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Buffalo Bills sobrevivió de una manera increíble a su primer partido de los Playoffs de la National Football League (NFL), logrando quedarse con la victoria ante un duro equipo de Miami Dolphins, pero teniendo que trabajar cada segundo de la misma, lo cual le dio un par de récords.
Parecía que todo iba sobre ruedas para los de Sean McDermott durante el primer cuarto, pero los Dolphins fueron un conjunto que logró meter el partido en el terreno que le quedaba más cómodo: ser físicos a la hora de defender y forzar que los Bills pierdan la pelota.
El mal manejo del ovoide fue una de las grandes historias del juego para Buffalo, tanto para Josh Allen controlando la ofensiva dentro del emparrillado como para Ken Dorsey, coordinador ofensivos de la franquicia neoyorquina, con el llamado de jugadas en el sideline.
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Buffalo Bills no tuvo el mejor de los partidos cuidando la pelota ante Miami Dolphins. Si bien la defensiva de los de Florida jugó bien presionando al mariscal rival, Josh Allen no controló de la mejor manera la pelota, tirando dos intercepciones y perdiendo un balón en el bolsillo.
Los Bills perdieron la batalla de los intercambios (3-2 en favor de Miami), pero terminaron ganando el partido, algo que no había ocurrido nunca en la historia de la franquicia en un juego de postemporada. Buffalo, hasta ahora, había perdido en 13 oportunidades.
Además de eso, Josh Allen se convirtió en tan solo el segundo mariscal en la historia de Buffalo Bills en 350 o más yardas por aire y 3 o más anotaciones en un juego de postemporada, uniéndose a Jim Kelly, quien lo logró ante los Cleveland Browns en la Ronda Divisional de 1989.
Técnico Superior en Periodismo. Cubre la NFL desde 2018. Co-Founder, CEO y Director Periodístico de No Huddle, el medio más grande de fútbol americano en Sudamérica. Conduce Mates y Football y es editor principal de la página web.
