La racha de 5 victorias consecutivas de los Baltimore Ravens llegó a su fin en la semana 8 de la NFL, cuando se toparon con unos renovados Cleveland Browns con Jameis Winston como quarterback titular. La derrota por 29-24 ha puesto en duda a la ofensiva comandada por Lamar Jackson, la cual se había consagrado como una de las mejores de la liga durante este primer tramo de temporada, sobre todo en la carrera. Los Ravens lideran la competición en yardas terrestres totales (1600), por partido (200) y por acarreo (6.2). Esto se debe a un backfield con gran talento, aunque en los últimos dos partidos les ha costado arrancar, sin lograr anotar en el primer cuarto en ambos encuentros.
A pesar de que sus dos estrellas estén a un gran nivel, los Ravens ya mostraron un inicio lento en su ofensiva contra Tampa Bay Buccaneers y se ha repetido en la derrota a domicilio de la semana 8 ante unos Browns que llegaban al choque con un récord de 1-6. La mezcla de numerosos drops, penalizaciones y la incapacidad tanto de convertir como de defender terceros downs condenó a uno de los favoritos para ganar la AFC. De hecho, los Ravens son los terceros con mayor conversión de terceras oportunidades en la NFL (46.51 %), pero no fueron capaces de mantener la tendencia contra la defensiva del coordinador Jim Schwartz, convirtiendo solo un 20 % de ellos, uno de los peores registros de la semana 8.
Todd Monken, coordinador ofensivo de Baltimore, no consiguió asentar su faceta más dominante del ataque y la que es ya su seña de identidad: la carrera. La defensa de la franquicia de Ohio logró frenar a Derrick Henry (74 yardas en 11 acarreos) y permitió solo 124 yardas de carrera totales, el partido del equipo de Baltimore con menor distancia terrestre recorrida en lo que llevamos de temporada.
Cleveland redujo sustancialmente el promedio de yardas terrestres de los Ravens, que lidera la tabla con casi 35 yardas por encuentro de diferencia con respecto al segundo, los Philadelphia Eagles (165.9). Esto provocó que Lamar Jackson se viera forzado a pasar, con un 23/38 en lanzamientos (60.5 %), lo que supone su segundo partido del curso con más pases lanzados tras los 42 que intentó en la visita a los Bengals.
Recientemente, los Ravens se han hecho con los servicios de Diontae Johnson para sumar talento en el cuerpo de receptores. El wide receiver llega procedente de los Carolina Panthers tras un traspaso cuyo objetivo es reforzar el juego de pase. El partido contra los Browns sirvió como una llamada de atención, porque no pueden permitirse el lujo de comenzar lento en los playoffs.
Los chicos de John Harbaugh no comenzaron la temporada de la mejor forma posible tras caer derrotados en sus dos primeros partidos ante Kansas City Chiefs y Las Vegas Raiders. No obstante, a partir del apretado duelo de la tercera jornada en el que lograron imponerse a los Dallas Cowboys, la ofensiva de los Ravens empezó a carburar. La incorporación de Derrick Henry abrió un gran abanico de posibilidades en un ataque terrestre sobrado de talento y al que ahora se une un receptor del calibre de Diontae Johnson.
El esperado impacto del que fuera running back de los Tennessee Titans tardó en materializarse, pero así lo hizo definitivamente en la semana 4 frente a los Buffalo Bills, invictos hasta el momento, cuando el corredor expuso a la defensa de Sean McDermott con 199 yardas y un touchdown. El talentoso ataque liderado por el quarterback Lamar Jackson, dos veces MVP y favorito para llevarse el tercero, y el corredor Derrick Henry, es motivo suficiente para creer que los Baltimore Ravens son un claro candidato para ganar la AFC, aunque no conviene relajarse en una competición como la NFL.
Estudiante de Periodismo en la Universidad del País Vasco. Cubre la NFL como redactor de No Huddle desde 2024. Su pasión por la NBA le llevó a conocer el fútbol americano y se enamoró de Josh Allen y los Buffalo Bills.