La NFL está llena de historias de triunfos y fracasos. Tenemos a Tom Brady, un pick #199 del draft, quien es para muchos el mejor de todos los tiempos por sus logros; y también a nuestro protagonista de hoy, quien nunca pudo levantar el Vince Lombardi, pero sin dudas dejó una huella en la liga.
Justin James Watt nació el 22 de marzo de 1989 en Pewaukee, Wisconsin. Fue a High School a una institución con el mismo nombre que la ciudad. Los Watt pueden decir que tienen el "jugar football" en las venas: sus dos hermanos menores Trent Jordan o "T.J." y Derek juegan en los Pittsburgh Steelers.
El jueves 28 de abril de 2011 lograría uno de sus sueños, llegaría a la NFL cuando con el pick #11 los Houston Texans se harían con sus servicios, sin saber en ese momento que se convertiría en uno (sino el mejor) de los mejores jugadores de la historia de la franquicia.
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— Houston Texans (@HoustonTexans) October 12, 2023
En 2007 recibió una beca de Central Michigan. Ahí jugó football bajo los mandos del entrenador Butch Jones, quien lo hizo jugar como TE en su primer año, en el cual tuvo 14 partidos, donde promedió 77 yardas por recepción y ocho anotaciones.
Los entrenadores para 2008 sugirieron que jugara como OL, pero Watt declinó su beca para ir como Walk-on a la universidad de Wisconsin y jugar como ala defensiva. En 2008 no jugó pero en los siguientes dos años vistió la camiseta roja de dicha universidad, dónde en 26 partidos tuvo: 106 tackles, 36.5 para perdida y 11.5 sacks.
En esos años consiguió todos estos premios:
El hermano mayor de los Watt tendría un año rookie de ensueño con 56 tackles -13 de ellos para pérdida de yardas- y 5.5 sacks, además de recuperar dos balones sueltos. En los próximos cuatro años demostraría su mejor nivel, siendo defensivo del año en tres oportunidades (2012, 2014 y 2015) compartiendo este logro solo con Lawrence Taylor y Aaron Donald, siendo parte del primer equipo All-Pro, y con estos números: 315 tackles -119 de ellos para pérdida de yardas- y 69 sacks, liderando la liga en las últimas dos estadísticas. Además totalizó 15 fumbles forzados y 10 de ellos recuperados, junto a dos TDs defensivos (un fumble recuperado y un pick-six).
En 2014 vimos su faceta de Tight End como cuando jugaba para los Chippewas. Tuvo tres recepciones para tres anotaciones. Entre 2016 y 2017 no tendría suerte con las lesiones, jugando tan solo ocho partidos y consiguiendo 23 tackles -cuatro para perdida- y 1.5 sacks en esas dos campañas. En 2018 volvería a aparecer en el primer equipo All-Pro, jugando cada partido de la temporada, dónde imitó los números de su nivel top, 61 tackles -18 para pérdida-, 14 sacks y su récord de fumbles en una campaña con siete.
En 2019 volvería a tener una lesión, que lo alejaría de los campos la mitad de la temporada. Para 2020 volvería renovado, y tuvo una buena campaña, aunque no le alcanzaría para ser pro bowler: 52 tackles -14 para pérdida- y 5 sacks. En la siguiente agencia libre, los Houston Texans, en total reconstrucción, cortarían al seleccionado cinco veces All-Pro.
El 01 de marzo del 2021, firmaría un contrato de dos temporadas con los Arizona Cardinals. La primera de ellas, tampoco tuvo suerte con las lesiones, jugó solo siete partidos de la campaña, pero pudo llegar para la postemporada aunque luego Cardinals quedaría eliminado en Wild Card vs 49ers.
Volvió un año más al equipo para jugar su última campaña en la NFL, en un año donde solo se perdió un partido, y del cual tuvo una despedida por todo lo alto: el 8 de enero de 2023 se fue ovacionado por todo el Levi’s Stadium, en la derrota de Arizona frente a San Francisco 49ers.
En sus 12 campañas en la liga consiguió los siguientes reconocimientos:
Especialista en Philadelphia Eagles desde 2020, es uno de los conductores de Todos Eagles Podcast y parte del equipo de redacción de No Huddle, el medio más grande de Fútbol Americano en Sudamérica. Encargado de la sección Fantasy Football del medio y conductor del podcast Nadie Sabe Nada.
