Con la temporada regular 2024 de la NFL ya cerrada, la cuenta regresiva por el derecho a levantar el Lombardi se palpita cada vez más intensamente. Sin embargo, y a pesar de tratarse del trofeo más codiciado, no es el único que resta definir: el 6 de febrero del corriente año se llevará a cabo en el Saenger Theatre de New Orleans la ceremonia de los NFL Honors, el encuentro anual donde, previa votación de un panel compuesto por representantes de la AP (Associated Press), se corona a los actores más destacados de la temporada.
La tradición incluye una amplia variedad de galardones (que van desde entrenadores a jugadores novatos), pero sin lugar a dudas el momento más esperado de la noche es la entrega del trofeo al MVP: el reconocimiento al jugador más valioso de la liga durante la temporada regular. El asunto es que, en una liga tan desbordada de estrellas y talentos, elegir a un sólo jugador y ponerlo en un pedestal por encima de todos no es tarea sencilla y, desde ya, no viene sin polémicas.
Con sólo tres excepciones en los últimos 20 años, el premio está tan dominado por la posición de quarterback que muchos entusiastas del deporte consideran que más que al jugador más valioso, lo que se vota es al mejor quarterback y punto. Ríos y ríos de tinta se han vertido en esta polémica y ni siquiera hace falta remontarse a tiempos históricos para vislumbrar la tensión: tanto Christian McCaffrey en 2023 como Cooper Kupp en 2021 tuvieron temporadas memorables, y sin embargo el premio fue para representantes de "la posición más difícil del deporte".
Si la decisión de los electores fue adecuada o no queda en cada uno, y definitivamente no es una polémica en la que vayamos a tomar partido: lo que sí intentaremos con estas líneas es entender quiénes y por qué podrían llevarse el máximo honor deportivo de la liga en la ceremonia que conducirá Snoop Dog en menos de un mes.
El favorito según Las Vegas se ganó su lugar a hombros de una temporada estadísticamente eficiente (3.731 yardas, 28 TDs y 6 INTs por aire + 531 yards y 12 TDs por tierra) pero visualmente impactante: casi no hubo una semana en donde no hiciera algún pase imposible para otros seres humanos, o que no ganara un partido con una corrida inesperada e imparable. Si a esto le sumamos que las armas ofensivas a su disposición no eran (al menos en los papeles) de lo más prometedoras, el mérito sólamente es mayor. Y por si hiciera falta algún argumento más: fue el único quarterback en toda la liga capaz de vencer a los dos mejores equipos de la liga (al menos según el récord) con victorias sobre los Kansas City Chiefs y los Detroit Lions. No es poca cosa.
La vida a veces es curiosa, cuando no irónica: a pesar de haber superado por mucho las estadísticas que le valieron ya dos MVPs, Jackson está detrás de Allen en las casas de apuestas para llevarse el premio este año. Aún así, razones para dárselo sobran: a su habitual electricidad por tierra (915 yardas y 4 TDs) Lamar le sumó este año un consistencia con el brazo (4.172 yardas, 41 TDs y 4 INTs) que nunca había mostrado.
Algunas de las voces en favor de Allen sugieren que, si bien Jackson tuvo un gran año, su rendimiento se debe a la amenaza que genera Derrick Henry en las defensivas rivales. El argumento no parece demasiado sólido, y aún teniendolo en cuenta, un passer rating de 120,6 (segundo en la historia para una temporada, sólo detrás de Aaron Rodgers en 2011) no es algo para desestimar.
Habiendo dicho lo dicho hace algunos párrafos parece poco serio incluir a Saquon en esta lista, pero hay un detalle no menor: en lo que va del siglo XXI cada vez que el MVP no fuera para un quarterback, el ganador fue un running back. Y si hay un corredor que hizo lo posible por romper la hegemonía de QBs este año, sin lugar a dudas fue Barkley.
De no ser por el razonable descanso que Nick Sirianni le dio a sus titulares en el último partido de la temporada, el ex-Giants casi seguramente hubiese roto el record de yardas por tierra que Erik Dickerson plantó en 1984. De haber alcanzado el record, quizás sus chances serían más altas, pero aún sin haberlo hecho, sus 2.005 yardas por tierra en 345 intentos (¡a un promedio de 5,8 yardas por toque!) obligan por nobleza a sumarlo a esta lista, aunque sea a modo testimonial.
Diseñador Gráfico UBA. Cubre la NFL desde 2022. Redactor y diseñador en No Huddle, el medio más grande de fútbol americano en Sudamérica. Co-conductor de Falso Punteo, podcast de análisis, opinión y humor sobre la actualidad de la NFL.