Durante la noche del martes, el jugador de los Buffalo Bills, Damar Hamlin sufrió un colapso en medio del campo de juego contra los Cincinnati Bengals, por el Monday Night Football. En un incidente nunca antes visto en la historia del fútbol americano, un jugador tuvo que ser atendido frente a la vista de sus compañeros y espectadores para salvarle la vida, tras un paro cardiaco.
Frente a la situación ocurrida en el campo de juego, la televisora encargada de transmitir el encuentro, ESPN, decidió mandar a cortes comerciales al minuto en su transmisión en inglés y español. Al regresar, se emitió por única vez una repetición de la jugada. Sin embargo, en adelante, la dirección de cámara realizaba diferentes planos hacia los jugadores y un plano general que mostraba la llegada de una ambulancia en medio del emparrillado.
Esta situación difería mucho de lo ocurrido hace dos años con el futbolista danés Christian Eriksen, a quien la cámara enfocaba al jugador en el suelo y los llantos de su esposa desde la tribuna, mientras el jugador sufría de un paro cardiaco. Como fue obvio, se realizaron duras críticas a cómo las cámaras cubrieron aquella situación, lo que llevó a que la UEFA tenga que pedir disculpas por lo sucedido.
Durante la madrugada volví a ver aquellas imágenes del infame partido de Eriksen, con él en el suelo, los médicos atendiéndolo y sus compañeros intentando que las cámaras no lo enfoquen, mientras intentaba luchar por su vida. Lo que vivimos aquel momento por televisión y quedó grabado para la posteridad es la “telerrealidad” en su estado vivo.
Desde mi punto de vista, es ahí donde, como periodista, te colocas en el papel de qué es lo que debería importar. Muchos de nosotros rápidamente abrimos redes sociales y lees las primeras informaciones que llegan. En el caso de Hamlin, se informa que se utilizó reanimación cardiopulmonar y un desfibrilador, mientras que en el de Eriksen fueron unos momentos más tarde.
¿Saben cuál fue la diferencia en esas dos coberturas? En que el morbo permitió especular que el jugador danés había fallecido (y en realidad pasó, los doctores mencionaron que estuvo muerto, al menos, varios minutos). A diferencia de ello, ESPN decidió pasar al equipo de Monday Night Countdown, el programa de antesalas, aunque con conexiones al equipo de comentaristas y reporteros de campo desde el estadio.
Ante ello, como periodista, creo esta ha sido la mejor opción. Con el equipo desde el estudio de MNF, Susy Kolber, Adam Schefter y el exjugador Booger McFarland, buscaron llevarlo al punto de vista del espectador, que a) no sabía qué estaba pasando en esos momentos, pero también b) cubrirlo desde un punto de vista que llevaba al televidente a empatizar tanto con los jugadores y con el equipo de ESPN mismo, que se encontraba estupefacto con lo que había ocurrido.
Es importante mencionar que una de las personas claves en este sentido fue Kolber, quien a través de una serie de preguntas llevaban a que McFarland, en un testimonio como exjugador pueda expresar lo que los mismos jugadores podrían estar sintiendo en aquellos momentos en el estadio, generando así una mayor comprensión del espectador.
Booger McFarland calls on the NFL to suspend Bills-Bengals game "Football is entertainment Nobody is in the mood of being entertained tonight..we're done playing football tonight, let's move on" pic.twitter.com/AqGW7Kml9U
— Gifdsports (@gifdsports) January 3, 2023
Los tres ya no estaban frente a un estudio para analizar un partido, sino un incidente – ya no solo a los Estados Unidos, sino al mundo –, además de crear una cátedra de cómo hacer periodismo. Creo que es necesario mencionar que lo ocurrido con Damar Hamlin es situación que muy pocos televidentes y periodistas han vivido en la televisión norteamericana.
Lo que importa en el periodismo – y en estos momentos – es saber qué es lo más importante e informar con veracidad. Inclusive ABC, la cadena principal de Disney (y también emisora esa noche del partido, junto a ESPN), decidió no colocar al aire al departamento de noticias que, en muchos momentos, como en la muerte de Kobe Bryant, fuera quien diera la noticia sobre ESPN.
En especial, en un deporte de fuerte contacto como este, nunca vivió momentos donde la vida de alguien estuvo en riesgo. Además, en el fútbol americano el tema médico mayormente pasa por lesiones físicas o las lesiones cerebrales, y la cual la NFL tiene una deuda pendiente, justo esta misma temporada, con las tres concusiones de Tua Tagovailoa en menos de dos meses.
En las dos transmisiones (tanto en la de ESPN y la de Pablo Viruega y Lalo Varela en ESPN Deportes) había una frase importante: “La vida es más importante que el juego en estos momentos”. Esto es cierto, y más cuando existía la información de que la NFL habría decidido que el partido se vuelva a jugar.
La telerrealidad que posiblemente hubiera existido en otros canales, a mi parecer, fueron dejados de lado en la transmisión. ESPN ya ha sido criticada fuertemente en el pasado, por ejemplo, en la cobertura del NFL Draft del 2020, donde priorizaban los problemas familiares y fallecimientos de parientes de los jugadores antes de su calidad de juego.
