede ejecutar una jugada grande en cualquier momento.
Del otro lado de campo, su objetivo principal será frenar los acarreos de Saquon Barkley y Daniel Jones. Para lograr eso, la línea defensiva debe clausurar todos los huecos y los LBs deben estar cerca de la caja para no permitir yardas extra. Buscarán que Jones lo gane por aire; todos sabemos que esta faceta de juego es el principal déficit del egresado de Duke y donde aparecen las pérdidas.
Para los dirigidos por Brian Daboll este cotejo tiene una importancia doble. En primer lugar, les servirá para medirse y ver donde están parados, si son un equipo contendiente o no. Y, en segunda instancia, porque un triunfo esta semana los dejaría muy cerca de la postemporada. Para obtener la victoria, su juego terrestre debe hacerse valer. Si pueden mover las cadenas por esta vía, van a poder manejar el reloj catorce y el transcurso del partido. Tienen que marcar de entrada, para no tener la presión de ir abajo en el marcador y ser forzados a que el QB deba ganar el partido con lanzamientos aéreos.
La defensa la tiene más complicada porque se enfrenta a un rival que sabe correr y pasar muy bien. Para contrarrestar esto, New York deberá plantear una defensa donde varíen los sectores de blitz continuamente para ser impredecibles. Además, los linebackeers tendrán que estar muy atentos a los pases porque si dejan los a cornerbacks mano a mano con los wide receivers lo podrían pagar muy caro. Otra clave será poder frenar a los visitantes en los terceros intentos: son la cuarta mejor ofensiva en esta sección, y si continuamente logran renovar downs en ese intento van a generar un desgaste físico y mental que podría marcar el triunfo para los dirigidos por Nick Sirianni.
Los líderes de sus respectivas divisiones se enfrentan en un partido que estará lleno de condimentos. Una victoria dejaría a cualquiera de estos dos equipos muy bien posicionado de cara a las últimas semanas de temporada regular.
Se lesionó Jimmy Garoppolo, y difícilmente regrese este año. Por suerte para San Francisco, el novato Brock Purdy entró muy bien el pasado domingo y mantuvo la ofensiva a flote. La muestra de jugadas es pequeña, pero el mariscal ha demostrado mucho temple para su poca experiencia, y además bien sabemos que el ataque de Kyle Shanahan se basa mucho en el juego terrestre y las yardas después de la recepción. En otras palabras, si Purdy consigue mantenerse estable en el pocket y no arriesga de más, la ofensiva mantendrá su ritmo gracias a la versatilidad de esquemas y jugadores. En este sentido, la fórmula para Tampa Bay debe ser forzar al QB rookie a tomar decisiones bajo presión en una bolsa de protección colapsando, para así generar pérdidas. Detener el juego terrestre va de la mano: si quieren pasarle la responsabilidad a “Mr. Irrelevant”, no pueden perder la batalla en el interior de la línea.
Del otro lado del campo, el matchup parece muy favorable para los locales. La peor ofensiva terrestre en términos de yardas por acarreo se enfrenta a la defensa más física de la NFL y que casualmente es la mejor en este aspecto. Por ende, mucha de la responsabilidad de mover las cadenas la tendrá Tom Brady, y aunque nadie duda de su capacidad para hacerse cargo de drives largos e importantes, la realidad es que será difícil que lo mantenga todo el partido. Más aún, la línea defensiva de 49ers es realmente de temer en términos de pass rush, y los OLs tendrán que tener un plan para contener a un candidato a DPOY como es Nick Bosa.
En el Sofi Stadium de la ciudad de Los Ángeles estaremos en presencia de un duelo clave en la búsqueda de un lugar en la postemporada. Ambos equipos vienen de perder en su último cotejo y necesitan un lavado de cara rápidamente para seguir en carrera para llegar a enero.
Miami tiene que demostrar que lo ocurrido ante San Francisco fue un caso poco fortuito y que no se volverá a repetir. Para lograr eso, deben correr más con Jeff Wilson y Raheem Mostert . El domingo solo corrieron en ocho oportunidades, demasiado poco para un equipo que quiere playoffs. Además, si saben que no van a correr, los linebackers contrarios se formarán más lejos para ayudar a los cornerbacks y ahí los espacios se achican cada vez más. Eso sí, después haber establecido la ofensiva terrestre, tendrán que ir por aire con pases hacia Tyreek Hill y Jaylen Waddle, que son dinamita pura.