Sin embargo, aquella frase mencionada previamente fue una de las más repetidas a lo largo de las coberturas. A la mañana siguiente en First Take, uno de los panelistas mencionó: “Aquí más que atletas, son personas, padres, hijos, esposos”, lo que te llevaba a entender que la cobertura está manejada con la intención – además de ser un hecho noticioso – de darle una forma más humana, algo que se ha perdido en nuestro periodismo.
Ante todo, estos son los momentos que importan para reconocer qué es periodismo o no. Veamos al otro lado de la televisión norteamericana: FOX. El día martes, en el programa de Tucker Carlson en FOX News se insinuó que el paro cardiaco pudo haber sido una consecuencia del COVID. ¿De verdad se tiene que permitir que la cadena que emitirá este año el Super Bowl emita comentarios fuera de lugar y con información falsa?
tuckers not saying that it was definitely the covid vaccine that caused cardiac arrrest, hes just saying it might have been and youre a "witch doctor" if you say it wasnt pic.twitter.com/kKGaPxGdgk
— Andrew Lawrence (@ndrew_lawrence) January 4, 2023
Algo que no se me va a quitar de aquella noche es la imagen de ESPN Deportes: en un lado de la pantalla, Lalo y Pablo visiblemente conmocionados, pero el mayor afectado era John Sutcliffe, el reportero de campo para la cadena. Durante varias conexiones, John se encontraba nervioso al punto de temblar el micrófono, algo que no había visto de él previamente.
Y no es algo para que no esté de esa manera. Considero que John – junto a los reporteros de campo en inglés – han pasado por algo que desearía que nosotros no pasemos en algún momento como periodistas. Nadie quiere reportar una lesión o un incidente de gravedad en la que una vida está en peligro.
Mi mente tal vez esté fallando, pero uno de los pocos periodistas que informaron sobre un fallecimiento durante la transmisión en vivo en algún deporte fue Diego Mejía, de la Formula 1 en 2018, con el fallecimiento de Antoine Hubert en aquel circuito de Spa, Bélgica.
LUTO EN EL AUTOMOVILISMO#CentralFOX Luego del brutal accidente ocurrido en Spa-Francorchamps, la FIA anunció el fallecimiento del piloto francés Anthoine Hubert, así lo dio a conocer @diegofmejia pic.twitter.com/cihfGdU17f
— FOX Sports MX (@FOXSportsMX) August 31, 2019
Ahora, en un mundo donde las redes sociales, las tendencias y la inmediatez dominan, el periodista también debe reconocer límites. Por un lado, creo que es la información, pero también en no caer en el daño sensacionalista y de telerrealidad.
Un ejemplo de ello es publicar las imágenes del incidente, pero también de lo que ocurre en el hospital. Ante esto se me viene a la mente el tweet de Coley Harvey, periodista de ESPN que consiguió la imagen de la llegada del Head Coach de los Bengals, Zac Taylor, partiendo del hospital.
¿Ante ello existen límites? Creo que Harvey no lo hizo en mala intención. Es que no lo hay, el problema es cómo otros periodistas podrían haber presentado la misma información hasta debatiendo la forma en cómo se encontraba Taylor en la imagen (en la cual se le muestra visiblemente preocupado).
Sin embargo, muchos usuarios criticaron en twitter esta información acusando de “paparazear” la cobertura. Lo mismo pensé mientras también realizaba mi propia cobertura en las redes, la pregunta que rondó por mi mente fue “¿Es necesario repostear este tweet?” Lo dudé, pensé que podría caer en el sensacionalismo; sin embargo, consideré más importante la nota que la imagen y cité a Harvey como fuente porque él estaba en el lugar y había cubierto esa información.
Coley Harvey nuevamente reporta que el Head Coach de los Bengals, Zac Taylor, visitó hace unos momentos el hospital donde se encuentra Damar Hamlin.https://t.co/6o6HZ6Pnr8
— Diego Du Pont (@diegodupontg) January 3, 2023
Ahí, claro, al público podría llamarle la atención la imagen, pero lo que importa es la llegada del Head Coach del equipo rival, que en un acto de preocupación decidió visitar al jugador. Cabe resaltar que la imagen no llegó a SportsCenter, algo que creo que en otros países (y en otros medios) hubiera ocurrido, volviendo a esta crítica que vengo realizando a lo largo de este artículo.
Para finalizar, creo que lo ocurrido la noche del último lunes en ESPN nos muestra una cátedra de cómo afrontar una noticia y realizar una cobertura debida ante una situación, que en muchos casos es excepcional. Además, la vida humana es algo que se tomó como prioridad en la información y buscó, sobre todo, humanizar la nota lo máximo posible junto a los periodistas y exjugadores.
Es importante señalar que, frente a la búsqueda de convertir las noticias de último minuto en una seguidilla de telerrealidad al más puro estilo del Gran Hermano, aún existe un interés por informar al nivel periodístico. Ojalá quede esto como una lección para los diferentes periodistas, tanto quienes se encuentran aún en clases como a los que practicamos este humilde oficio.
Periodista deportivo de Perú. Narrador y analista de College Football en Twitch y No Huddle. Sigue la NFL y College Football desde 2005. Especialista en New York Giants y USC.