El sector defensivo tiene que procurar meterle presión a Justin Herbert para que no pueda jugar cómodo. Con el tiempo, el egresado de Oregon, puede matarte con su brazo. También buscarán frenar a Austin Ekeler, que es un corredor que puede lastimar por tierra y aire. Para lograr eso, la línea tiene un papel principal por dos motivos: primero porque son los que tienen que someter al QB; y segundo porque deben sellar huecos para evitar las corridas.
El equipo local es un conjunto muy ciclotímico. Si levantan con el pie derecho le pueden ganar a todos, pero si levantan con el pie izquierdo pueden perder hasta con el peor equipo de la NFL. El domingo tienen que volver a las bases y darle más toques a Ekeler, quien en los últimos dos juegos solo corrió quince veces y la ofensiva fue mediocre. Asimismo, con la vuelta de Mike Williams, Justin Herbert tendrá todos sus WRs activos, lo que podría generar grandes réditos. Igualmente, no deben encenderse e ir todo con pases porque se tornaran predecibles.
En defensa la tienen sumamente difícil: el dúo Tua-Hill es muy desequilibrante y en un cerrar de ojos te pueden embocar un TD de 75 yardas. Tienen que evitar las jugadas grandes y las yardas after catch de los receptores, que son los mejores en ese rubro. Deben generar presión con cuatro hombres y defender el perímetro con siete miembros para anular los circuitos aéreos.
La Semana 14 cerrará con un duelo interconferencial entre dos franquicias que se juegan sus últimas chances de poder aspirar a playoffs. Por ahora, New England marcha último en la difícil AFC Este; Arizona se encuentra tercero en la NFC Oeste.
Para los locales, es momento de que la ofensiva demuestre algo de lo que esperábamos en un principio. Deben explotar al máximo sus virtudes: primero, la capacidad de Kyler Murray de correr. Fuera de él, la ofensiva terrestre sólo tiene en James Conner a un corredor de mucho volumen pero poca eficiencia. En la ofensiva aérea, la conexión Murray-Hopkins necesita aceitarse de entrada para que el juego de pase prospere, más enfrentando a una defensiva que ha dado pocas concesiones en esta faceta a lo largo de la temporada. En ese sentido, los dirigidos por Bill Belichick deben hacer gala de su capacidad para generar jugadas disruptivas que puedan afectar al QB rival desde lo mental. Por algo son la tercera defensiva en cantidad de capturas y la sexta en porcentaje de intercepciones en lo que va de la temporada.
Del lado defensivo, para Cardinals no hay excusas frente a una de las peores ofensivas que vimos hasta ahora este año. Mac Jones se ha visto confundido frente a la presión y hasta casi pierde el puesto de titular. Los blitzes que le envían, sumados a una pobre protección, hacen que deba deshacerse muy rápido del ovoide en jugadas de poco yardaje. Será interesante ver qué sucede finalmente, porque tampoco es que la línea de Arizona se caracterice por generar presión. Es un duelo de debilidades y quien lo gane tendrá una importante ventaja. Por otro lado, a New England le viene costando generar yardas por la vía terrestre, en parte debido a las lesiones en el backfield y la línea ofensiva. Los dirigidos por Klinsbury han sido relativamente estables en la defensa de este tipo de jugadas, y todo indicaría que este partido no será la excepción.
Redactor y editor de la página web de No Huddle. Cubre la NFL desde 2021. Especialista en San Francisco 49ers.
Co-Founder de No Huddle. Miembro activo del fútbol americano nacional desde 1996. Conductor del programa de Football Nacional y redactor de la web.
Estudiante de Periodismo con orientación en Deportes. Cubre la NFL desde el 2020. Jugador de Football Americano y Flag Football desde el 2016. Miembro de Football de Primera, encargado de la cobertura de las distintas ligas del deporte en Argentina.